Estamos viviendo una serie de eventos desafortunados en este proceso electoral, que pasará a la historia de México, como el más violento de cuantos se han realizado en las últimas décadas.
La ola de ejecuciones, atentados y ‘levantones’, no para, el crimen organizado está cada vez más infiltrado en las elecciones, acaparando y patrocinando candidaturas y compitiendo de manera real, por el control del poder político en el Pais, para apoderarse de posiciones en los congresos federales, locales y ayuntamientos.
No es una cosa nueva, solamente que ahora crece y se multiplica. Aquí en Tamaulipas, sabemos qué ha ha sucedido a lo largo de muchos años. Y sabemos, porque lo hemos sufrido en carne propia. Las terribles consecuencias que representan estas embestidas del hampa.
Durante los últimos meses, se ha desatado una epidemia de ejecuciones de candidatos y funcionarios en los últimos meses, a todo el territorio nacional.
Lo que sucedió en Tamaulipas y otros estados que sufrieron primero que nadie, los flagelos de la delincuencia, empieza a extenderse en todo el país y, son precisamente los ayuntamientos, las áreas más vulnerables de la estructura del poder y las que más resienten esta embestida.
Hoy, las pretensiones del crimen trascienden más allá del ámbito de sus ilícitos negocios y, están orientadas, no solamente a comprar al poder local, sino que quieren tenerlo en sus manos.
La elección del 1 de julio, 89 millones de mexicanos iremos a votar para elegir al Presidente y a quienes ocuparán otros 3 mil 400 cargos.
Será el proceso electoral más grande en la historia de México, por la concurrencia de las elecciones locales y federales, pero también el más violento; se han registrado 94 asesinatos de candidatos y autoridades locales, 1005 candidatos que han renunciado a la contienda por temor a la violencia, de los cuales 341, eran candidatos al Senado o la Cámara de Diputados. Y 664 candidatos a cargos municipales y diputaciones locales.
Matar, robar, torturar, amenazar, extorsionar, secuestrar, son cosas de todos los días, de nuestro Nuevo México.
No importa cuantos muertos tengan que quedar en el camino de la conquista del presupuesto, el ejemplo de los funcionarios que hacen gala de la corrupción, han despertado el interés y el hambre de la delincuencia organizada para universalizar el delito de cuello blanco, como uno más de su catálogo de funciones.
Literalmente, el poder político en todo el país, está en la antesala de las manos de los grupos delincuenciales. Cada vez que se acerca la elección, existe el riesgo de que pueda duplicarse lo sucedido en Tamaulipas 2010 y, que criminales realicen, un atentado contra el puntero en las encuestas.
ALTO NIVEL.
En Nuevo Laredo, un grupo importante de priístas, están migrando con el proyecto de Enrique Rivas.
Ayer, estuvo EDGAR MELHEM en su calidad de representante de JOSE ANTONIO MEADE, acompañando a la maestra MAGDALENA PERAZA, en 3 eventos de corto alcance.