Nadie lo duda, ni aún los que lo niegan, que el presidente Enrique Peña Nieto y su PRI (que no es lo mismo que todo el PRI) decidieron apostar su resto en lo que queda del proceso electoral, perdidos como están hacen su último intento de regresar a la contienda, aunque el método y el
‘sicario’ que están utilizando sea capaz de matar la democracia en el país.
Así es mis queridos boes, ayer y luego de la andanada de críticas de los de a pie, pero también de los intelectuales, politólogos y escritores que le reclamaron el uso electoral de la PGR en contra de Ricardo Anaya, Peña Nieto solo sonreía, evadía, se burlaba.
No había forma de responder a las preguntas, porque contestar con la verdad implicaba confesar que la PGR hoy no es más que su brazo ejecutor, si ‘sicario electoral’ que tiene el encargo de liquidar a Anaya.
Y es que Peña Nieto parece haber sucumbido a la tentación de repetir aquel episodio en el que el gobierno de Vicente Fox quiso sacar del juego político a Andrés Manuel López Obrador con el asunto del desafuero, usando como ahora a la PGR, aquella vez no prosperó.
Hoy Peña Nieto está empecinado en dejar fuera de la carrera por la sucesión a Anaya, la PGR le sirve para desacreditar, descalificar y amagar, porque hasta anoche por lo menos no se había presentado una sola prueba jurídica de lo que los ‘medios nacionales’ repiten una y otra vez como delitos de lavado de dinero del panista.
¡Qué me detengan!, ha dicho Anaya, ¡si hay pruebas que actúen en su contra, qué lo detengan!, han exigido los intelectuales, ¡qué lo procesen!, ha gritado el mismo PRI.
Pero a pesar del llamado unánime, Peña Nieto y su PGR solo litigan en los medios, solo acusan en la pantalla de Televisa, su ‘fiscal’ Loret de Mola no ha aportado más que palabrería.
La única prueba que la PGR y Peña Nieto han presentado contra Anaya es el video en el que el panista habla en privado con su abogado, Diego Fernández de Cevallos, y los califica de ‘hijos de puta’, prueba que solo revela que el joven maravilla tiene un vocabulario muy mexicano y confirma que la Procuraduría, que filtró el video de la conversación privada, ha perdido las formas al no tener forma jurídica para actuar contra el panista.
¿Dónde y por qué se perdió la relación que se veía respetuosa entre Anaya, en su calidad de dirigente nacional del PAN, y el Presidente Peña Nieto, al que el azul le ayudó en la aprobación de las reformas estructurales?
La respuesta es muy sencilla, Peña Nieto, quien antes veía a AMLO como su peor amenaza parece haberse acogido a la amnistía que el tabasqueño ofreció al régimen priista que él encabeza, al que ya prometió no investigar
“No es mi fuerte la venganza”, así respondió Andrés Manuel López Obrador a la pregunta de si estaría dispuesto a perdonar tanto al ex presidente Salinas como al actual mandatario, publicó Milenio el 24 de enero de este año
“No odio, no podría vivir con odios, soy muy feliz. Yo no odio a nadie y vamos a poder entendernos con todos, con las nuevas reglas”.
Todo lo contrario, Anaya ha advertido que si gana la elección va a investigar todos los actos de corrupción del gobierno de Peña Nieto y si hay pruebas en su contra iría a parar a la cárcel.
Y así lo reiteró este fin de semana: “Ya estuvo bueno de que haya intocables en nuestro país. Aquí el que la haya hecho la tiene que pagar, y esto incluye al presidente Enrique Peña Nieto”.
Solo bajo esa premisa se entiende que Peña Nieto esté empecinado en sacar de la jugada a Anaya, insisto, sin haber presentado una sola prueba en su contra, más que las historias de las que todos los días nos intenta convencer Loret y compañía.
¿Tendrá el Presidente Peña Nieto calculado el daño que se le puede causar al país con un golpe a la incipiente democracia de la que con todo y sus prietitos podemos presumir en México, porque el uso de la PGR puede ser el principio de un régimen totalitario al estilo de los impresentables de centro y Sudamérica?
Tampoco me queda claro si Peña Nieto y los suyos, los de la burbuja en que se ha escondido estos más de cinco años, tienen el consenso de todos los priistas, porque estoy seguro de que en el tricolor hay gobernadores, alcaldes, diputados y senadores que entienden el riesgo en que se está poniendo a la estabilidad del país
¿Le seguirán el juego a Peña Nieto todos sus gobernadores, hasta los que una vez que se haya ido seguirán en sus cargos?, creo que pronto podría incluso Peña Nieto y Meade comenzar a recibir el reproche de los priistas que aún creen que no vale la pena arriesgar al país por un beneficio personal.
Peña Nieto, con el uso de la PGR contra sus adversarios políticos, está demostrando que prefiere entregar al país y exponerlo a la venezolización a cambio de impunidad.
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