Es sumamente probable que Andrés Manuel López Obrador sea el próximo presidente de México, se escucha en la calle, se lee en las redes y se advierte en todas las encuestas, por eso da temor oírlo como lo hicimos el viernes en el programa con los periodistas de Milenio: nada claro, evasivo, retrógrada, populista y hasta inocente.
Así es mis queridos boes, diría que estamos en la antesala de salir de ‘guatemala’ para entrar a guatepior, porque hasta ahora, quien de acuerdo a las probabilidades sucederá a Enrique Peña Nieto un día dice una cosa y al día siguiente lo desmiente su equipo, un día y otro también divide al país entre quienes le siguen, que no son la mayoría por cierto y entre quienes no coinciden con sus ideas.
Bien claro lo dijo el miércoles, todos los demás son la mafia del poder, solo el no, todos los demás están mal, solo el tiene la verdad absoluta.
Pero explico mis descripciones sobre el eventual próximo presidente de México: nada claro, porque cuando habla de echar atrás la reforma energética asegura que todo ha sido pura corrupción, pero que buscará compensar los contratos que ya se han hecho. ¿Si todo ha sido con corruptelas lo que tendría que hacer es demandar?
Nada claro, porque cuando dice que va para atrás el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, solo habla de corrupción, sin pruebas, dice que no es viable cuando todos los especialistas no sólo del país sino del mundo lo aseguran.
Propone el de la pista de Santa Lucía donde todos, menos él, dicen que no es viable. Del aeropuerto además dice que va a traspasar los convenios ya firmados que para que no pierdan los inversionistas ¿dónde, en qué?.
Evasivo, porque cuando le preguntan por los temas polémicos como: aborto, matrimonios del mismo sexo, legalización de las drogas, no dice nada, señala que la gente decidirá, pero esconde su interior de derecha producto de su religión cristiana, que también quiere mantener en secreto.
Retrógrada, porque en sus piensos está regresar al México de las paraestatales, con la frase falsa aquella de que el petróleo es de todos, retrógrada porque propone la vuelta al paternalismo manteniendo a las masas con ‘apoyos’ a cambio de nada, retrógrada porque echar abajo la reforma educativa y entregar otra vez el sistema educativo a los viejos liderazgos es reeditar a Elba Esther Gordillo y compañía y dejar de intentar avanzar en el área para salir del hoyo en el ranking mundial.
Populista, porque ha logrado convencer a miles de que con el dinero de las pensiones que prometió de que es la solución para el país, porque ordenará que las universidades no rechacen a nadie, sin importar capacidades (iremos a tener licenciados en corte de césped).
Porque dice que va a poner a trabajar a todos los chavos, sin decir en qué, sin decir cómo y de donde les va a pagar.
Pero además muy inocente porque el miércoles insistió en que si el es honesto todo su gabinete lo tiene que ser, ya lo es para el, porque asegura que convencerá a los narcos y huachicoleros volver al buen camino solo platicando con ellos.
Inocente porque ha dicho que va a convencer a Donald Trump de no construir el muro, solo con sus buenos oficios y sin siquiera hablar inglés.
Pero además el Peje da miedo porque ayer ya dio señales de que cree que puede ordenar a los medios qué temas y como tomarlos, porque dijo que no confía en la sociedad civil, porque en su proyecto de nación se adjudica el nombramiento del fiscal general de la nación, peor que lo que ha tratado de hacer Peña Nieto.
Más asusta que sus seguidores le disculpan todo, bajo el argumento de que los otros son más corruptos, porque cuando alguien advierte que las políticas que promueve AMLO tienen a Venezuela en una crisis humanitaria y ellos responden que en México estamos igual y es mentira.
Por eso los empresarios que comenzaban a creerle que no tenían porque espantarse, ahora están más espantados, porque ayer mismo declaró que interpondrá amparos contra los contratos que se están haciendo en el nuevo aeropuerto, no cuando sea presidente, sino ya en estos días.
En fin, el miércoles conocimos más al Peje, los que somos sus críticos, los que tienen mucho que perder, porque los que están como adoctrinados no se dan la oportunidad de cuestionar lo que es evidentemente cuestionable.
No nos queda pues más que preparamos para lo que viene, si las tendencias no cambian, AMLO será presidente y tal vez estemos como los venezolanos, arrepentidos como los ingleses con su Brexit, arrepentidos como muchos republicanos con Trump.
Tampico, la gran batalla…
Una guerra de estas nos conviene a los ciudadanos, me refiero a la carrera entre los políticos por ser el que lleve más beneficios a las ciudades. Tampico vive esa favorecedora confrontación.
Hoy luego de años de que no se hacían grandes obras, el gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vaca está haciendo un gran distribuidor vial sobre la Hidalgo, lo que no ocurría en décadas y ya hay al menos en proyecto otros tres.
Ayer el gobernador entregó un tramo más del Canal de la Cortadura por ejemplo y en Madero el Puente que cruza el callejón de Barriles sobre la avenida Tamaulipas.
En lo que toca a Tampico, ni como no pensar que las obras, que son amores, le favorecen a Jesús Nader, por eso ayer Cabeza de Vaca dejaba claro que las construcciones son con lana del Estado y hasta se oyó un reclamo de quienes se quieren colgar la medalla.
Queda claro que Nader trae todo el apoyo del gober, por eso los grupos de la IP y de prácticamente todas las organizaciones sociales se le han unido.