Tras la elección de nuevo dirigente estatal del PRI, pero sobre todo de la terminación de la primera fase electoral de la elección de los aspirantes a candidatos de MORENA a alcalde, diputados y senadores de Tamaulipas, la efervescencia política subió de intensidad y al mismo tiempo empezado a aclarar poco a poco el panorama sucesorio local.
Como reza el dicho, “caminado la carreta se acomodan las calabazas”.
Conviene precisar, no obstante, que si, como muchos pensaban, con la llegada de Sergio Guajardo Maldonado a la cúpula priista tamaulipeca se pretendía ayudarle al PAN, la inconformidad que la elección provocó en las bases del tricolor ha terminado por favorecer igualmente al Movimiento Regeneración Nacional.
Los conformes con la decisión de los consejeros tienen la esperanza de que el revuelo que ha causado el partido político de AMLO en la entidad dividirá en tercios las votaciones del proceso y permitirá al Revolucionario Institucional la recuperación de parte del terreno perdido en los comicios del 2016.
Los seguidores de la corriente crítica, en cambio, tienen una idea y planes muy distintos. Para no facilitarle las cosas a Acción Nacional ni al gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, que suponen que es la misión que se habría asignado al nuevo jerarca tricolor, castigarían la decisión votando por los candidatos de la agrupación de Andrés Manuel López Obrador.
Si se concretara ese escenario, la disputa de los cargos que estarán en juego en la contienda del año que viene no la encabezarían el PRI y
el PAN sino el PAN y el movimiento del nativo de Macuspana.
En el municipio de Madero, por ejemplo, no son pocos los militantes del PRI que anticipan que si no le ven al candidato priista posibilidades de recuperar la alcaldía, apoyarían a Adrián Oseguera, el virtual abanderado de la izquierda morenista, para impedir la reelección de Andrés Zorrilla Moreno.
La declaración, por cierto, del titular del ayuntamiento de que no tiene interés en reelegirse es considerada como la táctica de la tortuga de “no me echen al agua porque me ahogo” urdida por los estrategas del munícipe para buscar seguir en el cargo por otros tres años.
Trascendió que un grupo de panistas leales a la causa del jefe edilicio se reunirían el sábado a partir de la seis de la tarde en el taller del ex regidor Javier Morado Salazar para pedirle que participe en el proceso y que, como parte de ese supuesto plan, el funcionario recorrería luego colonia por colonia a recabar el respaldo de los vecinos para demostrarle al que manda en el Estado que las clases populares de la ciudad aclaman su permanencia en el puesto. ¿Será?
La alcaldesa Magdalena Peraza Guerra dejó entrever una posición similar, que no se sabe si tendrá también como objetivo hacerse del rogar para que llegado el momento sus miles de simpatizantes le pidan pelear por tercera ocasión el gobierno porteño o si realmente no ha resuelto si le entra o no a la competencia.
Volviendo a la tierra de Doña Cecilia Villarreal, no hay que pasar por alto, por otra parte, las eventuales repercusiones políticas que traerá consigo la paralización de actividades de la Refinería Madero que, con el argumento de que será sometida a un mantenimiento total en los cien años que tiene la unidad de operar sin interrupciones, especialmente en el caso de que llegara a poner en riesgo la seguridad laboral de los trabajadores petroleros, que por ahora no se contempla.
Sean peras o sean manzanas, la diputada federal Montserrat Arcos Velázquez no desaprovecha ocasión para llamar la atención de los ciudadanos. Ayer acaparó los micrófonos y reflectores de los medios de comunicación con la entrega de cobertores, camisetas y equipo deportivo a los miembros del Centro Cristiano de Rescate Contra las adicciones Victoria.
La legisladora es un activo con el que cuenta el ex partido oficial del municipio para lo que se pudiera ofrecer cuando las circunstancias lo requieran.
En el ámbito nacional el aspirante a gobernar la ciudad de México, Ricardo Monreal, demostró estatura política y colmillo retorcido. Aunque exige que se aclaren las dudas que dejó el proceso interno, el delegado capitalino afirmó que no piensa renunciar al partido y reiteró que el hombre de mayor autoridad moral se llama AMLO. “No voy, dijo, a pelearme con la historia ni a generar una confrontación, mucho menos una ruptura”.
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