* El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
El pleito entre el PRI y Ricardo Anaya va en serio, tanto que el candidato de la trilogía PAN, PRD y MC podría ser derrotado antes del primero de julio y aun más si se concretan las amenazas relacionados con presuntos delitos publicitados con la vehemencia de que es capaz la PGR cuando existe interés superior.
No se requiere mucha ciencia para entender que lo importante ahora para el tricolor es quitar de en medio al joven aspirante presidencial para colocar en la segunda posición al José Antonio Meade.
Sin embargo como que el asunto ha resultado al revés ya que el abanderado oficial sigue en caída libre. Este jueves el organismo civil Bloomberg que rastrea las encuestas mes a mes, sitúa en febrero a AMLO en 40 puntos, Anaya en 31 y Meade en 19.
Y como las desgracias no llegan solas sabrá que en algunos estados al abanderado oficial le están renunciando sus coordinadores de campaña, como Claudia Delgadillo de Jalisco quien sin mayor explicación decidió formarse al lado de López Obrador. Y ni cómo ocultarlo. (Que no suceda lo mismo en Tamaulipas cuando Edgardo Melhem Salinas no parece tener mayor futuro en el tricolor).
Desde luego que estas cifras son parte de la especulación pero sirven de termómetro para calcular la temperatura en la opinión pública a unos 28 días de que inicien las campañas. ¡Imagine cómo se pondrá de caliente allá por mayo y junio!.
Lo cierto es que Ricardo Anaya está atrapado en un callejón sin salida considerando que la PGR aporta pruebas que lo relacionan con el empresario Manuel Barreiro Castañeda con quien habría realizado algunos negocios inmobiliarios bajo sospecha para el supremo gobierno.
Importa saber que a dicho empresario le fue negado el amparo correspondiente por lo que en cualquier momento puede ser detenido, situación que complicaría las cosas para Anaya.
De seguir enredándose la situación es probable que el panista no llegue a la candidatura formal. Digo si es que la justicia nuestra de cada día actúa con la premura a que obliga la desesperación tricolor, sea que podría ser eliminado de la boleta electoral por razones legales.
ANAYA SE QUEDA SOLO
A esta circunstancia agreguemos que Anaya enfrenta el problema en la soledad de sus culpas. Y es que ni su socia Alejandra Barrales (PRD) mucho menos Dante Delgado (MC) han protestado con la fuerza necesaria para que su candidato deje de ser hostigado por la PGR o mejor dicho, por el supremo gobierno.
Tal vez la Barrales algo señaló relativo a que el caso debiera separarse de la cuestión política. Y lo dijo tan quedito que casi nadie la escuchó. Quienes sí han sido escuchados son algunos voceros y “analistas” oficiales y oficiosos que sitúan al joven Ricardo al borde de un ataque de locura toda vez que la situación que vive es todo lo contrario de la imagen de solvencia moral y política que intentó reflejar desde que se hizo público su interés por competir por la presidencia de la república.
DON ENRIQUE, LA LEYENDA
Falleció don Enrique Cárdenas González, el último de la generación de los buenos políticos de Tamaulipas, el que sí le entendía. Congruente en su forma de ser y pensar y referencia inequívoca del priismo combativo y nacionalista. Se podría estar o no de acuerdo con él pero de que fue un guerrero en la defensa de su partido, eso-que-ni-que.
Ojalá y los neo priistas comprendan el valor de su ejemplo.
Don Enrique si es de los que merecen homenaje permanente del PRI. Descanse en paz y a toda su familia el más sentido pésame.
Y hasta la próxima.