CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La estrategia de seguridad del Gobierno federal para reducir los homicidios no ha dado los resultados esperados en Tamaulipas, ni en el resto del país.
Planteada hace un año con mecanismos especiales para combatir los asesinatos en las ciudades más violentas de México, en algunas de ellas las cifras se han mantenido en promedios similares y en otras, se han disparado.
En el global, Tamaulipas sufrió más crímenes durante el primer semestre del 2017 que en el mismo periodo del 2016. Para junio del año pasado se habían registrado 279 asesinatos y en este año, ya se contaban 336.
Es decir, la intervención federal no ayudó a la entidad a reducir sus índices de violencia.
Por tratarse de las tres ciudades con más homicidios dolosos antes de agosto de 2016, la Secretaría de Gobernación incluyó a Victoria, Reynosa y Nuevo Laredo en la lista de 50 municipios prioritarios para combatir la inseguridad.
De acuerdo al Semáforo Delictivo de Tamaulipas, sólo en el caso de Victoria se logró una reducción palpable en el número de asesinatos. Si para junio de 2016 ya sumaban 109 víctimas mortales, hasta junio de este año se contabilizaron 93.
Sin embargo, el mes más violento en la capital de Tamaulipas se registró en diciembre, después de que entrara en acción la estrategia.
En Nuevo Laredo fue mínima la reducción. En los primeros seis meses de 2016 se denunciaron 35 homicidios dolosos, mientras que en el mismo periodo de este año sumaron 33 denuncias.
También este municipio tuvo su pico más alto de violencia después de que comenzara la intervención federal para reducir los asesinatos.
En septiembre y octubre de 2016 se reportaron 10 y 11 crímenes, respectivamente.
Reynosa por su parte, es uno de los municipios del país donde menos ha servido la estrategia federal de seguridad.
Sufrió un incremento importante en los índices de asesinatos: de enero a junio de 2016 se contaban 39 homicidios; en el mismo periodo de este año se contabilizaron 92, cifra superior al total de 78 que se denunciaron en todo el año pasado.
Fracaso nacional
La lucha del gobierno federal por reducir las ejecuciones en el país ha fallado en prácticamente todo el territorio.
De las cinco ciudades que ocupaban los primeros lugares en índices de homicidio cuando se echó a andar la estrategia en agosto, sólo se logró una reducción en Acapulco, Guerrero donde bajaron de 466 a 412 en el primer semestre.
En Tijuana, hasta junio de 2016 habían asesinado a 386 personas. Este año la violencia pulverizó ese récord: en el mismo periodo sumaban 714 homicidios.
Lo mismo ocurrió en Culiacán, tercer lugar en homicidios durante el 2016 con 189 de enero a junio. Para el 2017 la cifra se disparó a 390. Mismo caso de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se contaban 166 casos en 2016 contra los 303 de este año.
Mientras que en Ecatepec la cifra se incrementó de 152 asesinatos a 168 en 2017.
Cuando se anunció la iniciativa federal en agosto de 2016, el presidente de la República aseguró que se trataba de una “estrategia integral” para atacar específicamente el incremento en los homicidios.
A finales del 2016 el Secretario de Gobernación aseguró que estaba dando resultados e incluso anunció que se ampliaría a más municipios del país.
Sin embargo, desde entonces el gobierno federal no ha hecho más referencias al respecto.