Congo.- La emergencia humanitaria causada por el conflicto de Ituri alcanzó niveles alarmantes. Los campamentos oficiales para desplazados están saturados y, por eso, surgen campamentos informales por toda la provincia donde se registran recién llegados todos los días.
Lo más llamativo de esta tragedia congoleña es la gran solidaridad de la gente de las aldeas que no sufrieron ataques hacia familiares, amigos y conocidos que perdieron las pocas posesiones que tenían. Lopa es uno de estos pueblos.
Malobi Lovi está muy preocupado. Ya no sabe cómo manejar la crisis que afecta a la aldea de la que es alcalde. A pesar de su corta edad, 36 años, goza de gran popularidad. No hay ni un anciano que no se dirija a él por cualquier controversia o incluso por un simple consejo.
“Yo ya tenía bastante con lo mío, pero ahora, con la llegada de todos estos hermanos necesitados, ya no sabemos cómo hacerlo”, dice Malobi, quien, vestido completamente de blanco, logra casi milagrosamente no ensuciarse a pesar de que las calles no están asfaltadas y hay polvo rojo por todas partes.
“Apelo continuamente al gobierno provincial para que nos envíe ayuda, pero la única respuesta que recibo es que hace falta tiempo”. Malobi.
Lopa es un pueblo de aproximadamente 10 mil habitantes. Desde hace poco más de cinco meses, los desplazados, unas ocho mil personas, prácticamente hicieron duplicar la población local. Los recién llegados huyeron de sus pueblos, completamente arrasados.
¿Por qué? El enésimo conflicto de la provincia de Ituri, un amplio territorio que mide más de 65 mil kilómetros cuadrados, en el este de la República Democrática del Congo.
El pasado 12 de diciembre un ataque a dos jóvenes mujeres de etnia Hema por parte de dos chicos Lendu cerca de la ciudad de Djugu, también en Ituri, dio rienda suelta de nuevo a los disturbios entre estos dos grupos.
Desde hace más de 40 años los Hema y los Lendu -los primeros, pastores, y los segundos, campesinos- se enfrentan periódicamente.
Con información de Uno TV.