TÉXAS.- El crimen organizado azota el Valle del Río Grande como nunca antes. Secuestros, asesinatos de mujeres y hombres, trata de indocumentados, tráfico sexual, comercio ilegal de armas y casinos sin autorización son parte de los delitos que combate el Departamento de Justicia en colaboración con las corporaciones locales de policías en Estados Unidos de América.
El aumento de la incidencia criminal en territorio norteamericano se vincula directamente con el modus operandi de la delincuencia organizada mexicana, de acuerdo con información de autoridades estadounidenses.
Hace tres años la preocupación principal del gobierno texano era el tráfico de personas sin documentos, ahora el secuestro de personas que visitan las ciudades fronterizas y la proliferación de casas de seguridad con inmigrantes se han convertido en los ejes de la batalla en el sureste estadounidense.
La Oficina Federal de Investigación (FBI, siglas por su nombre en inglés) ha señalado que Texas es el epicentro del secuestro virtual, que ahora se expandió por varios estados de la Unión Americana. De 2013 a 2015, los agentes federales han rastreado las llamadas y, aseguran, todas provienen de México.
La administración ha difundido anuncios de advertencia sobre este tipo de privación ilegal de la libertad a la población. En ellos, recalca que las llamadas se originan en las cárceles mexicanas y, hasta hace dos años, se dirigían a hispanohablantes habitantes.
Pero las llamadas empezaron a llegar en inglés, dijo el representante de la oficina federal, Erik Arbuthnot. “Los delincuentes ya no estaban dirigidos a personas específicas, como médicos o simplemente hispanohablantes. Ahora estaban eligiendo varias ciudades y llamando en frío cientos de números hasta que personas inocentes se enamoraron del plan”, añadió.
Pasaron dos años para que el FBI diera un golpe fuerte a las bandas de secuestradores virtuales. Hace cinco meses fue detenida Yanette Rodríguez Acosta, de 34 años, al recoger el dinero depositado por una víctima en un bote de basura en Houston.
La captura de la mujer fue parte de la operación Hotel Tango, donde se identificaron a más de 80 víctimas. El monto de los rescates cobrados suman más de 87 mil pesos. Arbuthnot dijo que la detenida detalló el esquema delictivo de la banda.
En México, los extorsionadores sobornaban a los custodios para comprar los teléfonos celulares. Los presos y la mujer buscaron las áreas y el código de área correcto y el prefijo de marcado telefónico en Internet. Ya con los números comenzaron a marcar en secuencia.
La ambición provocó que la estructura delincuencial cayera. Durante largo tiempo los rescates no superaron los 2 mil pesos, monto que era pagado por cable a México. La exigencia de dos pagos de 28 mil pesos, cantidad que pidieron depositar en botes de basura, facilitó romper la estructura operada por Yanette Rodríguez Acosta.
Un gran jurado federal en Houston devolvió una acusación de 10 cargos contra Acosta, entre los que destacan fraude electrónico y el lavado de dinero. El funcionario agregó que los presos mexicanos que practican el secuestro virtual usan el dinero del rescate para pagar sobornos y facilitar sus vidas tras las rejas. “Y a veces usan el dinero para comprar su salida de la cárcel. Ese es el objetivo final”.
Erik Arbuthnot puntualizó que los casos de secuestro virtual son difíciles de investigar y procesar porque casi toda la estructura delincuencial está en México, y el dinero está desconectado del país y puede ser difícil de rastrear.
Los cargos contra Acosta representan la primera acusación federal en un caso virtual de secuestro. Además, muchas víctimas no denuncian el delito, ya sea porque sienten vergüenza, miedo o porque no consideran que la pérdida financiera sea significativa.
Pega a McAllen
La captura y enjuiciamiento de la mujer de 34 años no ha inhibido el delito. El sábado 28 de septiembre un empleado regiomontano y su esposa fueron
víctimas de un secuestro virtual durante 12 horas en dos hoteles de McAllen, Texas.
El caso inició en el hotel La Quinta Inn Plaza Mall, cuando la pareja fue contactada a través del teléfono fijo de su habitación por un hombre que se identificó como gerente del hotel. Éste los comunicó con un supuesto comandante policiaco para alertarlos de un presunto operativo por un caso de drogas.
“Nos aseguró que iban a hacer una revisión, que le pasáramos el número de nuestro celular para confirmar que no éramos los regios que buscaban”, señaló el hombre.
