MATAMOROS, TAMAULIPAS.- El bloqueo que iniciaron desde la mañana de este viernes los pescadores de la Laguna Madre y despicadoras en la carretera Matamoros-Victoria, para exigir una prórroga que les permita capturar camarón durante una semana más ante la imposición de la veda, se extendió hasta la noche de este viernes y al cierre de la edición los manifestantes mantenían cerrada la vía, a la altura de la entrada al Puerto Matamoros.
Desde temprano personas colocaron llantas, piedras y hasta pedazos de troncos, para evitar que transitaran los vehículos, aunque llegó la Policía Federal y otras autoridades, los trabajadores de la zona pesquera no se quitaron del sitio y causaron retrasos, como afectaciones a los conductores.
Por la tarde noche se agudizó el conflicto por falta de un acuerdo con las autoridades, por lo que se efectuó un bloqueo total en el que por largo tiempo no se dejó pasar a ninguna unidad que transitaba por ese punto de la ciudad.
A la altura de la bifurcación hacia el Puerto Matamoros, donde los trabajadores asentaron su protesta que comenzó pasadas las 9:00 de la mañana y se extendió por la tarde a pesar de la temperatura en donde se alcanzó una sensación térmica de 38 grados centígrados.
Las personas del poblado pesquero se mantuvieron firmes en su exigencia de conseguir un aplazamiento hasta el 4 de junio y a pesar de que desfiló un contingente de autoridades no se disolvió la protesta, ni el cierre de la carretera que enfadó a decenas de automovilistas.
“¿Qué vamos a hacer?”
A menos de una hora de haber comenzado la protesta en la carretera, ya se había formado una kilométrica fila de unidades en ambos carriles y aunque cada 10 minutos se abría el flujo, el avance era lento a pesar de la insistencia de los conductores porque se facilitara el paso.
Carmen García, una de las manifestantes de oficio pescadora, expuso que en los fenómenos naturales registrados a inicio de año mermó la captura de camarón por lo que necesitan que se les otorguen 7 días para que las familias puedan desarrollar la actividad y evitar inconvenientes económicos.
“Son cerca de 400 familias que viven de ésto, se nos vienen muchos gastos, estamos temerosos de la entrada de la época de huracanes, también la canícula. ¿Qué vamos a hacer si un huracán nos pega y nosotros sin dinero?”, dijo.
Sostuvo que su única demanda es que la veda se aplace una semana para que haya producción y, por ende, ingresos para tener la posibilidad de superar la veda.
Ante la ausencia de autoridades, los pescadores optaron por cerrar el paso a la carretera que conduce a El Mezquital, lo que elevó los ánimos de los automovilistas que en ese momento transitaban por el área.
Pescadores inmovibles
Conforme pasaba el tiempo, las hileras de vehículos varados se hacían más extensas, lo que derivó en la intervención de elementos de la Policía Federal quienes solicitaron que se removieran las llantas y objetos sin que se atendiera su reclamo.
Al lugar llegaron Cristian Guerra y Víctor Hugo Martínez Quintanilla, representantes de la Secretaría General de Gobierno del Estado de Tamaulipas, y propusieron integrar una comisión que se trasladara a la capital del estado para sostener una mesa de diálogo, pero fue generalizado el rechazo.
“La solución no la podemos dar, pero sí les podemos ofrecer es tener un diálogo”, dijo Cristian Guerra.
También llegó al lugar el jefe de oficina de pesca federal en Matamoros, Miguel Torres Romero, para pedir el diálogo con líderes del movimiento, pero también hubo una negativa generalizada por lo que se retiró visiblemente molesto.
Torres Romero señaló que la prórroga para la pesca del camarón es imposible porque la veda, que culmina hasta el 10 de julio, es un decreto federal que difícilmente puede ser modificado a corto plazo.
Bloqueo interminable
Debido al bloqueo, la Fuerza Tamaulipas cerró el paso a la carretera desde la Avenida Pedro Cárdenas y el Bulevar Emilio Portes Gil como medida de exhortó a los viajeros se desviaran hacia Valle Hermoso y continuaran con su trayecto.
Algunos automovilistas se encararon con los pescadores manifestantes, enojados porque llevaban hasta dos horas varados.
Los protestantes dejaban pasar a las unidades que eran tripuladas por adultos mayores con enfermedades o niños, como también ambulancias que se dirigían a la ciudad de Matamoros.