5 diciembre, 2025

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Rescatan a 1,700 huérfanos de la violencia

A través del programa “Nuestros niñ@s, nuestro futuro” que implementa el DIF, se busca garantizar alimentación, educación y apoyos para su desarrollo

CIUDAD VICTORIA, Tam.- El silencio de la mañana del sábado nueve de julio de 2016, fue irrumpido por la ráfaga de un arma de alto poder que acabó con la vida de cuatro adultos, al interior de una vivienda mientras dormían.

Los cuerpos de un hombre y una mujer, esposos, quedaron sin aliento sobre dos menores de edad: sus hijos, “José” y “Alexis”, quienes desde ese día quedaron bajo el resguardo de su abuela, quien tuvo que pasar del dolor de haber perdido a su hijo, a tener que trabajar, tocar puertas, pedir prestado y vivir de la caridad de las personas, pues a causa de la violencia, sus nietos quedaban en desamparo.

Al igual que estos dos niños, en Tamaulipas existe un aproximado de mil 700 menores de edad que a causa de delitos de alto impacto, sus padres han perdido la vida, mismos que hoy, a través del programa “Nuestros niñ@s, nuestro futuro”, que implementa el DIF Tamaulipas, se busca garantizar su educación, alimentación, así como apoyo psicológico y hasta los tratamientos que les ayuden a darle el perdón a quienes jalaron el gatillo que cortó la vida de sus progenitores.

«Siempre escuchamos de acciones que se implementan para abatir los índices de criminalidad, pero dejamos de lado los aspectos sensibles que son la semilla de nuestro presente y nuestro futuro: nuestros niños que son víctimas de las guerras de los adultos»; dijo la Presidenta del Sistema DIF Tamaulipas, la señora Mariana Gómez de García Cabeza de Vaca al presentar el programa.

“Nuestros Niños, Nuestro Futuro”, atenderá en su primera etapa a más de mil niñas, niños y adolescentes que perdieron a uno o ambos padres a causa de la violencia que ha azotado a Tamaulipas desde el año 2010.

El DIF Tamaulipas reconoce un padrón de beneficiarios integrado por un mil 700 expedientes, con 475 niños en condición de integrar el programa, esto previo a su anuncio, pues una vez que se publicó el pasado 28 de agosto en la ciudad de Reynosa, se abrirá el mecanismo para la recepción de casos acorde a las bases del programa.

La Organización de las Naciones Unidas reveló en el Informe Relator Especial sobre las Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias o Arbitrarias, publicado en abril de 2014, que en México existían 27 mil personas en condición de desaparecidos y poco más de 127 mil familias víctimas de algún tipo de violencia generada a causa del crimen organizado, de las cuales se desprenden alrededor de 53 mil niñas, niños y adolescentes sin padre, madre o ambos, por los mismos hechos.

Este programa tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de los menores en orfandad a consecuencia de los delitos de alto impacto, impulsar su desarrollo familiar, emocional, social y afectivo, así como brindar una atención integral para asegurar su bienestar, detalla el DIF estatal en los fundamentos de «Nuestros niños, nuestro futuro».

Para los beneficiarios se les garantiza la entrega de becas de estudio y manutención, uniformes, además de acompañamiento jurídico y psicológico, atención en escuelas del perdón y apoyo con sesiones de atención a su duelo, dolor y pérdidas de esperanza.

En una escuela primaria, «Jimena» raciona su lonche pues le tiene que alcanzar para el recreo de las 10 de la mañana y para la comida de la 1 de la tarde, ya que donde estudia es una institución de tiempo completo. Por la mañana se come la mitad de un sandwich y a media tarde se queda en una banca del patio para comer el otro trozo, si es que le quedó.

Ella no va al comedor con sus demás compañeros, pues en su familia no hay quien pague la cuota de alimentación que pide la escuela; su madre falleció en un ataque donde miembros de una banda le arrebataron la vida también a su abuela materna, su padre huyó y su abuelo se quedó a su cargo.

Acaba de pasar a segundo año y lleva buenas calificaciones, «Pero pone más atención cuando come bien», dicen allegados a la pequeña.

A unos cuantos pasos, en otro salón de quinto año, a «Juan» ya no lo vieron, desde antes de terminar el ciclo escolar pasado faltó algunos días a la escuela pues a su papá, que era abogado, llegaron a su despacho y lo ultimaron a balazos, a su madre le acaban de detectar cáncer y su abuela lo cambió de escuela, una más cerca de donde ahora tiene que vivir y donde cuidarán de él y de su mamá.

La realidad que «Jimena» y «Juan» enfrentan no es sencilla, pero no conocen otra y sin programas como el que esta semana se puso en marcha, los riesgos que corren se multiplican; el informe «Violencia, Niñez y Crimen Organizado» de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, arroja que los niños mexicanos a partir de los diez años de edad son vulnerables para ser integrados de manera obligatoria a las redes del crimen organizado para manejo de armas o tráfico de drogas, medio del cual difícilmente saldrán.

El reto se hace aún más complicado ante este escenario, por lo que el DIF Tamaulipas elaboró reglas de operación para que la sociedad civil e iniciativa privada se involucren y participen apadrinando a estos niños, explicó Omeheira López Reyna, directora general del organismo.

A través de donativos mensuales de 500 pesos que podrán hacerse vía electrónica, el padrino otorgará una beca que ayudará a que su ahijado obtenga recursos para su manutención, atención médica y compra de útiles escolares.

Victoria es la ciudad con mayor índice de menores de edad en condiciones de orfandad a consecuencia de la violencia, de acuerdo a estadísticas del DIF y esto se debe a que los municipios del centro, sus denuncias y registros en programas de atención a Víctimas, acuden hasta la capital del estado a realizarlos.

Desde que la violencia recrudeció en el país, no existía antecedente de un programa de esta naturaleza que buscara incidir directamente en la atención a los sectores más vulnerables tras la comisión de un delito de alto impacto, hasta la llegada del programa «Nuestros Niños, Nuestro Futuro», que implementa la actual administración estatal.

La única condición que tiene el programa para los beneficiarios es que sigan estudiando.

“En el Sistema DIF, queremos ser el apoyo de esas abuelas y abuelos, tíos y hermanos mayores que ahora tienen bajo sus cuidados a uno o varios menores. Para ellos hemos creado este programa, pensando en la urgencia por atenderlos y apoyarlos para que puedan continuar con sus estudios y puedan ser adultos de bien”, puntualizó Mariana Gómez de García Cabeza de Vaca.

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