Los regios fueron engañados para salir del hotel en las primeras horas del sábado y registrarse en La Copa Inn de la calle Houston. Al ingresar a la habitación las llamadas fueron agresivas y se identificaron como miembros de un cártel mexicano.
“A mi hermana y a un amigo trataban de pedirles un millón de pesos…, pero las líneas no podían enlazarlos… Fue algo muy raro, una extorsión virtual”, afirmó. La pareja decidió salir de la habitación para ver si había sicarios afuera. Al no ver personas en el estacionamiento, corrieron a su auto y fueron
al primer hotel. El grupo suspendió su estadía y regresó en caravana por la ruta McAllen-Laredo-Monterrey, sin denunciar los hechos a la policía de
McAllen.
Las llamadas, narraron, fueron en español, aunque también escucharon personas hablando en inglés y les dieron datos personales sobre las víctimas. Los
afectados sospechan que personal del hotel La Quinta dio información confidencial.
La pareja llegó el viernes previo con varios compañeros de trabajo para un evento de negocios en McAllen. Debido a que viajaba con dos perros, el matrimonio no se hospedó en el mismo hotel que el resto de su grupo, sino en el de La Quinta Inn que acepta mascotas.
“Entregué a la Secretaría de Relaciones Exteriores evidencia de mi reservación, del contacto que he tenido por Twitter con el corporativo de La Quinta Inn. Básicamente fue un expediente para ver de qué manera se puede seguir una investigación y pedir una respuesta al hotel más en forma“, expresó la mujer al salir de la oficina federal.
Los controles fronterizos tampoco han servido para evitar los secuestros de estadounidense que son llevados a México. En mayo de 2016 se hizo público el caso de un anciano que fue raptado en McAllen y recluido en una casa clandestina en Matamoros.
La Policía Federal rastreó el vehículo usado para delinquir y encontraron a la víctima, informó el gobierno de Tamaulipas. Uno de los sospechosos de secuestro fue declarado responsable de administrar un casino clandestino en un lote de autos usados llamado Varela’s Auto Sales en McAllen’s 23rd Street.
Casos similares ocurrieron en 2015 y 2016, sin que las autoridades norteamericanas y mexicanas hayan acordado un plan para combatir los secuestros entre
fronteras. Las víctimas han sido ancianos y familias que han estado privadas de la libertad en territorio mexicano.
En la última semana, las autoridades estadounidenses informaron de la detención de una red que operaba burdeles en Houston y en Cancún, México, formada por 22 presuntos miembros de la pandilla Southwest Cholos.
Los individuos fueron acusados de trata de personas, tráfico sexual, comercio ilegal de armas y robo de identidad. Once fueron arrestados el pasado martes, otros dos ya estaban bajo custodia de las autoridades y los restantes se encuentran fugitivos.
Los miembros de este grupo delictivo presuntamente prometían a inmigrantes indocumentadas que podrían trabajar en un restaurante para pagar la deuda contraída durante su viaje a Estados Unidos. Al llegar a Houston les obligaban a prostituirse en los burdeles que el grupo controlaba.
Las víctimas que se negaban o no lograban ganar suficiente dinero, los acusados las presionaban con amenazas de violencia en su contra y en contra de sus familias. La acusación revela que los presuntos pandilleros “tatuaban sus nombres o apodos en las víctimas para identificarlos como su propiedad y mostrar
el control que tenían sobre ellas”.
Parte de los acusados también participaron en el contrabando de al menos nueve inmigrantes. Los sin documentos fueron transportados desde casas de seguridad en el Valle del Río Grande, según los documentos judiciales. Dos ciudadanos chinos pagaron a los traficantes más de 40 mil dólares cada uno.
Crecen los delitos
En los últimos dos meses, agentes del Valle del Río Grande detuvieron a tres hombres acusados de delitos sexuales en distintas fechas.
Además, se rescataron 32 inmigrantes dentro de dos casas de seguridad ubicadas en Brownsville y Mission. No hubo ninguna persona detenida.
Los permanentes enfrentamientos de los cárteles de la droga por el control de los territorios de contrabando han influido en los contrabandistas, quienes ahora agreden a los agentes de la Patrulla Fronteriza.
A inicio de año, exactamente el 4 de febrero por la mañana, criminales dispararon a personal migratorio cerca del puente internacional Los Indios.
Los hombres huyeron nadando y ningún oficial fue herido. Una semana antes, traficantes lanzaron ‘poncha llantas’ para escapar con un cargamento cerca de la ciudad de Río Grande. Al no poderlo entregar volvieron al río para devolverlo a México.