* El columnista es autor de las novelas “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y Premio Nacional de Periodismo 2016.
El repudio generalizado contra el TEPJF transita por caminos, brechas y veredas después del sospechoso acuerdo de incluir a “El Bronco” en la boleta electoral del primero de julio.
Excepto Meade y sus amigos, el resto de los mexicas rechazamos la forma y manera utilizada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para incrustar en el proceso a Jaime Rodríguez Calderón, este boquiflojo neolonés que inauguró el estilo más grosero y ofensivo de ganar votos.
“El bronco” no oculta el objetivo para el que fue contratado. Y por si alguien lo dudaba en su primer promocional dice con claridad que “va por López Obrador” lo cual no extraña ya que el sistema está dispuesto a todo con tal de que “el peje” fracase en su tercer intento por llegar a Palacio Nacional.
Ya sabéis que de siete integrantes del TEPJF cuatro votaron a favor de la consigna: Felipe Alfredo Fuentes, Indalfer Infante González, Mónica Soto y José Luis Vargas, mismos que según evidencias han hecho equipo cuando se trata de favorecer intereses del tricolor.
Entre sus últimas “hazañas” está reconocer al priista Miguel Ángel Riquelme en la gubernatura de Coahuila a pesar de que entre la sociedad civil no existía duda de la victoria del panista Guillermo Anaya.
Recordéis también el escándalo que armaron al anunciar que no habría avances del resultado de la elección la noche del primero de julio sino hasta el día siguiente lo cual generó suspicacias sobre un posible manipuleo de cifras en perjuicio del abanderado de MORENA.
Ahora sabemos que hay razones para sospechar que obedecen consignas de orden superior.
El repudio contra el TEPJF es general insisto. Y las voces más serias se han alzado para condenar lo que sin duda significa un grave atentado contra la práctica democrática en México.
Aceptar como candidato presidencial a un delincuente electoral es agredir a las mismas instituciones que la burocracia política asegura defender y sentir orgullo.
Sin embargo y con las reservas del caso, existe la esperanza de que el sujeto en cuestión no sea incluido en la boleta, siempre y cuando proceda la respectiva denuncia interpuesta por el INE ante la FEPADE en su contra por los delitos que resulten. Que así sea para evitar mayor violencia electoral.
FANTASMA TRICOLOR
Está “científicamente” comprobado que José Antonio Meade “no encuentra por dónde” pero lo más penoso es que ni Anaya ni AMLO lo toman en serio. “no lo pelan”, dirá “la raza”). Y es que el hijo adoptivo del PRI llama una y otra vez a debatir y solo el silencio responde.
Y deje, es tan ingenuo que hasta pone plazos como recién lo hizo al convocar al “el peje” a confrontarse por el asunto patrimonial en el término de una semana. Antes lo había hecho con Anaya sobre el asunto aquel de los inmuebles cuya compra-venta no quedan muy claros para la PGR y que ya sabéis ha motivado un escándalo más en este tsunami electoral.
El asunto es que Meade guarda confianza en que debatir con sus adversarios le podría acarrear simpatías. No sé que opine usted, pero el escribidor supone que este cristiano no debía insistir porque en una de esas le toman la palabra y podría perder lo poquito que lleva ganado.
Y luego con el escenario político cada vez más complicado por obra y gracia del supremo gobierno que al no encontrar salvación posible recurre a excesos que ponen en riesgo a la república. Y ni modo que sea invento.
El columnista que es el menos indicado para aconsejar (porque no se aconseja ni él mismo), diría a Meade que en lugar de convocar al adversario procure defender como gato boca arriba la derrota, mejor dicho, que eche atrás la defensa “pa’ evitar un marcador más abultado”.
SUCEDE QUE
Hay inquietud en las filas magisteriales tras la sospecha de que Óscar Martín Ramos está utilizando recursos de la sección XXX-SNTE para promover su candidatura rumbo al Congreso de la Unión. En este sentido el líder Rigoberto Guevara Vázquez debiera aclarar hasta donde llega el apoyo de la organización que sin duda existe. A propo, le recuerdo que a Oscar Martín le dicen “el ingrato” porque desconoce la generosidad de su compadre Noé Rodríguez a quien le debe lo que ha sido, es y puede llegar a ser…sobre todo lo que gana y puede llegar a ganar.
Y hasta la próxima.