José Antonio Meade Kuribreña es el hombre del momento, el más retratado en ‘memes’ el más buscado en las redes sociales, el más aplaudido por los del PRI y el más criticado por los opositores al tricolor luego de su destape, pero ayer encendió los ánimos de Facebook y Twitter en su contra luego de que asegurara que México le debe mucho al PRI.
Así es mis queridos boes, no me defenderé a decir si su frase es cierta o falsa, porque siempre ese tipo de análisis depende del cristal tras el que se miren, pero lo que me queda claro es que Meade va a tener que verse en el espejo de Enrique Peña Nieto, sino quiere convertirse en una piltrafa de las redes por no meditar lo que suelta de su boca y calcular los daños que eso le pueda hacer a su candidatura.
No les interpreto, esto fue lo que dijo ayer: “El País le debe mucho al PRI, a su vocación constructiva, a su vocación de construir instituciones. No hay una sola institución, una sola, de las que tiene el País, que no se haya construido con el voto del PRI”, y añadió.
“No hay un solo paquete económico en la historia del País que no se haya construido con los votos del PRI. Esa vocación que tiene el tricolor, de construir instituciones y de anteponer el interés del País, es una deuda que este País tiene con el PRI, que debe de reconocerse, que debemos de valorar y que debemos de ponderar”.
¿Alguien le explicó al ex Secretario de Hacienda la posición en que se encuentra su partido el PRI en las preferencias electorales?, no, ¿le habrán dicho que el tricolor, según la mayoría de las encuestas indican que más del 60 por ciento rechazan a ese partido y que han contestado que nunca votarían por ese instituto?, no.
Pues alguien tendría que decirle que en el PRI lo están usando como un candidato no priísta, porque es lo menos enlodado de dicho instituto y la apuesta es a que los poco reflexivos mexicanos crean que Meade será diferente a lo que en las encuestas rechazan.
Y bastaría con que Meade se entere de que esas instituciones que en la reunión de ayer con los senadores de la República que según él le debemos los mexicanos al PRI también son de las más cuestionadas.
Porque IMSS, ISSSTE, INE, PGR, Sagarpa y la que usted quiera agregar no pueden presumir de la aprobación de la gente, mucho menos de la Cámara de Diputados o Senadores y peor del propio gobierno federal al que los ciudadanos de a pie consideran poco menos que nidos de ratas.
¿Qué la vocación del PRI ha sido construir instituciones anteponiendo el interés del país y qué hay hasta que agradecerles los paquetes económicos de cada año?, que alguien le explique que esas instituciones obesas de burócratas insaciables nos cuestan muy caro y producen casi nada.
Y que los paquetes económicos que tanto presume y pide les aplaudamos han dejado más de 50 millones de pobres en el país que pretende gobernar.
Que alguien le diga que la mayoría de los mexicanos rechaza en las encuestas al partido que lo va a postular, precisamente porque las evidencias indican que sus gobernantes han tendido como premisa enriquecerse a costillas del pueblo, engordando sus cuentas bancarias, coleccionando mansiones, carros, empresas, mientras el infeliciaje muere de hambre.
Seguro alguien le va a advertir que la estrategia debe ser que no lo vean como un priísta recalcitrante, como en los dos últimos días ha tratado de que lo veamos, reunido con lo más rancio, vergonzante y retrógrada del viejo PRI y decir cosas como la de ayer, porque es precisamente de lo que este pueblo está
harto.
A Meade alguien tiene que explicarle la experiencia que vivió y sigue viviendo Peña Nieto con las redes sociales desde la campaña, cuando sus resbalones verbales se sucedían uno tras otro y lo convirtieron en el ‘hazmereír’ no solo dentro sino más allá de las fronteras nacionales.
Es cierto, no hay punto de comparación entre la preparación académica, experiencia burocrática y sencillez de Meade y la frivolidad de Peña Nieto, pero también hay que reconocer que el que ya mero se va, se supone tenía las tablas políticas que el que pretende relevarlo no posee aún.
Creo que Meade podría estar pensando que todos los mexicanos recibimos con euforia su destape y que era el candidato y el presidente que la patria estaba esperando y tal vez lo pudo ser, pero el partido que lo postula le puede arrastrar a la letrina donde la mayoría de los connacionales le han colocado.
Está a tiempo de no caer en las redes de las redes, está a tiempo de dejar de verse como el inocente que quiere a toda costa que lo vean como el priísta que México siempre soñó… pero también está a tiempo y va en la ruta de convertirse en el Peña Nieto recargado que no creo tenga la misma suerte en las urnas del que ya se va.
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