6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

Crónica urbana

Cultura urbana en el mercado Argüelles

Crónica Urbana

No hay lugar más pintoresco en la ciudad como el paisaje colorido de la vida en el mercado Argüelles, un enclave comercial polivalente, como un dibujo fresco en el papel de impresión.  

Espacio ramificado en el viejo entronque de la vida de Victoria. 

El antiguo «parián», es el abasto primitivo de la fruta y las especies, el festejo de las carnes, la morada de los chiles, las sales y la pimienta de todos los moles.

Ante este bodegón que se eleva en el ombligo de sillar, el adobe y la piedra de la ciudad primigenia sigue siendo el camino de los caminos de la metáfora bucólica y el ensamble urbano del jardín de las delicias de todas las frutas.

También el mercado Argüelles es el reductor en el anden de putas, el color alternativo que la dinámica visual de los negocios que acompañan en variedad al corso culinario: tiendas de aves, veterinarias, farmacias, hoteles de paso, casas de huéspedes, fondas, cinturitas y reatas listas para desenvainar sobre airosas musas.

Pero hay un vistoso platillo, la música de rock, un grupo de viejos zorros que deleitan a las decenas de transeúntes que como yo nos regocijamos.

Rock primoroso, y en otra esquina, un grupo de bailadores de música regional bellamente ataviados. Es cultura urbana.

Auténtica cultura alejada de programas y con una conciencia de amor al arte.

¿Y qué hace la gente en los elegantes suburbios del norte 8?.

Vegetar en los almidones de la existencia aburguesada en los parapetos a la gringa, de las vanidades y las soledades sin convulsión cultural.

Necesitamos de los pintores, de los cineastas, de los poetas que nos narren la belleza genuina de este encanto urbano.

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