Cundo la oposición se atreva, allá por mediados de diciembre o en enero próximo, a increpar al presidente Andrés Manuel López Obrador por algún acto de gobierno, por alguna propuesta de ley, reacción del mandatario podría ser como la del domingo: Ricky, riquín, canallín.
Así es mis queridos boes, la anécdota es tan desesperanzadora, pero a este nuestro pueblo en lugar de preocuparle le causó risa, le sirvió de material para ‘memes’, le sirvió como pretexto para decir que el debate no estuvo del todo aburrido.
Y sí, los debates, nos sirven para conocer la personalidad de los candidatos que la mayoría de las veces solo vemos, escuchamos actuados, bajo un guión, en anuncios bajo un contexto armado, tan falso como los mensajes que nos venden en los miles de spots de campaña.
Por eso la anécdota del trabalenguas, rima chistosa o reacción ardida de AMLO debe ponernos a reflexionar sobre el comportamiento del eventual presidente de México ante la crítica, la posición, la divergencia.
¿Ya se imaginaron a López Obrador en una reunión de la Organización de Estados Americanos ante la embestida de Nicolás Maduro, o en una plenaria de la ONU o una bilateral ante las groserías de Donald Trump?
El ridículo que el domingo nos causó risa y nos inspiró a reventar las redes, junto al momento de la carrera que escondía El Peje, no sería una simple anécdota si en el futuro viniera del presidente.
¿Qué les va a contestar Maduro, Madurito dictadorcito?, ¿Trun (porque así le dice él) truncillo intolerantillo?.
Parece chiste, pero insisto, estamos hablando de quien nos puede representar a todos, Morenos y azules, tricolores, verdes e independientes; hasta a los que no vayan a votar por nadie.
Pero más aún, una reacción como la del domingo ocasionaría mucho más que una lluvia de memes en las redes sociales, estamos hablando de consecuencias que pueden ir desde picos en la cotización de nuestro ya vapuleado peso, hasta conflictos comerciales peores a los que hoy tenemos.
Me quedo con esa preocupación luego del debate, se que a la inmensa mayoría de los mexicanos, lejos de preocuparles les divierte, precisamente por eso hemos tenido a los gobernantes que nos han saqueado, sumido en el subdesarrollo y precisamente por eso quien hoy está a la cabeza de las encuestas parece no detenerse a asumir la responsabilidad
que el compromiso de ser presidente requiere.
Del debate en sí, habría que agregar que el formato mejoró bastante, creo que poco a poco nos acercamos al ideal, porque incorporar la interacción entre los candados, insisto, nos permite ver cómo reaccionarían ante un contexto de crítica, amenaza o exigencia de argumentos.
También habría que reconocer que los cuarto que debatieron esta vez llegaron mejor preparados que en el primero.
Insistir en que indudablemente Ricardo Anaya es el mejor de los cuarto en la defensa de sus ideas, en el dominio del escenario. Decir además que José Antonio Meade es un tipo que esta vez fue claro, directo y conciso, menos acartonado y que el Bronco casi pasa desapercibido, sino fuera que logró que sus oponentes se dieran un medio abrazo durante el debate. Apuntar además que, desde mi punto de vista, los moderadores exageraron en su conducción, porque por momentos parecían debatientes, cuando su trabajo era solo guiar, conducir.
Agregó que Yuriria Sierra y León Krauze parecían dos con el afán de brillar más que los candidatos presidenciales, como que entraron en una dinámica de dar la nota, siguiendo el mal ejemplo de las comparecencias de los candidatos con los de Milenio.
Fuera de ese pero, creo que México en esa parte sí avanza, hoy tenemos un mejor formato, mejores encuentros de ideas, lástima que como pueblo aún no nos demos la oportunidad de exigir seriedad, ‘cómos’ a las ocurrencias de algunos y nos clavemos en la anécdota barata, chistosa y desesperanzadora como las del domingo… advierto: de lo que hoy nos reímos, mañana nos podríamos estar lamentando.
La lucha contra el mosquito…
Tamaulipas libra varias luchas, una de ellas es la que a través de la Secretaría de Salud se da contra los mosquitos transmisores del dengue, Zika y Chikungunya.
Y es que las recientes lluvias completan el ciclo perfecto para la proliferación del mosco que las produce, por lo que se están fortaleciendo las estrategias para su combate en toda la entidad.
En la batalla, el sector salud, ha incordiado a todos los ayuntamientos, buscando el control larvario, fumigando casa por casa y estableciendo una vigilancia epidemiológica.
De hecho hay que destacar que la Secretaría de Salud de Tamaulipas, obtuvo en días pasados el tercer lugar nacional en la estrategia “Caminando a la excelencia” por las acciones de prevención y control de las enfermedades transmitidas por vector emprendidas durante el 2017, se han instalado trampas, fumigación aérea entre otras acciones.
Comentarios:
meliton-garcia@hotmail.com
Twitter: @melitong