Un año duró el terror de la guillotina en Francia. El comité de Salvación Pública y el de Seguridad General, eran los dos brazos ejecutores de la revolución. Se le confiscaron las fortunas al enemigo.
En el Tamaulipas de hoy, los priistas de abolengo, están experimentando el miedo a las acciones punitivas del panismo, y por esa razón, como coloquialmente se dice, se encuentran con los calzones abajo, flojitos y cooperando.
El silencio entre los priistas de alto nivel es elocuente. Prefieren mirar hacia otra parte, y hacer, como que si nada hubiese pasado. A otros, les ha dado por embriagarse en sus círculos exclusivos, chocando sus copas en medio de la tormenta, como los comensales del Titanic.
Me pregunto, si estos apellidos ilustres, en ámbitos tan rentables como el de la obra pública, las compras y las finanzas, podrán dormir plácidamente. Hasta ahora, se sienten intocables. ¿Será posible que sigan manteniendo dicha condición?
No es el caso de los priistas de a pie. A esos ni les va ni les viene, el tema de la corrupción, pues, en el pasado inmediato, ni las migajas les dieron.
Los nuevos ricachones, esos que ahora siguen residiendo en Tamaulipas, y que participaron en el gobierno de Egidio Torre, se encuentran temerosos de ser llamados a cuentas. Recientemente vimos en una conocida cafetería, al ex secretario de Obras Públicas, Manuel Rodríguez Morales, considerado como uno de los personajes más influyentes del sexenio anterior, sus hijos Manuelito y Mariana, hicieron y deshicieron, desde posiciones claves del gobierno estatal.
Muchas de las acciones de carácter político y administrativo, se les atribuyen a estos cachorros de la revolución mostachona en Tamaulipas.
En este escenario, las palabras del encargado del membrete tricolor, Sergio Guajardo Maldonado, parecen echarle gasolina al fuego de los pecados financieros y administrativos cometidos por el padrino Egidio y su gabinete.
“Que el gobierno deje de hablar, y actúe más, para dar resultados”, le pidió Checo a los empoderados vientos panistas, a sabiendas de que, los azules tienen todas las cartas en su poder, y si hasta ahora, no le han dado una desconocida al sexenio que les entregó el changarro, es porque, de plano, desde arriba, siguen sin dar la orden.
Pero de que hay elementos, los hay y de sobra.
Por lo pronto, la Auditoría Superior del Estado informa que, existen por lo menos dos mil ex funcionarios estatales, sujetos a investigación. El número es muy ambiguo, y suena a que, hasta ahora no hay objetivos precisos, como tampoco sabemos, si entre esos dos millares, hay peces gordos, o solamente se trata de la morralla, para taparle el ojo al macho.
El gobernador Cabeza de Vaca ha comentado que, entre los priistas, la corrupción es generalizada, y que solo es cuestión de rascarle, para que brote la pus.
Hasta ahora, al sexenio que les entregó el poder, no le han hecho ni piojito.
¿Habrá llegado ese momento?
Lo cierto es que, en la actual coyuntura, el PRI de Checo, solo trata de jugar su papel, en el gran simulacro de la tauromaquia opositora.
Sabe que no puede ir más allá de ciertos límites, porque si se extralimita en su faena, el círculo íntimo del egidismo, podría sufrir una cornada, o como suelen decir, en la jerga de los astados de lidia..
… una cogida.