13 diciembre, 2025

13 diciembre, 2025

Cuadrante político

Si esto se sale de control, me voy a enfermar, dijo Murat y se enfermó

Cuadrante Político

El famoso y célebre delegado especial para el proceso interno tamaulipeco, José Murat Casab, se volvió ojo de hormiga pedorra, (así le llaman a una de esas especies de insectos). Al menos hasta ayer por la tarde noche el ex gobernador oaxaqueño, operador favorito de Enrique Ochoa Reza, no le contestaba ninguna llamada telefónica a los aspirantes tamaulipecos. Esta situación provocó  el desaliento entre la militancia, a tal grado que ya desde ayer se pintaban los peores escenarios: entre ellos el del rompimiento de las reglas establecidas en el inicio.

Aunque nadie en el priísmo tamaulipeco, puede o sabe dar una explicación seria en torno a la inexplicable ausencia del delegado Murat, existe una versión arroja cierta luz sobre este misterioso asunto. Se sabe que desde un inicio, el ex gobernador del istmo, habría advertido a los aspirantes de la silla estatal del PRI, lo siguiente:

—¡Vamos a echarle ganas cabrones, pero si esta chingadera se sale de control, no cuenten conmigo, porque voy a enfermarme! Y efectivamente, hasta ayer, Murat no se aparecía por Tamaulipas. ¿Quién o quienes lograron hacer el milagro de enfermar a Murat..? No lo sabemos, como también ignoramos  si su extraña enfermedad, a todas luces ficticia, fue originada por una orden tajante desde Los Pinos, o por algún cheque  con muchos ceros que le hayan hecho llegar, desde alguna chequera institucional del Tamaulipas azul.

Lo cierto es que, ante la ausencia del Delegado priísta que era el árbitro designado para sancionar  el proceso interno del priísmo, el escenario  tricolor tamaulipeco se ha convertido en una tierra  de nadie, donde el que tenga más recursos económicos o padrinazgos podría imponerse en la elección. A estas alturas, todas las reuniones  previas, que pretendían convencernos de que esta vez, sí se daría la democracia interna parecen haber ido a parar al cesto de la basura.

Sea cual fuese el resultado, lo cierto es que  estamos ante la elección interna del PRI más desaseada de que se tenga memoria. Esto se debe a que el PRI estatal ha caído en una especie de zona muerta, donde ninguno de los actores políticos logra tener preponderancia sobre el resto, lo cual  está provocando una guerra interna sin reglas y sin árbitro, abriendo el espacio para que los cabecistas, ajenos formalmente a la vida interna del PRI,  metan mano y busquen definir los resultados.

Se sabe que el candidato de palacio de gobierno,  es Checo Guajardo. Si no logran meter a Sergio, el ahijado de Egidio Torre, entonces se buscaría otra opción, pero al que no aceptan es a Luebbert, mismo que está fuertemente apuntalado por las mismas corrientes políticas priístas que compitieron en el 2016 contra los vientos.

En síntesis, me parece que se está viviendo una segunda edición de la guerra política escenificada  hace un año, cuando Egidio se alió con Cabeza para derrotar al candidato de su propio partido, Baltazar Hinojosa Ochoa. En medio de este choque de trenes, que se embisten mutuamente  por segunda vez, en un corto lapso de doce meses,  se encuentra la figura de Guevara Cobos.

A este último se le señala de que no trae apoyos de consejeros, y de que no pagó las cuotas, pero Alejandro se defiende con  la estrategia pacifista, al estilo del Mahatma Gandhi, una actitud  donde solo tiene  cabida, el discurso de la unidad, y de ahí nadie logra moverlo. Esto se debe a que  Guevara sabe que  la tiene casi en sus manos, y  sabe que su actitud debe ser de extremosa prudencia, para no provocar la ira de los dioses  del altiplano, que son los que finalmente  decidirán.

El que tampoco ha pagado las cuotas, se dice, es Checo Guajardo, pero la mesa del registro que preside el egidista Lucino Cervantes, seguramente  se la va a perdonar, y lo va a dejar jugar el día de hoy,  que será cuando las autoridades del proceso interno den a conocer quienes son los que cumplieron con los requisitos, y logran pasar a la  semifinal.
La final será el viernes.

Victoria: Calles  pavimentadas, una historia  por contarse
Asomaba la mañanita sobre la tierra recién removida. Aun jadeaba la retroexcavadora, como una bestia mecánica atenta a la mano de su operador. Bañados por el sol, Óscar y una hilera de niños y padres de  familia, se encontraban parados a la orilla de la calle José Mercado, el acceso principal a la colonia  Loma Alta. Ahí los captó la fotografía para la posteridad, justo en el génesis  de la transformación urbana. Mañana, esta misma calle, será una senda de concreto hidráulico.

Los niños de la foto, se harán hombres…y  probablemente algún día, su memoria de padres, contará  la historia:  “Mira hijo, aquí antes había  puro terregal, y yo acompañé  al alcalde Óscar  Almaraz, en el inicio de la pavimentación”.

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