Jonathan Hernández traicionó una promesa hecha a su abuelo. El viejo hizo jurar al nieto que estudiaría cualquier cosa que le librara de la azarosa vida en el campo oaxaqueño. Jonathan sí estudió, se hizo ingeniero químico en el Instituto Politécnico Nacional, y aunque regresó al origen, a Oaxaca y al campo, lo hizo en una suerte de revancha que hoy beneficia a campesinos.
El oaxaqueño encontró que una planta conocida como higuerilla resultaba ideal como materia prima para desarrollar un biocombustible.
Los campesinos consideran maleza a la higuerilla y como tal batallan para erradicarla de sus cultivos. Hernández creó Dertek Tecnología y Desarrollo de Energías Renovables y ha convencido a más de 3 mil agricultores de que no desechen la higuerilla, sino que sean aliados en la transformación de ese insumo en un biodiesel con cientos de aplicaciones.
La otra noche en una cena, un diplomático mexicano preguntaba si no había otras historias sobre México más allá de la corrupción, la violencia y (en mis palabras) la grosera inoperancia de los gobiernos.
En mi turno contesté que sí, que sí hay otras historias. Y le conté que en 2015 estuve un par de días en Jalisco reporteando sobre hackers e innovadores. Que eso es real y que de eso no se habla (no hablamos) mucho en nuestros medios.
Por cosas de la amistad, y en oportuna coincidencia con el cuestionamiento del diplomático, ayer supe de otros innovadores, de los cinco finalistas de un concurso de innovación patrocinado por la empresa RedBox. Entre esas historias está la de Jonathan Hernández.
RedBox está celebrando sus 15 años como agencia de innovación. Para celebrar su cumpleaños convocaron a un concurso para “encontrar las historias de innovación más inspiradoras de México”.
Desde 16 estados de la República recibieron más de 150 proyectos. En un primer corte tuvieron 15 semifinalistas y la semana próxima elegirán al ganador del premio de un millón de pesos de entre los cinco finalistas.
Además de Dertek, concursan las empresas Agropro, Agricultura de Precisión; Automatische Technik; iLab, Imagina, innova, incuba, y Dev.f Desarrollamos (personas).
Surgidos en Hermosillo, Sonora, Agropro ha desarrollado tecnología que con la ayuda de un dron analiza en cuestión de horas cientos de hectáreas para detectar problemas en los plantíos.
Mediante esa tecnología los campesinos no sólo ahorran tiempo, sino que pueden aumentar su producción y abaratar sus costos en agroquímicos.
Fundado en 2009 por Juan Pablo Martínez Esponda, exalumno del Tec, Automatische Technik por su parte quiere llevar su tecnología para desarrollar robots a las PYMES mexicanas, con el objetivo de ayudar a “construir una economía enfocada en la creación y no en la manufactura”, según un comunicado de RedBox.
Defv.f es una iniciativa de tres jóvenes de la ciudad de México y la definen como una escuela “nómada” de hackers.
Según RedBox, “Dev.F busca transmitir la cultura hacker (…) su modelo es ocho veces más rápido y veinte veces más barato que los programas de educación tradicionales y colocan a más del ochenta por ciento de sus exalumnos en empresas como Google y Microsoft”.
Finalmente, iLab “es un laboratorio de innovación en Xalapa, Veracruz que (…) cuentan con un modelo de educación propio que imparten cuatro veces al año en un Bootcamp intensivo en el que trabajan desde la ideación del problema, hasta la construcción de una solución”.
El millón de pesos, explican en RedBox, se lo llevará la iniciativa que más jugo pueda sacarle a ese monto en términos de impactar a más gente.
Son noticias del otro México, uno luminoso a pesar de los problemas. Hay esperanza.