De acuerdo con las cifras oficiales, los votantes por edades van a ser determinantes en el saldo electoral. Y ahí hay cuando menos tres grupos:
1.- Los millennials de 18 a 24 años, nacidos entre la crisis de 1994 y la alternancia del 2000, apenas suman 15 millones de votantes, el 17% del total del padrón electoral.
2.- Los anciens o antiguos de 50 a 70 años, nacidos entre 1949 y 1968, son casi el doble de los jóvenes y suman casi 27 millones de votantes, el 30.4%.
3.- En medio, la generación sándwich de 25 a 49 años de edad, nacidos en los años de la crisis 1968-1994, atestiguó y hasta empujó el agotamiento del PRI como la propuesta única para el país y fue responsable de la lucha por la pluralidad.
La segmentación de los votantes se hace en tanto la totalidad del padrón de 88.6 millones de ciudadanos. De acuerdo con estadísticas de votaciones anteriores, son más los ciudadanos maduros que votan que los jóvenes. Los primeros acuden a las urnas en busca de expectativas, en tanto que los segundos su realidad no pasa
por las votaciones.
Las expectativas de los millennials son simbólicas porque en las elecciones legislativas del 2015 el 50% de los jóvenes votaron por el PRI y por el PAN en un intento de garantizar por la estabilidad. Morena, ya con el discurso radical y excluyente de López Obrador contra “la mafia en el poder” sólo le pellizcó 3.3
millones de votos (8.4%) al PRD, sin representar algún atractivo para las nuevas generaciones. Las tendencias de votos para el 2018 a favor de López Obrador representan el voto de castigo o de resentimiento contra el PRI, el PAN y el PRD porque no han construido una verdadera alternativa de desarrollo contra la crisis.
Ese voto de castigo como voto útil le dio la victoria a Fox en el 2000 y el 2006 pero le regresó el poder al PRI en el 2012.
La parte fundamental del voto está en el sector medio de quienes nacieron entre la crisis posterior al 68 y la crisis de 1994, ese cuarto de siglo que representó el desmoronamiento del PRI rumbo a la alternancia panista en el 2000. Fue, en sentido estricto, el voto por el cambio, aunque también en sentido estricto Vicente Fox decepcionó al prometer sacar al PRI de Los Pinos “a patadas” pero no hizo más que mantenerlo vía pactos legislativos con la entonces priísta Elba Esther Gordillo.
Los primeros indicios revelan que los jóvenes de 18 a 25 años no ven con confianza a López Obrador porque su discurso de campaña está diseñado para el segmento medio de la crisis nacido entre 1968-1994. Pero como es casi el mismo del PRI neoliberal que sobrevive de la demagogia del PRI populista, entonces la base electoral de Morena estaría también fragmentada.
La tendencia de votos lopezobradorista en las encuestas revela la proporción, pero no la argumentación, ya que lo mismo ocurrió en las elecciones presidenciales del 2006 y el 2012 en las que López Obrador arrancó arriba y fue perdiendo tendencia por la obviedad de su discurso, la falta de una propuesta alternativa y su sentimiento de discurso de odio contra el PRI.
El objetivo electoral estará, por tanto, en el segmento de 25 a 50 años de edad.
Política para dummies: La política es la habilidad para saber segmentar a los votantes y ofrecerles soluciones a los problemas de cada grupo.
Sólo para sus ojos:
Cuando Jorge G. Castañeda renunció a su campaña por una candidatura independiente, catapultó al senador perredista Armando Ríos Piter como el candidato con carisma. Pero ya lo abandonó porque debía de estar haciendo campaña junto a él. El jale de Castañeda con los jóvenes le haría bien al senador Jaguar porque le entró a la contienda sin tener estructura ni un segmento electoral identificado.
La inseguridad salió a las calles con asaltos a transeúntes, sin que la policía logre imponer su presencia. Son asaltantes audaces que no les importa que haya otras personas y se arriesguen a linchamientos. Mientras la policía en las ciudades carezca de capacitación, la delincuencia estará de fiesta.
López Obrador anda ya en plena campaña con discursos de oferta presidencial bajo las narices del Instituto Nacional Electoral, pero el organismo carece de voluntad para aplicar la ley. Lo peor es que la campaña del tabasqueño es una burla a las autoridades electorales.
Nada pasará con las revelaciones de los Papeles del Paraíso porque los mexicanos involucrados en cuentas extranjeras gozan de influencia e impunidad.