Como ocurre año tras año, el presupuesto de egresos del país que ejercerá el gobierno durante el 2018 aprobado el viernes pasado por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión contempla aumentos salariales, aunque hay notables diferencias entre los que se pagarán a los funcionarios del gobierno y a los miembros de la empobrecida clase trabajadora.
Los senadores, por ejemplo, ganarán 89 mil 451 pesos más que lo que percibieron a lo largo del 2017.
Con el aumento del 4.74 por ciento que fue autorizado, los legisladores de la Cámara Alta, que en el actual año recibirán 1 millón 884 mil 312 pesos, el año que vienen se embolsarán la suma de un millón 973 mil 763 pesos.
A los ministros de la Suprema Corte, que son los mejor pagados, ya que ganan 651 mil 741 pesos mensuales, sin contar las prestaciones, un 200 por ciento más que el presidente de la República, les aumentarán otros 28 mil 481 pesos mensuales, en tanto que Enrique Peña Nieto, que en estos momentos recibe 207 mil 591 pesos, en los once meses del que entra, percibirá en total 3 millones 115 mil 531, sin restarle el último mes de diciembre.
Para los diez secretarios de estado que conforman el cuerpo o gabinete administrativo del señor de los Pinos, los aumentos salariales incluyen, además, 11 mil 300 pesos en los vales de fin de año, 11 mil 605 por concepto de prima vacacional, más de 45 mil pesos de aguinaldo, 518 mil 188 como gratificación de fin de año, 12 mil más por vales de despensa y 277 mil 103 por cumplimiento de metas.
¿Y saben cuál fue el aumento que se otorgará a los salarios mínimos?
De entrada, antes de que los legisladores dieran el visto bueno a los incrementos de los obreros, el gobernador del Banco de México, Agustín Cárstens, alertó sobre el riesgo de alzas desproporcionadas, por encima de la variación de la productividad, debido a que generarían presiones inflacionarias.
Con esa advertencia, el minisalario de 80.4 pesos mensuales del año pasado, pasará en el entrante a alrededor de 90 pesos o menos, abajo de la inflación y el estancamiento de los ingresos. También de que, de acuerdo con el Ceneval, 8.6 millones de mexicanos son pobres causa de los bajos ingresos, otros 62 millones viven con ingresos inferiores a la línea de bienestar y 21 .4 millones más con ingresos inferiores a la línea de bienestar mínima.
No obstante es dramática realidad, las autoridades no se cansan de presumir los grandes logros obtenidos en el sexenio en materia laboral.
He ahí, entre otras, una de las principales causas del repudio de los segmentos populares de la sociedad al gobierno y a los servidores públicos, igual que a los partidos políticos, a estos porque no solamente no hacen nada para aliviar la situación, sino que contribuyen a que permanezca.
También por la que los políticos tamaulipecos, como lo del resto de los Estados de país, se pelean con tanta vehemencia las candidaturas de senador y diputados federales, incluso en el PRI, partido en el que la posibilidades de llegar al Senado por la vía de la mayoría relativa son mínimas.
El ex candidato a gobernador Baltasar Hinojosa Ochoa encabeza la lista de los prospectos a los que podría echar mano el Revolucionario Institucional el año que viene para disputar al PAN los 3 escaños senatoriales correspondientes a Tamaulipas, en la que figuran igualmente el victorense Enrique Cárdenas del Avellano, la tampiqueña Mercedes del Carmen Guillén Vicente, el riobravense Edgar Melhem Salinas y el oriundo del Mante, Alejandro Guevara Cobos, entre otros.
¿Y el actual dirigente estatal del tricolor, Sergio Guajardo Maldonado? Todo indica que en tanto permanezca al frente del partido el pupilo del ex gobernador Egidio Torre Cantú tendrá que conformarse con dejarlas pasar y seguir fingiendo que es la principal cabeza de la oposición al régimen estatal.