En los últimos años, el debate entre los candidatos a un puesto de elección popular, cualquiera que sea su ideología política, ha ido perdiendo interés dentro de la sociedad que buscan gobernar. Y no tanto porque el candidato sea todo una lumbrera en la materia o, porque resulte aburrido escucharlo, sino más bien, porque no le ponen emoción social a sus discursos que han caído en el error de ser repetitivos y, hasta cierto grado, muy personales; detalles que el pueblo capta, al grado que cuando se trata de aplaudir, se hace hasta cierto modo sin ganas y sin expresiones alegres, pues esos estilos ya están muy pasados de moda. Con decirles que ya no se escuchan aquellas matracas y porras, que le ponían sabor al caldo.
Hoy son rete largos y aburridos, que los asistentes, en vez de escuchar con atención a los oradores, se ponen a platicar con sus vecinos y, si están ahí, es para que los vean y poder recibir un día con otro, una despensa, un lonche, un refresco, un obsequio en efectivo o, simple y sencillamente, para alejarse un poco de la rutina familiar..
Pero también, en lo que se refiere a la prensa escrita y hablada, déjenme decirles que está siendo en los últimos días menospreciada y, prueba de lo anterior, es un mitin público que tuvo lugar en el ejido Ignacio Zaragoza, del municipio de Llera, donde el maestro de ceremonia exigía a través del micrófono, se bajaran los representantes de los
medios, a fin de no ‘disque’, estorbar, cuando son estos los que harán llegar la noticia a la sociedad en general.
Ese orador o animador, lo fue el profesor Rosalío Perales, persona que prácticamente se ha adueñado de los escenarios, sin dar lugar a otras personas para que se vayan penetrando en el medio.
Afortunadamente, el candidato a la alcaldía de mi pueblo por la vía independiente, Héctor de la Torre Valenzuela, impidió se realizara esa injusticia con el autor de esta tribuna y, amablemente, me pidió siguiera arriba del podio, pero el resto de los compañeros, prácticamente fueron bajados a tamborazos.
Las consecuencias de esta, hasta cierto grado arbitraria orden, es que fueron nulos o muy escasos los comentarios en la prensa.
Traigo al recuerdo lo anterior, porque algunos paisanos me han estado preguntando del por qué no se me ha visto últimamente en esta clase de eventos y, al dar a conocer las causas de mis ausencias, me dan la razón e, incluso, me han sugerido no asistir sin previa invitación.
En fin, esperemos que estos detalles no vuelvan a ocurrir, pues realmente el daño se lo hacen al candidato y no a la prensa.
¿A propósito qué pasa, sucede o acontece con el resto de los candidatos a la presidencia municipal de Llera?
Pues aparte de que no se les mira, tampoco cuentan con un equipo de prensa que difunda sus campañas de proselitismo político.
Algunos dicen que no se mueven porque no traen dinero y, tampoco sus directivos estatales los apoyan.
¿Será….?
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE