* El columnista es autor de las novelas: “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”, además Premio Nacional de Periodismo 2016.
Los fenómenos político-sociales no surgen por generación espontánea y el triunfo de AMLO es la mejor evidencia. El proceso que culminó el primero de julio anterior, procede desde hace treinta años cuando se creara el Frente Democrático Nacional, integrado por diversos partidos teniendo como antecedente la disidencia hacia el interior del PRI.
Recordéis que un grupo de distinguidos militantes del tricolor, encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo, se opusieron a la candidatura de
Salinas de Gortari ordenada por Miguel de la Madrid, porque significaba la permanencia del liberalismo, es decir, del Fondo Monetario Internacional y sus intereses.
Como no recibieron respuesta favorable Cárdenas, Ifigenia, Muñoz y algunos otros (entre los que figuró López Obrador), dejaron el tricolor y se avocaron a integrar el FDN que incluyó a los ya desaparecidos: Partido Mexicano Socialista, PARM, Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y el Popular Socialista.
El FDN propuso la candidatura de Cuauhtémoc con los resultados que durante muchos años fueron polémicos hasta que llegó MORENA a sacudir el pasado e iniciar la nueva historia.
En este punto imposible olvidar que se atribuye “la caída de sistema” y presunta derrota de “el hijo del tata” al entonces secretario de Gobernación Manuel Bartlett quien ahora, por esas cosas de la vida, es senador bajo la marca PT, aliado como sabéis de MORENA.
El asunto es que el cambio se gestó cuando menos tres décadas atrás, aunque no falta quien lo ubique desde el movimiento del 68, incluso en uno de sus últimos discursos AMLO lo menciona. En este sentido el escribidor tiene sus dudas basado en su experiencia como activista de aquellos hechos que confrontaron a la juventud pensante de entonces, con un sistema que siguió practicando sus métodos como si nada.
NO FUE AMLO, FUERON ELLOS
Quedamos en que Muñoz Ledo, Ifigenia y Cuauhtémoc Cárdenas promovieron la creación del Frente Democrático Nacional en el 88 que rinde frutos treinta años después.
Usted se preguntará, ¿y qué ha sido de ellos?. La historia es muy simple: Porfirio siguió participando de manera activa ocupando diversos cargos de elección y dirigió el PRD, incluso durante el gobierno de Fox se desempeñó como embajador de México ante la Unión Europea. Recordad que fue el primer diputado que increpó a Miguel de la Madrid en pleno informe presidencial.
En este último proceso apareció como prospecto a senador pluri por MORENA solo que en la lista final no figura.
De sofisticada formación académica a sus 85 años no parece perder el entusiasmo democratizador y es probable que sea llamado a la administración que iniciará el primero de diciembre.
A Porfirio se le puede considerar “inversión pública” cuya experiencia siempre puede ser aprovechada, al margen de su egolatría y exagerada ponderación a si mismo que en ocasiones lo hace odioso.
Por su parte Cuauhtémoc se ha mantenido alejado de AMLO. En el fondo se trata de celos y envidias que le han impedido apoyar al presidente electo en horas cruciales. Especialmente durante el proceso donde “ganó” Felipe Calderón Hinojosa.
De Cuauhtémoc existe el antecedente de haber servido a Vicente Fox como presidente de la comisión de festejos por el bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución.
Por aquel tiempo a Cuauhtémoc todavía se le consideraba “líder moral” de la izquierda. Ahora solo es penosa referencia. Llama la atención que tras la victoria del tabasqueño ahora se acerque cuando por muchos años fue pública y notoria su lejanía.
Ello lo pinta como el “oportunista” que de alguna manera pretende ser parte del histórico triunfo. En este aspecto parece que ya no le importa hacer el ridículo aunque lo malo para él es que en MORENA ya lo conocen.
Ifigenia Martínez será senadora de la república. ¿Un premio?. A lo mejor.
SUCEDE QUE
Diversas son las interpretaciones relativas al triunfo como senador de Américo Villareal Anaya obtenido durante el recuento final de votos, pero sin duda todas tienen que ver con las circunstancias políticas derivadas del primero de julio.
En cuanto a históricos “grillos” del tricolor tamaulipecos es de suponer que algunos buscarán una discreta jubilación ante un futuro que ya no les pertenece, como Lucino Cervantes por ejemplo. ¿Y qué tal Alejandro Guevara Cobos, Marco Antonio Bernal, Baltazar Hinojosa Ochoa, Manuel Cavazos Lerma, Antonio Martínez Torres, Homar Zamorano, Enrique Cárdenas del Avellano o Eliseo Castillo Tejeda entre otros?. Algunos todavía cobrarán parte del aguinaldo pero lo cierto es que quedarán desempleados por tiempo indefinido, salvo aquellos que durante sus larguísimas becas oficiales hayan aprendido un oficio que les procure sobrevivir el resto de sus días. Hasta ha de creer que lo necesiten.
Y hasta la próxima.