MÉXICO. El video que tomó al primer ministro holandés en un gesto inusual en la clase política, está dando la vuelta al mundo, y con justificada razón.
Mark Rutte, el primer ministro de Holanda, derramó un vaso de café cuando ingresaba al Congreso en La Haya.
Lo que generó una grata impresión, inlcusive entre las trabajadoras de la limpieza en el recinto, fue que el propio Rutte tomó una escoba y limpió el desastre, e incluso se agachó para dejar pulcramente límpio con un pañito húmedo, con el que quitó la salpicadura de café que alcanzó los puestos de seguridad del Congreso.
La acción del Primer Ministro fue aplaudida por las mujeres que se encargan del mantenimiento en este lugar.
Fue Dirk Janseen, el embajador de los Países Bajos en Panamá, quien publicó en su cuenta de Twitter la imagen que él mismo decribe como “inequívocamente holandesa”, en la cuál Rutte, al pasar por un filtro de seguridad, al entrar en el edificio, derrama accidentalmente su vaso de café.
Aunque para algunos en redes sociales sólo se traó de un gesto estudiado por Rutte para in rementar su popularidad, para otros les significó un gesto de humildad tan carente en las clase políticva.
Euronews lo describió así:
“De una manera elegante y encantadora, el primer ministro holandés, Mark Rutte, ha heco frente a un percance vergonzoso: al pasar la barrera al parlamento holandés, se le derramó en el suelo la rebosante taza de café.
Pero en lugar de dejar que el personal del servicio trabajara, Rutte pidió hacerlo él mismo, bajo el aplauso del personal de limpieza.
Lo único que Rutte necesitó en ese momento fue que le dijeran la manera de ajustar el trapeador a la longitud correcta.
Y helo ahí, mostrando que se limpia mucho más fácilmente frente a una cámara, lo que tal vez explique el asombro general”.
El mandatario sorprendió no solo a los presentes, sino a las redes sociales en general, cuando solicitó a las personas de intendencia le facilitaran un trapeador para limpiar la escena.