Las justas federales y locales del ‘18 serán las más caras en la historia
Enriquecimiento de Ricardo Anaya Cortés irrita a clase política albiazul
Si Almaraz se decidiera, sería reelecto; de lo contrario, ganaría el PAN
Surgen los primeros aspirantes al Senado y sólo en el PRI hay muchos
El presupuesto multimillonario que propone el Instituto Nacional Electoral (INE) para conducir las tres contiendas federales y 30 estatales del 2018, más que sorprender al pueblo mexicano –que ha perdido toda capacidad de asombro merced a la inseguridad y la corrupción de altos funcionarios públicos–, le significa un insulto.
Sobre todo cuando está enterado que parte de sus impuestos serían derrochados en el financiamiento a los nueve partidos políticos, mientras, más/menos, 70 millones de compatriotas enfrentan crisis económica y de ahí casi la mitad acarician la pobreza extrema.
Los acontecimientos cruentos del jueves que nos antecede pudieron blindar al organismo de la crítica ciudadana, al ‘botepronto’, pero quienes no se dejan engatusar con cortinas de humo repararon en tan exagerada cifra que el Consejo General del INE aprobó en su sesión más reciente; y (quizás) ya hasta envió a la Cámara de Diputados para su inclusión en el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación del año próximo.
Ésta, alcanza los 25 mil 45 millones de pesos, de los que 18 mil 256 millones se destinarían al gasto corriente, como son la compra de equipo de cómputo;
jugosos salarios, altas compensaciones, viáticos, el pago de los servicios públicos; la promoción mediática, compra del papel sanitario y toallitas
desechables, jabones, agua purificada (de importación), gastos de representación, obsequios y, tal vez, masajistas para quitarle el stress a una pléyade de burócratas que se sacaría la lotería sin comprar boleto.
Otros 6 mil 788 millones 900 mil 16 pesos, se destinarían a financiar a los nueve partidos políticos –con todo y el hartazgo ciudadano–, que al amparo de la ley tienen derecho a las prerrogativas como si fueran entes garantes de la democracia.
Así, con los gravámenes que nos cobran la Federación, el estado y municipio, el proyecto del INE es otorgarles los siguientes montos (sólo cito millones), con cargo al erario:
1) Movimiento Ciudadano (MC): 537
2) Movimiento Regeneración Nacional (Morena): 650
3) Partido Acción Nacional (PAN): 1, 281
4) Partido de la Revolución Democrática (PRD): 773
5) Partido del Trabajo (PT): 376
6) Partido Encuentro Social (PES): 398
7) Partido Nueva Alianza (Panal): 419
8) Partido Revolucionario Institucional (PRI): 1,689
9) Partido Verde Ecologista de México (PVEM): 578
Los independientes recibirían 42 millones 963 mil 332 pesos.
Hay que agregarle al proyecto 128 millones 889 mil 997 pesos, que, por actividades específicas, gastarían los partidos; más 171 millones 853 mil 323, por franquicias postales.
¡Toda una danza de recursos!
¿Y, de dónde saldrían?
Obviamente de los tributos que paga el pueblo, obligado por quienes detentan el poder.
¡Ah! pero lo requerido por el INE, pesos más/menos, seguramente el Congreso de la Unión lo autorizaría por instrucción directa del Presidente (Enrique Peña Nieto), so pena que al desatender su instrucción castigara a los insurrectos en connivencia con quien ha decidido sea su sucesor.
Mientras tanto, la sociedad seguirá siendo azotada por sus verdugos del Palacio Legislativo de San Lázaro.
Resistencia
La exhibida mediática que Ricardo Anaya Cortés (alias) ‘El Cerillo’ sufrió en los últimos días por su riqueza, de ningún modo lo descarta como uno de los favoritos a obtener la candidatura presidencial albiceleste.
Menos cuando puntea en el hándicap interpartidista.
Lo mismo ocurre con Andrés Manuel López Obrador, quien durante años ha sido blanco de ataques, sin que estos le hayan hecho mella. Por el contrario, crece
su posicionamiento.
Miguel Ángel Osorio Chong es otro político que ha resistido embates extrapartidistas y el fuego amigo, aunque la modificación de los estatutos priistas lo ha puesto nervioso porque sabe que del plato a la boca se cae la sopa.
De cualquier forma no deja de llamar la atención la exhibida que sus propios compañeros de partido le dieron al queretano, azuzados o no por el clan calderonista que se vale de cualquier información para cobrarle las afrentas contra su mujer, Margarita Esther Zavala Gómez del Campo, quien supuestamente ha remontado en las preferencias y dejado atrás al ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas.
En fin, ninguno de esos tres panistas ni el priista tienen asegurada la candidatura –sólo el mentado ‘Peje’–, aun cuando resisten estoicamente el golpeteo.
¿Relección en Victoria?
Óscar de Jesús Almaraz Smer ha dado tanto con tan poco, en su gestión como presidente municipal de Victoria.
Y su empatía con el gobernador, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, le ha redituado recursos para seguir atendiendo las necesidades y demandas ciudadanas.
Él siempre lo ha reconocido públicamente.
Ambos trabajan en una misma línea y han desechado subirse al ring como, al principio de su gestión, hubo quienes así lo recomendaban sólo por pertenecer a partidos distintos.
Ninguno cayó en el garlito y en poco tiempo entraron en sincronía al grado tal que uno a otro reconocen públicamente su contribución para el desarrollo sostenido y sustentable de Tamaulipas.
Ello hace pensar que si Óscar se decidiera a buscar la reelección no tendría problemas para repetir en el cargo.
¡Ah!, pero si acaso su proyecto político mediato fuera contender por un escaño o curul, al membrete albiceleste se le abrirían las puertas del ayuntamiento de par en par, pues hasta el momento no se vislumbra una figura tricolor con los tamaños de Almaraz.
Tiradores
Ganar la Presidencia Municipal de Victoria en el proceso electoral que se avecina, es una de las prioridades del membrete albiceleste, aun cuando la selección de su candidato se convertiría en todo un galimatías.
Y es que su mejor cuadro, Lydia Madero García, nada quiere saber, al menos por el momento, de participación política, luego de haber sido echada de la Secretaría de Salud.
Abelardo Perales Meléndez, tampoco le entraría al juego. Ni aunque se lo pidiera el alto mando, que, por cierto, evalúa hasta donde requeriría de otro personaje.
Teresa Aguilar Gutiérrez (actual diputada local) surge en la palestra, con todo y la desacreditación que sufrió por el ‘borrachazo’ de su marido (Roberto Salinas Salinas), igual que Fernando Campos Martínez, aunque éste guarda disciplina y su tiempo lo ocupa en fortalecer al Itace en lugar de andar grillando.
Arturo Soto Alemán, por su parte, ya aclaró que no buscará otra vez la candidatura –recuérdese que fue abandero en las dos contiendas que a la del ‘18 anteceden–, pues está entregado a sanear la Subsecretaría de Ingresos y eso, precisamente, no le permite distracciones.
Entonces el abanico se cierra más, aunque crecen las posibilidades de que Eduardo Garza García, ‘El Chichi’, sea nominado.
Actualmente despacha en el Instituto Tamaulipeco de Infraestructura Física Educativa (ITIFE) –concretamente como jefe del Departamento de Recursos Humanos y Materiales–, pero antes fue regidor en el trienio del también panista (disfrazado de priista) Arturo Díez Gutiérrez; candidato a síndico primero, y funcionario en la Delegación Federal de la Sedesol, en la administración de Francisco Javier Rangel Castillo, quien relevó a Luz Irene Alzaga Madaria luego de ser cesada por desviar recursos.
En el PAN causó alta como militante activo en 2001, después de ser por tres años miembro adherente, al sumarse a ‘Los amigos de Fox’; fue también presidente del Comité Municipal en Hidalgo, y consejero político estatal en dos ocasiones.
En esta capital ‘El Chichi’ adquirió más popularidad porque su padre César Garza Cano, ‘El Gordo’, era dueño del conocido restaurante ‘Cruz Blanca’ (¿quién no ha probado el menudo que ahí venden?), que cedió a los trabajadores.
Hay, sin embargo, otros dos interesados en la candidatura, pero con menos probabilidades por su distanciamiento con el partido; uno se llama Javier Mota Vázquez (actual regidor) y el otro, Rachid Ramírez Abraham.
