6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

¿Por qué respetar si no he sido respetado?

Educación en tiempo de todos

A propósito de nuestro Encuentro Estatal de Docentes de Educación Secundaria en Reynosa, el próximo lunes, he querido reflexionar acerca de la importancia de la escuela en la educación de los adolescentes. Hace unos meses, me reuní con un grupo de maestros de ese municipio y me compartieron sus experiencias con los hijos e hijas de personas que se dedican a actividades no legales; mismas que recordé mucho ayer.

Cuando hablas sin haber vivido una experiencia es simple suposición. Estamos viviendo las consecuencias de la injusticia, de la pobreza, del olvido de una gran parte de la población, en la que se encuentran niñas, niños, adolescentes y jóvenes sin oportunidades. ¡Los olvidados! De Buñuel de 1950. ¿Cómo pedirle a alguien que respete si no ha sido respetado nunca? La riqueza de algunos contrasta con la miseria, pobreza y desolación de muchos. Ya no es teoría, vivimos las consecuencias. Tanta desigualdad, no puede crear una mentalidad de que somos iguales. La realidad es aplastante.

Nadie puede dar lo que no tiene. Antes pensaba que la dignidad del ser humano era dada por el simple hecho de haber nacido humano. Ahora creo que solo se tiene dignidad cuando otro te reconoce como igual y por supuesto, cuando consideras al otro como tú. La alteridad. Pero, cuando te enfrentas a la violación de todos tus derechos, entiendes que es posible que los otros sientan o hayan sentido lo mismo. ¿Quién se preocupó por los suyos? Tenían derecho a estudiar, a que sus necesidades básicas fueran satisfechas. A nadie le preocupó el “otro”, por eso, tampoco le importas tú. Porque hay mucha demagogia, mucho escarnio y humillación en un entorno donde no hay posibilidades.

¿Cómo esperar que se respete la dignidad del ser humano? Si no se ha sentido poseerla porque alguien ha dado cuenta de que existe. La escuela hace mucha falta, diría que es urgente la escuela. ¿Cómo educar en la compasión si no soy compasivo?, ¿cómo educar en la paz si deseo exprimir al otro?

Pero, hace falta la escuela, porque cuando todo falla, la luz que proporciona el ámbito educativo es incalculable. Definitivamente, cuando alguien es capaz de atentar contra otro, es porque el valor de su vida no es apreciado o no ha sido apreciado por los otros. Por eso, solo pedir un día más de vida. Deja de existir Dios para acercarse a otras posibilidades.

Sin estar en la escuela, poco podemos hacer por ellos; sin embargo, cuando los tenemos, la misma escuela, en ocasiones, los expulsa a la calle. ¿Cómo pedirle respeto a alguien si no lo ha recibido?

Tenemos la gran oportunidad de provocar que los adolescentes continúen estudiando. Estoy seguro de que los adolescentes (niños y niñas), están buscando opciones. La sociedad ofrece poco para su desarrollo, mucho tiempo de estudio para percibir 6,000.00 al mes, en un mundo donde la inmediatez es muy valorada, esto es una burla. ¿No lo crees?

Educar en el amor es darse, encontrarse con el otro porque lo considero igual, porque soy él o ella. Pero, ¿cómo sentir esto si realmente por dentro pienso que no somos iguales? No hay manera. Mucha diferencia no genera igualdad, menos aún, equidad. La equidad, es un discurso muerto sin acciones que traten de verdaderamente incluir.

No creo que algún ser humano sea feliz durmiendo días en un coche dentro de los matorrales y veredas, simplemente cazando a sus presas y esperando ser cazado si cae algún pez gordo. Nadie desea esas condiciones. No son perros. Si todos tenemos dignidad, ¿por qué no hacemos algo realmente contundente por los otros? Los otros, los diferentes, los olvidados; pero, cosas pragmáticas, por ejemplo, si se abriera un pacto para dejar parte del salario en beneficio de asegurar la educación de un ser humano, y que ese dinero se invierta realmente en ello, conociendo uno a la persona que se va a ayudar hasta que concluya sus estudios. En
fin, es una loca idea.

Si no se hace algo, será tarde. Porque en un ambiente de olvido para muchos, no habrá dignidad que respetar en otros; aunque algunos crean que la dignidad del ser humano es un valor intrínseco y que ha sido dado. ¿Quién puede, sin no es educado, conocer estos conceptos?

Por lo pronto, como educadores, impidamos la salida de un niño o niña de la escuela. Hagamos todo lo posible por retenerlos estudiando, transformando la escuela en un espacio privilegiado para el aprendizaje, donde se encuentren con la esperanza que ilumina la educación. Eduquemos amando. Amar es comprender profundamente al otro, porque soy lo mismo; pero, el otro debe sentir que así es, de lo contrario:

¿Por qué respetar si no he sido respetado?

Email: julio.pimienta@tam.gob.mx
Facebook: Julio H Pimienta.

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