La historia se remonta a los tiempos en que, gobernaba Felipe Calderón Hinojosa. Especialmente, a partir de septiembre del 2011, cuando arriba a la Secretaría de Hacienda el hasta entonces Secretario de Energía, José Antonio Meade, para relevar en el cargo a Ernesto Cordero, quien se postulaba como precandidato a la Presidencia.
En la Cámara de diputados, el priista Baltazar Hinojosa Ochoa, desempeñaba un cargo estratégico, para efectos de acuerdos, en materia de ejercicio presupuestal. Era el Secretario de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública. El Presidente de dicha comisión, había sido, desde un inicio, hasta marzo de ese año, el doctor Luis Videgaray Caso.
Posteriormente, el heredero de dicha encomienda, traducida en cabildear en los más altos niveles de la política nacional, el presupuesto del país, en
reuniones y acuerdos con el ministro de los dineros calderonistas, fue Baltazar. Había confianza e identificación entre el equipo del Secretario de HyCP, y el legislador matamorense. A partir de ahí, se fue construyendo, una relación sólida, y hoy más fuerte que nunca.
A eso se debe seguramente, que, ahora en su tercer oportunidad como legislador federal, y a pesar de que, después del 2016, Balta ocupase la Presidencia de la Comisión de Infraestructura, el Secretario Meade lo siguió privilegiando para debatir y negociar, las diversas asignaciones del presupuesto, ante las dependencias federales.
No es de extrañarse entonces, que, a partir del 2015, cuando Baltazar es nombrado diputado federal por la LXIII legislatura, haya ocupado la Presidencia de la Comisión de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública.
Sin duda, el tamaulipeco, constituye actualmente uno de los cuadros de formación politica y económica, más sólidos del sistema. Forma parte del grupo de economistas, que liderados por José Antonio Meade, buscarán un segundo periodo de poder, para el PRI, en éste 2018.
Las aportaciones de Balta, a la política económica, han sido importantes. Pero, BHO tiene también, un pendiente político en la entidad. Ya desde este momento, es considerado como el puntero, en la carrera por la senaduría tamaulipeca.
Dicen que, el PRI de Egidio, con todo y bigote, anda muy tembloroso. “El paquetito”, que ETC tan banalmente calificó, no solo sigue en ligas mayores, sino que constituye, uno de los más importantes activos, del PRI nacional.
A LOS GOBERNADORES DEL PAN, NO LES CONVIENE ANAYA
La paradoja va a hacer su juego en el 2018: Lo anterior tiene mucho que ver, con el hecho de que, durante dos sexenios presidenciales, el PAN no pudo tener el número de gubernaturas, como el record que alcanzó con el PRI en los Pinos.
Esto no fue posible debido a que, tanto Fox, como Calderón, buscaron imponer a sus propios delfines en los estados, pasando por encima de los gobernadores. El resultado fue, que, los mandatarios estatales, apoyaron a candidatos diferentes.
De llegar Ricardo Anaya al Ejecutivo, pese a lo que pueda ahora prometer en campaña, la novela de las sucesiones estatales, sería exactamente igual, o peor, por una regla no escrita, pero vigente: ningún gobernador le puede decir que no, a un Presidente de la república.
Este contrasentido volvería a manifestarse, y los que sufrirían, a lo largo del sexenio, y al final, llegado el momento de nombrar a sus respectivos sucesores, serían los 12 mandatarios azules que en este momento, acumulan un incuestionable poder, en sus entidades federativas.
De llegar Meade a la Presidencia, los gobernadores panistas, estarían en condiciones de exigir y de imponer ciertas condiciones, pues no tendrían jefe político en los Pinos. En cambio, con Anaya en el poder, los primeros en estar muy cortitos, como los de casa, serían los que ahora, acaban de tomarse la foto con el candidato presidencial del Frente.
Así ha sido siempre. Esto va a seguir así, mientras que el presidencialismo no sea acotado, y siga ejerciéndose de una manera omnímoda y discrecional, aplastante, y sin posibilidad der que alguien pueda oponerse, sin salir apaleado, políticamente hablando.
POSDATA.—-Están definidos: El PRI va con el PANAL y con el Verde; AMLO con el PT y los evangélicos del PES, y Anaya con PRD y MC. Será interesante ver el crecimiento de los que buscan disputarle el trono a AMLO. Ayer, un columnista nacional, aseguraba que, ya están los tres muy parejos. ¿Será?.