Como fuere, Garza García lleva delantera.
Aspirantes al Senado
En colaboración anterior le comenté que Américo Villarreal Anaya asoma como favorito en el hándicap por la candidatura senatorial de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), donde igual corren el ex priista Felipe Garza Narváez y el ex perredista Héctor Garza González (a) ‘El Guasón’.
No se vislumbra todavía a ninguna mujer para integrar la fórmula, en pleno acato a la disposición oficial de privilegiar la equidad de género. Lo que tampoco es obstáculo para que se placeen los aspirantes.
Lo mismo ocurre en el Partido Acción Nacional (PAN), que jugaría a Gerardo Peña Flores (actualmente es Secretario de Bienestar Social), si acaso la intención es retener las posiciones de mayoría en la Cámara de Senadores.
También falta que asome una fémina con presencia estatal, aunque, por estrategia, el alto mando albiceleste no enseña aún sus cartas.
Respecto al Partido Revolucionario Institucional (PRI) pocos son los interesados, pues dudan en poder recuperar los dos escaños de mayoría e incluso retener la posición de primera minoría, ante el debilitamiento de la institución.
Además, saben que invertirle a una campaña de tal envergadura sin el apoyo económico del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) menguaría sus propias finanzas. Y no están dispuestos a poner en riesgo sus capitales.
Aun así se menciona a Edgardo Melhem Salinas, Enrique Cárdenas del Avellano, Ramiro Ramos Salinas, Marco Antonio Bernal Gutiérrez, Óscar Santiago Luebbert Gutiérrez y Baltazar Hinojosa Ochoa, más los que se acumulen esta semana.
Por parte de las mujeres aparecen Yahleel Abdala Carmona, María Esther Camargo Félix y Aida Zulema Flores Peña.
Movimiento Ciudadano (MC) tiene a Norma Leticia Salazar Vázquez para competir decorosamente, pero le falta un varón que, por supuesto, no sería Gustavo Cárdenas Gutiérrez.
Del resto de los partidos ni la pena vale distraerse porque siempre le juegan a pescar a río revuelto.
Partidos oportunistas
Ya estamos a menos de dos semanas de iniciar formalmente el proceso electoral del 2018, y nadie en su sano juicio se atrevería a negar que un partido político triunfador se integra con fortalezas. No con debilidades.
Pero ya en los hechos, y dado el poco o nulo arraigo alcanzado, lo que salga es bueno, según razona ‘La chiquillada’.
La idea es seguir mamando, sin importar las posibilidades reales de éxito.
Exponerse a perder el registro y, en consecuencia, el financiamiento público, no está en los planes de membrete alguno.
Y si en función de conservar las prebendas tuvieran que aliarse con el mismísimo demonio, lo harían. De eso no hay duda.
Los tiempos de la exquisitez y la virginidad política hace mucho que cayeron en desuso.
Ahora priva el gusto por saludar con sombrero ajeno y estar vigente a costa de lo que sea.
Incluso de ofertar al mejor postor, en público y en lo oscurito, las siglas que representan. Como cualquier ramera.
Por eso y por mucho más, nadie puede reclamar a la sociedad civil que haya perdido la capacidad de asombro y no encuentre diferencias entre los personajes opositores que se ostentan como férreos abanderados de las causas mayoritarias.
Entre ellos la distinción la marcan el color y las siglas. Pero en el fondo no hay diferencia sustancial.
Menos extraña al grueso del electorado que actualmente la pepena o los escurrimientos estén en su etapa más productiva. Ni que membretes como el de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT), Nueva Alianza (Panal), Movimiento Ciudadano (MC), Verde Ecologista de México (PVEM), Encuentro Social (PES) y Morena ya anden desatados reclutando a priistas descontentos.
En la geografía estatal los nueve parecen no existir. Pero cuentan con registro oficial y hay claras evidencias de que repiten lo que mejor saben hacer: echarse en brazos del poderoso –en este caso del PAN–, con el interés de sufrir el menor desgaste y al menos conservar las oficinas que rentan en el
estado.
Como fuere, los ‘chaqueteros’ ya empiezan a ser exhibidos.
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