CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- “Goooool, sí, se los dije, ¡venga Corre!”, celebra ‘Paquito’ Estrada uno de los tantos goles que ha gritado en el Marte R. Gómez del equipo de sus amores, ahí en la zona de plateas en lo que él llama su palco, pues es un lugar designado para gente con silla de ruedas.
En la vida de ‘Paquito’ no hay nada que lo haga más feliz que ver fútbol, pero sobre todo a Correcaminos, equipo al cual apoya a pesar de los múltiples fracasos que acumula en su historia.
Francisco Rafael Estrada es su nombre completo, a pesar de las adversidades que le ha puesto la vida, siempre ha sabido tener una sonrisa y un gran ánimo, por el cual muchas personas lo admiran y saludan cada que lo ven por la calle.
Tiene 22 años y nació con Hidrocefalia, pero eso no ha sido impedimento para que él sea feliz los 365 días del año. Pero hay algo en especial que realmente lo hacen sentir como en las nubes, ir a ver al Correcaminos.
Desde pequeño, ‘Paquito’ como es mejor conocido, ha sido un fiel aficionado al ‘Corre’, siempre acompañado de su madre, doña Hilda Estrada, acuden al Marte R. Gómez para ver los partidos del primer equipo o de los chavos de la segunda división.
“Es el equipo de mis amores, es algo que me pone feliz ir, aunque a veces si salgo triste porque pierden, pero no pasa nada, hay que apoyar”, dijo ‘Paquito’ con la sonrisa que lo caracteriza.
Un kilómetro, una aventura
La casa de ‘Paquito’ está aproximadamente a un kilómetro del estadio pero eso no es impedimento para alguien de su familia, evite llevarlo al Estadio Marte R. Gómez pues ya se ha convertido en toda una tradición para él asistir al estadio.
Entre 25 y 26 Berriozábal ya es muy conocido, una pequeña casa que enfrente es de concreto, pero atrás es totalmente de madera, “sí necesitamos nueva madera y lámina, o poner de cemento, también nuevo piso, cuando llueve todo se me moja, la cama de Paquito”, menciona la madre.
Cuando es día del ‘Corre’, es diferente para ‘Paquito’, quien desde temprana hora del día ya ansía por irse al MRG; una hora antes del juego se arregla, emprende su viaje, el cual se convierte en toda una aventura.
Apoyado por su mamá, sale junto a una bandera del ‘Corre’ y vestido de jugador de fútbol, hasta tenis llevaba y claro, su playera naranja, aquella con la que Correcaminos quedó campeón en el 2011, esa que se compró con muchos sacrificios de él y su familia.
El primer obstáculo para Paquito y su mamá, es cruzar el Eje Vial, casi todos los carros le dan preferencia, pero ese no es el problema, encontrar lugares para que su silla, su mejor aliado, pase sin problemas, ese es el verdadero reto.
Primer obstáculo cruzado, las vías le pusieron todavía más dificultad, pero logró su cometido. Posteriormente se vienen los primeros saludos. Ya con rumbo al estadio por la calle de Berriozábal, muchos automovilistas le ‘pitan’ para saludarlo, “hey, adiós”, les contesta Paquito.
Otro reto para Paquito y su mamá, es que no hay lugares para que suba su silla de ruedas a la banqueta por lo que tienen que ir por la orilla de la calle, siendo un peligro, “si tiene miedo uno, que pase un loco y no te vean, pero es parte de”, declaró la mamá.
Pero en la mente de Paquito no hay otra cosa más que el fútbol y Correcaminos, más que preocuparle el camino y el constante peligro que puede atravesar, por su cabeza sólo pasa, el fútbol, “ya estoy emocionado, ojalá gane Correcaminos para que pueda pasar a la liguilla”, mencionó mientras agitaba su bandera para que todos la vieran.
Después de más de 7 cuadras recorridas, por fin llegan a su destino: el Marte R. Gómez. Entra directo al que él llama su palco, una zona exclusiva para él en los pasillos de la zona de plateas.
