MÉXICO. El famoso presentador Don Francisco ha sido señalado por acoso sexual y abuso del poder por la periodista Laura Landaeta. En medio de la lucha contra el acoso sexual que se disparó tras las denuncias de acoso contra Harvey Weinstein y la lucha #MeToo en Hollywood, la periodista e investigadora chilena ha puesto nuevamente sobre la mesa las conductas que habría tenido Mario Kreutzberger, nombre real del titular de Sábado Gigante.
“Escribo esta columna para refrescar la memoria, porque el abuso y el acoso, en el mundo de la entretención televisiva, no partió con Abreu ni con Nicolás López, partió con Don Francisco”, escribió la periodista en una columna para El Mostrador.
Landaeta, autora de “Don Francisco: Biografía no autorizada de un Gigante”, asegura en el texto que la famosa estrella de televisión ofrecía electrodomésticos a cambio de favores sexuales, mismos que habrían sido encubiertos por su equipo.
“Escondido en la entretención y la solidaridad, ha generado a su alrededor un ambiente de impunidad frente al abuso de poder, el acoso, la discriminación en rutinas de humor cargadas de machismo, clasismo y desdén por las minorías sexuales, ancianos y personas con capacidades diferentes”, destaca el texto de la periodista.
De igual forma, Landaeta destaca: “la impunidad con la que Don Francisco trabajaba en televisión usando a mujeres como objeto, cambiando favores sexuales en los camerinos por televisores, lavadoras y electrodomésticos y cómo las propias mujeres de su equipo de trabajo hablaban de que el animador era ‘peligroso’”.
Finalmente, de acuerdo con la periodista, Don Francisco no solo acosaba de las modelos de sus programas, sino también al público.
“Se acercó a mí y me dijo: ¿Ves a esa mujer de la cuarta fila, la de rojo?… Llévala a mi oficina en el descanso. La llevé y recuerdo que estaba fumando un cigarro en el pasillo cuando veo aparecer al fondo de éste a la directora del Canal 13, Rubi Anne Gumpert. Venía directo hacia nosotros. Mario estaba en su oficina con ella y para colmo no estaba cerrada la cortina, sólo el visillo de la ventana, y cuando miro hacia adentro, me doy cuenta que la mujer le estaba practicando sexo oral. Golpeé la puerta para que dejaran de hacerlo y le dije: ‘Mario, te busca Rubi”.
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