El nuevo escándalo de Jorge Emilio González Martínez, alias El Niño Verde, al que le acaban de descubrir 4 mansiones en construcción en San Antonio, Texas, con un valor superior a los 10 millones de dólares, vuelve a poner en el ojo del huracán al Partido Verde y a sus candidatos como vivales de la política nacional o local.
El «Niño Verde», es nieto del ex gobernador de Tamaulipas, Emilio Martínez Manautou, y desde el 2001 ha vendido al mejor postor el Partido Verde, que fundó su padre Jorge González Torres -otro tamaulipeco-, en 1986. Algunas veces aliado del PAN, otras veces con el PRI, como ahora, pero siempre con la visión de la política su negocio personal.
El Partido del «Niño Verde», sólo entre 2017 y 2018, por prerrogativas recibió 930 millones de pesos. Y por si fuera poco, Jorge Emilio González va por sexta ocasión como diputado plurinominal en esta elección.
En Tamaulipas, dos personajes oscuros lo regentean desde hace 18 años: Jesús González Macías, ex delegado de la Semarnat donde no hizo nada, y ahora va como candidato pluri en la quinta posición en la segunda circunscripción, y Patricio King López, candidato a senador. Ellos dos, representan los intereses políticos mercantilistas del Niño Verde. Para esta elección llevan 18 candidatos a las alcaldías y 8 a las diputaciones federales.
La forma de operar de González y Macías, es descarada: van con el partido que está en el poder y se ponen de alfombra para que les decidan los nombres de candidatos a cambio de millones de pesos. En Tamaulipas, Jesús González y Patricio King tan sólo en los últimos 10 años, como prerrogativas y venta de candidaturas, se llevaron más de 25 millones de pesos en cada elección. Dinero que se queda en sus bolsillos, porque nunca llega a los candidatos.
Siempre buscan a personajes polémicos y de cuestionadas reputaciones. En Victoria por ejemplo, agarraron a la familia Arizpe, que siempre ha vivido del presupuesto priista, pero cuando los dejaron fuera de la nómina y de los negocios, optaron por buscar nuevos patrocinadores. Fernando Arizpe y su sobrino Mario Arizpe, son el caso. Ambos encajan como auténticos «Niños Verdes» de la corrupción política. Lo bueno es que los electores los conocen perfectamente.
El Audi de Lalo
Las murmuraciones no paran en las colonias de Victoria por el Audi con maneja el buen Lalo Gattás, candidato de Morena.
El entusiasmo y las ganas que le pone Lalo a su campaña se nota a leguas, y mucha gente lo aprecia, pero no escapa a los comentarios ácidos cuando llega con la gente pobre en su lujoso auto. Contrasta su Audi con la jodencia que hay en las colonias y con la filosofía de Morena que habla de un partido identificado con las causas populares.
El drama de Meade
Anoche estuvo José Antonio Meade con los periodistas de “Tercer Grado” y sí, se advierte en el tono de su voz y su lenguaje corporal un intento por reinventarse.
Sus flaquezas como candidato tal vez ya no son tan evidentes. Pero su problema principal subsiste: la marca, su partido el PRI, difícilmente podrá remontar el rechazo de un mal humor ciudadano que va en ascenso.
La pregunta es: ¿hasta dónde podrá competir para alcanzar y rebasar a Ricardo Anaya, el candidato del Frente por México y luego enfrentar a Andrés Manuel López Obrador?
Hay aún muchas dudas que se irán disipando en los días siguientes pero lo que sí está muy claro es que Meade y los priistas están decididos a terminar lo que empezaron. Que lo logren es otra cosa.




