Con la conclusión del periodo de las campañas electorales, quedó demostrada una vez más una premisa en esta materia: todas las elecciones son diferentes. Nunca son iguales.
Cuando muchos analistas pronosticaron la repetición del escenario electoral de 2006, con un final cardíaco, en esta ocasión el candidato que siempre estuvo adelante en todas
las encuestas no sólo mantuvo su ventaja, sino que la fortaleció y acrecentó a partir del segundo mes de la contienda.
Es más, sucedió algo muy curioso: una estéril e incomprensible pugna por el segundo lugar de la competencia. Hubo sondeos que se centraron en destacar quién iba en segundo lugar, una discusión que se extendió a las mesas de debate. Esto nunca se había visto.
En otras palabras, fue un proceso electoral que se caracterizó, de inicio a fin, por la consolidación de un puntero, un aspirante que jamás perdió su hegemonía en la definición de la agenda política e informativa diaria de la campaña, salvo el día en que Margarita Zavala renunció a su candidatura independiente.
Esa renuncia también reflejó una de las características centrales de este proceso electoral: las candidaturas independientes se convirtieron en un absoluto y estrepitoso fracaso.
A pesar del desprestigio que arrastran los partidos políticos, se comprobó que estas organizaciones tienen profesionales en las distintas áreas para afrontar un proceso electoral, aspecto con el que no cuentan los equipos de los candidatos independientes. Sobre los tres aspirantes que se registraron en busca de una nominación independiente a la presidencia de la república existieron más que sospechas de que cometieron irregularidades en la recolección de las firmas ciudadanas.
Si bien ‘El Bronco’ se mantuvo en la brega en pos de su sueño guajiro, la realidad es que su desempeño proselitista fue vergonzoso, pero a la vez agresivo y aberrante con su
propuesta de ‘cortar las manos’ a los corruptos, en un discurso que propaga la estupidez de la violencia.
Fueron propuestas vertidas sobre el escenario del enojo social, en un intento por aprovechar el malestar ciudadano. Afortunadamente, esas propuestas sólo quedaron como parte del anecdotario de una elección que registró otra característica: la influencia de las redes sociales.
A diferencia de lo que sucedió hace seis años, cuando las dos principales televisoras del país posicionaron la imagen ‘nice’ de Enrique Peña Nieto como candidato a la presidencia de México (el ‘Telepresidente’), ahora los medios de comunicación tradicionales electrónicos vieron reducido de manera muy marcada su margen de maniobra para influir en el electorado.
Sin embargo, el papel de la prensa, escrita y electrónica, fue fundamental en otra perspectiva: el combate (con un trabajo profesional) a la propagación de las ‘Fake News´(noticias falsas) a través de las principales redes sociales (el rol de Facebook es sumamente cuestionable en este aspecto).
La característica más lamentable del proceso electoral 2018 fue la espiral de violencia perpetrada en contra de los candidatos a diversos cargos. Es un asunto urgente por resolver, una problemática que debe ser atendida lo más pronto posible. Esperemos que en el próximo sexenio federal el tema de la inseguridad pública sea considerado como prioridad.
Una vez que se consume el escenario más probable en la jornada electoral del próximo domingo, se espera la configuración de un nuevo sistema de partidos en el país. Será, sin duda, el cambio más profundo que registre el sistema político mexicano desde que la tecnocracia tomó el poder en diciembre de 1982 (la alternancia foxista del 2000 se asemeja más a una caricatura).
En el cambio que se aproxima en el sistema político nacional habrá que ver la forma en que van a relacionarse el nuevo presidente de la república y los gobernadores de los
estados, una interacción que debe regirse por el peso de las instituciones. El respeto y la coordinación institucional debe ser la norma en el siguiente capítulo de la incipiente democracia mexicana.
A tres días de la jornada electoral, no sólo se debe reflexionar el voto, sino también se debe pensar a fondo el futuro que se va a construir en un país con múltiples problemáticas. Pensar México, a conciencia, es parte de lo que viene.
RECTOR ENTREGA NUEVOS UNIFORMES A TRABAJADORES
El Rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), José Andrés Suárez Fernández, entregó ayer nuevos uniformes al personal académico y sindicalizado de la máxima casa de estudios.
En un evento simbólico realizado en el edificio de Rectoría, en Ciudad Victoria, el Rector de la UAT cumplió con un compromiso asumido y se reunió con Verónica Trejo Zúñiga, dirigente estatal del Sindico Único de Trabajadores (SUTUAT), y Luis Gerardo Galván Velasco, líder del Sindicato de Trabajadores Académicos (SUTAUAT).
‘Su participación significa también ese amor por nuestra universidad y con mucho gusto lo hacemos’, dijo el Rector José Andrés Suárez Fernández al entregar los nuevos uniformes.
Añadió: ‘Los trabajadores sindicalizados están comprometidos con nuestra universidad’.
Y PARA CERRAR…
El escenario de las sorpresas es muy posible -más de lo que se imaginan algunos- el próximo domingo primero de julio. ¡¡¡Orale!!!