Aunque no creo que hoy amanezca ni siquiera en empate técnico con Andrés Manuel López Obrador, me queda claro que Ricardo Anaya ganó el debate entre los candidatos a la presidencia de México, tan claro como que el gran perdedor del encuentro fue José Antonio Meade.
Así es mis queridos boes, anoche debió haberle quedado lo suficientemente claro a quienes se oponen a que a este país lo gobierne AMLO, que la única forma de hacerlo es que a la de ya se pacte una alianza de facto en la que el priista se baje de la carrera presidencial a la que en realidad nunca se ha subido con posibilidades de ganar.
De hecho el mensaje que queda en el colectivo fue el de que sólo Anaya puede ganarle al Peje, por lo que desde anoche en las diferentes mesas de análisis de las cadenas nacionales era el consenso.
Para Meade era su prueba de fuego, ya lo había anticipado el columnista Raymundo Rivapalacio hace una semana: Meade tenía sobre sus hombros un ultimátum de los que deciden hasta lo más alto del poder en el PRI y el apoyo a su campaña dependía de que ganara el debate que ayer perdió estrepitosamente.
Y claro que no me refiero a hacer propuestas, porque para eso es en su conjunto la campaña, ya sabemos lo que propone, como lo sabemos del resto, pero de lo que se trataba ayer era de ver quién de los cuatro era el mejor para contrastar, criticar, señalar y sobreponerse a los ataques de los demás; eso es un debate y en ese sentido Meade siguió gris, ‘ñoño’, tibio.
Cuando cerraba esta colaboración, después de las 23:20 horas, la encuesta de El Economista había publicado que Anaya había ganado por 51% el debate, seguido de Meade con 21. Obviamente a esa hora creo que aún no terminaban de operar los boots a los que los del tricolor nos tienen acostumbrados.
Por eso, insisto, me atrevo a asegurar que la de anoche fue la despedida de Meade de la competencia en serio, me sigo atreviendo al decir que Silvano Aureoles, el gobernador perredista de Michoacán debe estar arrepentido de que un día antes le ofreció su respaldo al priista y reitero mi atrevimiento en que lo que sigue en estos días es la discusión sobre el voto útil para hacerle frente a AMLO y que comenzaremos a ver adhesiones hacia Anaya incluso de los del PRI.
Habría que reconocer y mucho, el hecho de que López Obrador no se salió de la estrategia que ya había adelantado: no me voy a pelear.
Tan no se peleó, no se enganchó, que ni siquiera contestó las preguntas directas que le repitieron uno a uno sus adversarios: La Amnistía a delincuentes, nada, la revocación de
mandato, evasivas, el fiscal nombrado por el silencio, sus bienes no declarados, sin respuesta clara.
Es decir el Peje le apostó a su ‘amor y paz’ y confiado en la enorme ventaja que tiene sobre el resto decidió gastar un poco de lo que le sobra y pagar el costo (que será muy menor) por guardar silencio cuando le señalaban.
Si viéramos el debate sólo bajo esa perspectiva, hasta podríamos decir que AMLO fue el ganador, porque no perdió, porque creo que se mantendrá como el puntero y todavía muy lejos de sus contendientes.
También habría que mencionar el papel de Jaime Rodríguez El Bronco, es evidente que fue el payaso del debate, su propuesta de la época de las cavernas de ‘mochar’ la mano al que robe, nos lo pinta de cuerpo entero, ni siquiera debió estar en la boleta.
De Margarita Zavala, habría que anotar que fue como la invitada de piedra, a la que nadie hacía caso, a la que nadie respondía y que gastó buena parte de su tiempo en defender la gestión de su marido Felipe Calderón.
Me llama la atención lo que ocurre después del debate, mientras los analistas de todos lados coinciden con que Meade es el gran perdedor, oímos a Enrique Ochoa Reza asegurar lo contrario.
En su mundo como drogado, señala que Meade es el único que puede cerrarle el paso a AMLO. Habría que decir que si no se da cuenta lo mal que están, jamás van a resolver el problema.
En síntesis: creo que el debate lo ganó Anaya y subirá algo en las encuestas, que el que perdió fue Meade y su caída ahora será más alarmante para su causa; está fuera de la batalla, AMLO se mantiene y hasta podría subir, salió bien librando de los ataques de todos, Margarita sin pena ni gloria y El Bronco confirmó que no tenía porque ser candidato… tenemos tema pues para varios días.
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