Dicen que hay figuras de barro y como el carrizo, una planta sumamente conocida en América Latina y que se le brinda muy diversos usos.
Aquí en ciudad Victoria, algunos los niños las usaban para hacer papalotes que elevan y muchas veces se emocionaban cuando reventaba el hilo y todos corrían detrás del artefacto para ganarlo.
El carrizo se ve fuerte por fuera, macizo, pero realmente es muy flexible, frágil y se puede doblar al grado de que el papel china soportaba su presión en las esquinas al momento de armar las “güilas”.
Eso podemos decir que sucedió con algunos de los candidatos del PRI, pero particularmente con su aspirante al Senado de la República, YAHLEEL ABDALÁ CARMONA, una mujer que se veía entrona, alegadora, valiente y llena de argumentos para ganar la elección.
La mujer demostró todo lo contrario, se partió y se quebró como el carrizo, aún y antes de que iniciara la campaña, con una propuesta nula y poca capacidad de razonar hacía debería de enfocar sus actividades proselitistas.
Nunca logró conectarse con los electores, con un mensaje desarticulado y una oratoria débil, hecha para el fracaso.
YAHLEL se vio superficial, endeble, inocente y vanidosa, más preocupada por su arreglo personal y las futuras cirugías a las que se sometería una vez ganado el proceso. Ya se imaginaba con mayor volumen para atraer los reflectores.
No le importó realmente la campaña, pues siempre pensó que tenía un lugar asegurado al ocupar el primer lugar de la fórmula, por eso se la paso discutiendo con sus colaboradores al no aceptar consejo alguno.
Se la pasó viendo la serie de Luis Miguel, estuvo atenta de su estreno y compartió puntos de vista y seguramente deseo que encontrarán pronto a la mamá de LUIS MIGUEL, también se dijo preocupada por el partido de Chivas –América y Tigres-Rayados.
Obsequiaba playeras a quienes acertarán a los marcadores en las redes sociales, de ahí en fuera eso es lo que más se le recuerda.
Olvidó que debería trabajar y duro si quería ganar, que ya no gozaba de la protección del ex gobernador EGIDIO TORRE CANTÚ, con quien corría cada que necesitaba consejo o apoyo económico.
Por sus chiflazones de niña y por su bipolaridad manifiesta cometió demasiados errores y eso le costó hasta llegar en tercer lugar.
Es cierto que el efecto de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR pegó muy fuerte, pero eso no fue obstáculo para que ganara el PAN y sus compañeros de lucha hicieran un mejor papel. Un trabajo más decoroso como ALEJANDRO GUEVARA COBOS, quien sabía de antemano que era complicado alcanzar la victoria como segundo de fórmula, si realizó una campaña intensa y prepositiva, buscando convencer, pero siempre le estorbó la candidata carrizo.
El mismo lunes ÓSCAR ALMARAZ SMER regresó a la alcaldía de ciudad Victoria, porque es un hombre que sabe perder, el domingo las urnas hablaron y se decidieron por el panista XICOTÉNCATL GONZÁLEZ URESTI.
ALMARAZ el mismo lunes, después de lamer las heridas de la campaña, hizo una convocatoria a todos los victorenses para trabajar en un frente común “con nuestro gobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA y nuestro Presidente de la República ENRIQUE PEÑA NIETO, Victoria nos necesita a todos”, afirmó.
El alcalde no dudó en reconocer y felicitar al ganador de la contienda:
“Felicito al próximo alcalde, XICOTÉNCATL GONZÁLEZ URESTI, desde aquí le mando un fuerte abrazo”.
Los buenos perdedores no se esconden, hacen frente y como ZAGUE se marchan con la frente en alto.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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