INGLATERRA.- “Te ves esplendida, te extrañé” fueron las dulces palabras con las que Harry de Inglaterra recibió a su novia-ahora esposa- Meghan Markle en el altar. Entre risas y miradas cómplices, el príncipe inglés y la actriz estadounidense dieron el sí frente a cientos de invitados, y millones de espectadores en todo el mundo.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia anglicana, tomó los votos matrimoniales a los novios, a los que describió como “muy sencillos y humildes”. Los enamorados mantuvieron las manos apretadas durante gran parte de la ceremonia.
La boda tuvo toques del mestizaje transátlantico que encarna la pareja, como el sentido sermón del pastor estadounidense Michael Curry, o la versión de la canción “Stand By Me” que hizo un coro de gospel.
Horas antes del enlace, la reina Isabel II de Inglaterra nombró a Harry duque de Sussex, conde de Dumbarton y barón de Kilkeel, respectivamente, un título nobiliario inglés, escocés y norirlandés, como manda la tradición y que ahora comparte con Markle.
Tras toda la polémica suscitada por la ausencia de su padre Thomas Markle, por problemas de salud y un escándalo con paparazzi, Meghan recorrió prácticamente sola todo el camino hasta el altar de la capilla Saint George del castillo de Windsor.
Markle llevaba un vestido blanco diseñado por la británica Clare Waight Keller para Givenchy, con velo y el pelo recogido con una tiara, y se tomó del brazo de su suegro, el príncipe Carlos, a muy poca distancia del altar.
Ahí la esperaba su novio, Harry, junto a su hermano William, que ofició de padrino, ambos vestidos con uniforme de gala militar.
Ambos llegaron a pie a la capilla mientras que Markle llegó en un Rolls-Royce Phantom IV, acompañada de su madre Doria Ragland, con la que pasó su última noche de soltera. Fue la única presencia notoria de su familia, ya que tampoco fueron invitados los dos hermanastros de Markle, que no ahorraron bilis contra la novia.
El cantante Elton John, la conductora Oprah Winfrey, los actores George Clooney e Idriss Elba, el exfutbolista David Beckham y su esposa la ex Spice Girl y diseñadora Victoria Beckham, o las exnovias de Harry Chelsy Davy y Cressida Bonas fueron algunos de los invitados que asistieron a la boda.
Después del enlace, y del beso en la puerta de la capilla, los recién casados dieron un paseo en carroza por Windsor, la pequeña localidad a una hora al oeste de Londres a la que llegaron unas 100.000 personas, más de tres veces su población.
Luego caerá el telón y empezará la parte privada de la boda, con un almuerzo ofrecido por la abuela del novio, la reina Isabel II, en el castillo de Windsor y una fiesta de noche en la mansión Frogmore, gentileza del padre del novio, el príncipe Carlos de Gales.