LO CLARO: De muchas formas la comunidad científica se manifiesta ante los gobiernos del mundo para que las prácticas políticas consideren la sustentabilidad como un acto de urgencia y de cultura a observar.
Algunos hacen llamados urgentes a la concientización donde acciones concretas como el estímulo a empresas para convertir sus procesos con el uso de energías limpias o el de separación de residuos, sean de carácter obligatorio.
El migrar a fuentes alternas de energéticos –como el gas natural- que provocan menos residuos son alternativas que deberán ser legislados para bien de las generaciones que continúan a la nuestra.
La Universidad Autónoma de Tamaulipas propone también estrategias que involucren de forma activa a quienes serán los próximos profesionistas.
‘El arte del reciclaje’ concurso que se realizó a través de un Comité de Desarrollo Sustentable e involucra a la comunidad universitaria a promover acciones que contribuyen al cuidado del medio ambiente.
El certamen hace alarde del talento artístico de los participantes y genera una conciencia colectiva sobre la razonabilidad del cuidado de la vida.
LO CLAROSCURO. No he tenido en suerte conocer aún a nadie que ajuste 189 años de vida humana. Es muy probable que las siguientes generaciones tengan ese tipo de privilegios, por los avanzados conocimientos científicos que hoy comienzan a prolongar la vida de quienes recién nacen.
Sólo mi abuela paterna nos acompañó por 104.
Si estuviese vivo, Ignacio Zaragoza Seguín ajustaría 189 años el 24 de marzo.
Muy dura su competencia con el benemérito que se festeja junto con el equinoccio de primavera.
Don Ignacio es oriundo de una singular ciudad texana. Misma que lleva por nombre una ‘descomposición de letras’ (anagrama o scrabble según la lingüística) del nombre del padre de la patria, el cura Hidalgo.
Nació en la ciudad en donde daría comienzo la guerra de independencia norteamericana, ‘Goliad’ en ella ocurre la más grande masacre del ejército mexicano de 1836 en contra de 400 rebeldes yankees. Esa es otra historia.
Recordamos a Zaragoza por su virtud de ser acaso uno de los héroes de gran reconocimiento fuera de suelo mexicano.
Su proeza de enfrentar al ejército más poderoso del mundo –el francés- y derrotarle con apenas un puñado de mal apertrechados y hambrientos hombres que sabían de tácticas de guerra lo mismo que de genética molecular en esa época, le propone como un prohombre, pese a su corta edad.
Los claroscuros políticos lo decantan como un ser de pensamiento liberal que no precisamente comulgaba del todo con el ideario juarista.
Aun así, el presidente Juárez tras su prematura muerte a los 33 años por tifo, le confiere su lugar en la historia al otorgar a lugares como la Ciudad de Puebla (Puebla de Zaragoza); el Estado de Coahuila (Coahuila de Zaragoza) y la fronteriza ciudad de ‘la Tía Juana’ (Tijuana de Zaragoza) sean honradas con el nombre del prócer que venció a Francia en batalla sinigual el 5 de Mayo de 1862 en los cerros de Loreto y Guadalupe.
En Europa, EE.UU e incluso en Sudamérica, conceden al 5 de mayo la especial fecha del calendario como de mayor festejo nacional.
Donde el texano Zaragoza –estudió en Matamoros- tuvo su momento de gloria.
Hacen falta más héroes… aunque sean cachirules (de Goliad, Texas)
COLOFÓN: ¿Otro más? Ni Fox, ni mucho menos el que dice que ‘seré recordado como Juárez…’ Reconozcamos mejor a Ignacio Anaya –del norte del país- creador del platillo ‘Nachos’ que en 1943 salta a la fama y que con totopos (chips) de tortilla, guacamole y queso son la creación mexicana que se reconoce en los encuentros deportivos del mundo. Buenos los ignacios.
alejandrodeanda@hotmail.com
@deandaalejandro