A dieciséis días de que concluya el periodo de las campañas electorales, hoy, en el Museo del Mundo Maya, en Mérida, Yucatán, se realizará el tercer y último debate entre los cuatro candidatos que aspiran a la presidencia de México.
De acuerdo a la percepción generalizada, será una confrontación de ideas y exposición de propuestas que ya no tendrá el impacto del primer encuentro sostenido por los aspirantes, en abril, en la capital del país.
Para comenzar, el debate se realizará en martes, un día complicado para alcanzar buenas cifras de rating en la televisión y, por consecuencia, el efecto en las redes sociales disminuirá (si bien la producción de divertidos ‘memes’ nunca se detiene).
Además, parece ser que durante casi 75 días de proselitismo los cuatro candidatos presidenciales ya se dijeron todo lo que se tenían que decir entre sí: críticas, denuncias, descalificaciones, cuestionamientos, chistes y hasta apodos.
También existe la percepción de que la elección por la presidencia de la república ya está definida a favor de Andrés Manuel López Obrador. Es una idea que ya está casi cocinada en la agenda mediática en calidad de consenso.
Prácticamente todas las encuestas otorgan al candidato de la coalición ‘Juntos Haremos Historia’ el primer lugar con un promedio que ronda el 50 por ciento de las preferencias electorales. De entrada, AMLO nunca perdió la delantera en la carrera, siempre se mantuvo arriba en los sondeos, desde el inicio de la elección constitucional.
El tiempo se agota y los múltiples adversarios de ‘El Peje’, en esta ocasión, nunca encontraron el antídoto para pararlo en seco. A diferencia de lo que sucedió en el proceso electoral de 2006, cuando los dos principales contendientes llegaron empatados al día de la votación, ahora el aspirante que lleva la ventaja se ha fortalecido durante la campaña.
Ni siquiera los duros golpes recetados por el panista Ricardo Anaya en el primer debate fueron suficientes para que Andrés Manuel López Obrador cayera de manera drástica en
las encuestas. El primer debate fue, sin duda, el mejor momento del candidato presidencial de la alianza ‘Por Tamaulipas al Frente’.
Tras la primera confrontación, parecía que ‘El Joven Maravilla’ podía crecer en los sondeos y, de hecho, lo hizo, pero no pudo mantener el paso. A pesar de sus reiterados intentos, nunca pudo colocar sus temas en la agenda política e informativa, una agenda siempre impuesta por AMLO… salvo el día en que Margarita Zavala renunció a su aventura independiente por llegar a la silla de Los Pinos.
Lo que sí logró Ricardo Anaya, pese a los insistentes y furibundos ataques por el supuesto caso de lavado de dinero, fue mantenerse en el segundo lugar, con la bandera de ser el único que podía competir en un mano a mano final con ‘El Peje’.
En ese contexto, una vez más, no es casual que el video donde es grabado el hermano del empresario Manuel Barreiro, donde relata con sospechosa ingenuidad todo la trama para financiar la campaña de ‘El Joven Maravilla’, saliera a la luz días antes del tercer y último debate presidencial.
Por ello, la reacción del equipo de Ricardo Anaya fue plantear el argumento de que existe un pacto entre el presidente Enrique Peña Nieto y el morenista Andrés Manuel López Obrador, un pacto que es muy factible (no de ahora, sino desde finales del año pasado).
¿Y José Antonio Meade? El candidato presidencial del PRI es la imagen diaria de la derrota. Comenzó en tercer lugar de la competencia y concluirá en el mismo sitio, pero posiblemente con un menor porcentaje al estimado de arranque por los sondeos.
Pepe Meade no sólo representa ya la peor caída en las urnas del Revolucionario Institucional, sino que también cargará con la retirada -¿temporal?- del Grupo de los Tecnócratas del poder, el cual asumieron desde el primero de diciembre de 1982 y que nunca soltaron a pesar de la llegada de Acción Nacional a Los Pinos en el año 2000.
Para despedirse con cierta dignidad, el tecnócrata peñanietista-calderonista deberá tener hoy su mejor participación en los debates. Para lograrlo, debe romper -precisamente- con Enrique Peña Nieto. Eso le podría dar dos o tres puntos -todo depende del manejo postdebate- en el tramo final de la campaña electoral.
‘El Bronco’, por su parte, seguramente lanzará alguna de sus típicas bravuconadas u ocurrencias a fin de captar reflectores, esgrimirá una frase ‘tronante’ y tratará de recetarle un último descontón a Andrés Manuel López Obrador.
El tercer y último debate entre los cuatro candidatos presidenciales se escenificará hoy, en punto de las nueve de la noche, con la intervención de tres moderadores.
Después, a partir del jueves, el Mundial de Fútbol en Rusia se convertirá en un atractivo mediático, inevitable de ser visto y harto difícil de resistir para las mayorías.
Y PARA CERRAR…
Los candidatos de la coalición ‘Juntos Haremos Historia’ a las alcaldías de Tampico y Altamira, Rosa Muela y Armando Martínez, plantearon ayer sus propuestas y proyectos ante el Consejo de Instituciones Empresariales del Sur de Tamaulipas (CIEST).
A la reunión asistieron también los candidatos de Morena, PES y PT a las diputaciones federales por el Octavo y Séptimo Distrito, Olga Sosa Ruiz y Erasmo González Robledo, respectivamente.
Por supuesto, los cuatro escucharon las ideas de los representantes de la iniciativa privada de la zona sur.