28 diciembre, 2025

28 diciembre, 2025

Confesionario

Son 7, pero 3…

Confesionario

Con todo y que ahora hasta un delegado especial que ya media en el proceso para renovar su dirigencia tienen, los priistas de Tamaulipas parece que se han empecinado en dividirse y engendrar un presidente estatal débil, señalado, cuestionado y por lo tanto ‘papita’ a la hora de que tenga que enfrentarse con los del PAN.

Así es mis queridos boes, resulta que aunque son siete los que se registraron, la realidad es que tres son los que tienen posibilidades de hacerse de la
dirigencia, si de poder político, amarres en la CD.MX. y con la militancia hablamos, pues contra ellos las andanadas mediáticas han estado de a peso.

Por lo pronto hay que anotar a los que el fin de semana recibieron la papelería para su registro; es decir, los siete, como los magníficos: Óscar Luebbert Gutiérrez; Sergio Guajardo Maldonado, Miguel Manzur Nader (no es broma si se va a registrar por eso usted tiene chance de soltar la carcajada) Luis Enrique Arreola Vidal, Alejandro Guevara Cobos (quien por semanas se cayó como que ya no quería, pero siempre sí), Juan Alonso Camarillo y Roberto González Barba.

Y ¡zaz!, apenas se supo que Guevara también mantenía la mano levantada se le vino encima una carretada de golpes en redes sociales y entre algunos opinadores.

Qué si es un capricho de Enrique Ochoa Reza, qué si los militares, qué si traiciona, qué si no hace equipo. El caso es que los golpes igual no vinieron de los panistas o de perredistas sino de los propios tricolores.

Resulta igualito que con Luebbert y los que ha recibido el propio Sergio Guajardo, uno, el primero es el de las relaciones peligrosas, el señalado como autor intelectual de los levantones que sufrió Gerardo Peña y su gente del PAN en la campaña donde competían contra el dos veces alcalde de Reynosa y el otro el enviado de Egidio, el títere del ex gobernador, el gris burócrata y demás. Ahora, repito, la ‘madriza’ fue para Guevara Cobos.

Es decir, que los tres aspirantes a la dirigencia estatal del PRI con mayores posibilidades son también los que más golpeados están por sus mismos compañeros de partido.

¿Entenderán los del PRI que se trataba de elegir a un presidente que pueda reorganizar al partido, que sea fuerte, que tenga los tamaños para enfrentarse al PAN?, dirán que si y entonces sale la otra pregunta obligada: ¿por qué les pegan a los que se supone tienen más chance, mayores posibilidades y más peso?

Está claro que a falta de un liderazgo que dirija el proceso interno, léase gobernador (porque perdieron bien feo el año pasado), agréguenle presidente de la República (porque Enrique Peña Nieto está tan débil que en realidad da pena) y agréguenle al dirigente nacional tan ñango (sinónimo populacho de guango, flaco) porque Ochoa Reza nomás nunca pintó y José Murat Casab el enviado, pues con qué calidad moral los aplaca, entonces por eso se están dando de periodicazos y hasta con la cubeta en las redes sociales.

El resultado será entonces; un nuevo presidente del PRI en Tamaulipas todo aporreado, señalado de nexos con los malos, un capricho de la cúpula o un sembrado de Egidio, el que sea de los tres sin el apoyo del resto.

En síntesis: un dirigente del PRI facilito ante las fauces del PAN, sin peso para liderar los escombros priistas y con ellos edificar un liderazgo que logre levantarlos en el 2018, porque ellos mismos tricolores se siguen haciendo añicos.

¿O acaso cuando termine el proceso lo que ya dijeron de Luebbert se borrará si es que resulta el elegido, o el lodo contra Guevara no habrá dejado mancha y la pestilencia de todo lo que se ha dicho de Guajardo dejará de desprender el hedor que ahora emana se convertirá en fragancia de rosas?
Los del PRI no se han medido con los ataques entre ellos y el daño en el corto y mediano plazo parece irreversible, porque además el próximo dirigente tricolor será un presidente pobre, sin el presupuesto estatal a su disposición, con un padrón cada vez menor, sin buena parte de los operadores que ahora jalarán para el PAN o para Morena.

Ni modo que Checo Guajardo o Guevara vayan a ir a pedirle apoyo económico a Luebbert luego de lo que sus equipos e incondicionales le han dicho o que el de Reynosa vaya a solicitarle un peso al de Mante o el de Victoria a los otros dos luego del intercambio fecal entre ellos.

Enfrente, en las huestes azules sentados aplauden el proceso tricolor, porque saben que el que surja les resultará «papita», pan comido pues.

Óscar Hernández, un joven viejo…
Este fin de semana Óscar Hernández (hijo) festejó su cumpleaños en Ciudad Madero, lo hizo como si fuera el último, echando la casa por la ventana, porque quiere ser alcalde de ese municipio; de hecho se destapó.

El mensaje que el empresario priista, por cierto, mandó con el evento al más viejo estilo fue ese precisamente: que representa lo que el año pasado los ciudadanos decidieron echar a patadas del poder.

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