En el 2017 el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto gastó en promedio cada día 21.3 millones de pesos, incluyendo sábados y domingos y días festivos, recursos con los que se pudieron haber hecho carreteras, hospitales, escuelas o programas asistenciales, pero fueron ‘tirados’ a las cuentas de las televisoras nacionales y los medios impresos que ahora le devuelven el favor pegándole a Ricardo Anaya para bajarlo de la carrera por la sucesión.
Así es mis queridos boes, si la cifra por día suena escalofriante, habrá que decir, como para que valga más la mentada que se nos viene a bote pronto, que el gasto anual del 2017 en la imagen de Peña Nieto fue ni más ni menos que de 7 mil 800 millones de pesos, según sus propias cifras, nada que uno tenga que inventar.
Si bien el dinero sirvió para pagar los sueldazos de Carlos Loret de Mola, Denisse Mearker, López Dóriga y compañía, Gracias años jugosos contratos con las televisoras, habría que decir también que todas las porras que estos y otros grandes periodistas le echaron todo el año pasado a Peña Nieto sirvieron para nada o casi nada.
Me explico: el millonario gasto en imagen del presidente y su gobierno no tiene paralelo con la popularidad de Peña Nieto.
Resulta paradójico que mientras es el inquilino de Los Pinos que más millones ha gastos en promover su imagen, 21.3 por día el año que pasó, también sea el presiente con la peor imagen de que se tenga registro en México.
El esposo de Angélica Rivera es el blanco, todos los días, de memes, burlas y recordatorios maternales en las redes, abucheos y demás.
Tampoco lo estoy inventando, la última encuesta de REFORMA, que se publicó apenas el 15 de febrero, daba cuenta de que Peña Nieto ni siquiera tiene el 20 por ciento de aprobación, apenas llega al 19 por ciento y el 79 por ciento abiertamente contestó que desaprobaba su gestión.
¿7 mil 800 millones de pesos gastados en las cuentas de Azcárraga y Ealy, entre otros no creen que son un gasto inútil para el 19 por ciento de aprobación?
Ahora que si somos bien mal pensados (que lo somos), podríamos relacionar el gasto millonario de Peña Nieto en medios con las campañas electorales.
Por ejemplo al periódico que más millones le pagó este gobierno fue a ELUNIVERSAL, de acuerdo con el New York Times y precisamente fue ese periódico el que el año pasado le dedicó en dos meses 22 portadas en contra a Anaya acusándolo casi casi de Ake se había robado el ‘santo grial’.
No es un secreto tampoco que Televisa es la televisora en la que el gobierno federal más invierte, como tampoco lo es que es esa misma la que trae asoleado a Anaya con una campaña en la que todos los días y cada hora le pegan, como si fuera el autor intelectual de la crucifixión de Jesús.
Lo más malo de todo esto de los gastos millonarios en la imagen de Peña Nieto y su fracaso, es que se hace con recursos de nuestros impuestos, que se hace en tiempos en qué hay por todo el país hospitales públicos que parecen muladares, que carecen a veces hasta de algodones y qué hay aún cientos o miles de niños que estudian bajo un árbol, porque no hay para construir escuelas.
Eso claro además de que con recursos de todos, este gobierno podría estar financiando, como parece indicar, la guerra sucia en contra de sus opositores Anaya y de vez en cuando contra AMLO; es decir están gastando en tácticas antidemocráticas y regresivas.
¿Hasta cuando va a acabar este tipo de prácticas?, hasta que en el Congreso federal se ponga un alto a la discrecionalidad con la que se manejan los presupuestos para comunicación e imagen, que dicho sea de paso se incrementan al doble de lo acordado cada año.
¿No estarán las televisoras y el periodicote favorito de Peña Nieto cometiendo el delito de fraude, por cobrar millones para promover y fabricar una imagen del presidente y ésta está por los suelos?, es decir se les está pagando por un servicio que a todas luces no prestan.
Río Bravo, a la segura…
Primero fue el caso de Reynosa con Maki Ortiz como candidata a la reelección, ayer fue en Río Bravo, donde la sorpresa fue que Raúl García Vivián no fue designado candidato a la alcaldía por el PAN, sino Carlos Ulivarri.
La decisión de Río Bravo marca tendencia, tras lo ocurrido en Reynosa un día antes: este mando estatal no se aferra, no se encapricha, no se impone a rajatabla.
Las decisiones en los político-electoral están siendo tomadas con la cabeza fría y sin apasionamientos.
Y es que para todos es sabido que el favorito, el amigo ahí Río Bravo era García Vivián, como en Reynosa Jesús María Moreno, pero en ambos casos las encuestas mandaron, en el mando panista reiteran que van a la segura, que está primero el triunfo que el gusto personal.
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