“Recuerdo la final, cada que vengo me acuerdo de esos goles y los partidos anteriores, Nico (Saucedo) era a quien más admiré en ese equipo, muy buen jugador, también recuerdo el gol de Tomás (Domínguez), fue algo muy bonito, fui a celebrar el título en el 17”, dijo mientras entraba al estadio.
Aún faltan 30 minutos para el duelo, pero atento observa cómo calientan los jugadores, después se pasa a saludar a su gran amigo Cruz Valadez; ahora llega la hora de ver a los futbolistas titulares de ambos equipos pasar formados para el acto protocolario, todos lo saludan pues ya es conocido.
Está por iniciar el juego ante Mineros y Paquito se pone en su lugar, ese donde ha gritado tantos goles o se ha lamentado tantas jugadas que pudieron serlo pero no fueron tantos y que costaron derrotas o empates para el equipo de casa.
No pasan ni 15 minutos y Paquito gritó el primer gol, lo marcó Julio Atilano, grita y mueve su bandera y emocionado empieza a aplaudir.
Correcaminos es ligeramente mejor y llega el medio tiempo, espera con ansias el segundo donde espera caigan más goles para su equipo, pero no es así, un error le da el empate a Zacatecas.
Pero el apoyo de Paquito no desaparece, aplaude y dice “¡vamos Corre!”, todo el segundo tiempo, Correcaminos atacó en busca del triunfo, dos postes lo evitaron, acaba el duelo y empatan, por lo que el equipo victorense tendrá que esperar un milagro para clasificar a la liguilla.
Algo triste se marcha Paquito, con su mamá que lo esperaba, “¿ahora qué hay que esperar verdad?… ni modo, ojalá califiquen”, después al preguntarle si le seguirá yendo al ‘Corre’ aunque no avance, “claro, aquí seguimos no somos como muchos que se van por perder”.
Nuevamente emprende su viaje hacia su casa, ahora con calles obscuras y con un ánimo no tan alto por el resultado del ‘Corre’, pero con la esperanza de que algún día lo verá en primera división.
Paquito gracias a Dios y a su madre, llega a su casa, sano y salvo, y se acuesta en su cama, donde descansará y dormirá para el día siguiente volver a ver fútbol ese que le gusta tanto y sin duda esperará todo lo necesario por ir de nuevo al Marte R. Gómez a apoyar al ‘Corre’.
Sin duda los años pasarán y muchos aficionados se irán, dejarán de irle o apoyar al equipo victorense, pero uno nunca se les irá, y ese aficionado es Paquito, que así llueva, truene o relampaguee seguirá al equipo que le enamora: Correcaminos.
Quiere conocer a sus ídolos
Para Francisco Estrada no hay nada mejor que conocer a sus ídolos, uno de ellos es Sergio ‘Samba’ Rosas, otro de otras generaciones es Nicolás Saucedo, pero no tiene que duda, que con ser cualquier jugador de Correcaminos, lo haría feliz.
“Yo quisiera que vinieran a mi casa el Samba o jugadores del Corre, una vez me dijeron que iban a venir pero no vienen, quisiera que viniera el ‘Samba’ o Rayas, el que sea”.
Mamá pide apoyo
Antes las condiciones que viven, un pequeño cuarto de madera y lámina, la madre de ‘Paquito’, pide apoyo a la ciudadanía, pues asegura que se le moja todo “tenemos que tener cubetas en la goteras porque se transmina el agua por las láminas, y por el piso también se junta todo en el cuarto. Cuando hace frío ni se diga”.
Para contactar a ‘Paquito’ o su madre, pueden comunicarse al número 834 155 6846, “cualquier ayuda, siempre pido para los pañales, es lo que batallo. Ojalá el equipo venga y nos apoye, a echar bien el piso, o traer láminas, lo que sea es bueno, cualquier ayuda”, cerró.