Poco a poco se va perfilando lo que será el México de Andrés Manuel López Obrador, a partir del 1 de diciembre, el último asomo fue el de los coordinadores generales de gobierno, que de acuerdo al plan del Presidente electo, sustituirán a los delegados federales.
Así es, mis queridos boes, las delegaciones federales van a desaparecer por todo el país, en su lugar, el gobierno de López Obrador nombrará a 32 coordinadores generales de su gobierno, al frente de lo que se supone, será una ventanilla única, que también se supone busca, entre otras cosas, eficientar recursos, reducir la burocracia y demás.
En la práctica, lo que se dibuja es el intento del gobierno que aún no arranca, de nombrar a un contrapeso que le dé batalla política a los 32 gobernadores, lo que de entrada, podría traer más conflictos que beneficios.
Y es que suplir a los delegados federales en las entidades, por un solo personaje que atienda todos los asuntos de índole federal, es algo así como un despropósito.
Me explico: en Tamaulipas, como en el resto de los estados, hay delegados con los más variados perfiles, porque difícilmente alguien con la formación académica de quienes encabezan, por ejemplo, la delegación de la Comisión Nacional del Agua, podría dar resultados en Desarrollo Social, no podríamos entender a un abogado planeando una presa, o a un médico, como titular de la PGR.
La simple declaración de Irma Sandoval, quien en el gobierno de AMLO será la titular de la Secretaría de la Función Pública, revela el verdadero objetivo de los 32 coordinadores generales del gobierno lopezobradorista.
“Lo importante es la desburocratización y la austeridad republicana, porque, como se sabe, las delegaciones chupan muchos recursos en marañas burocráticas. Para hacer una estructura de mayor cercanía, eficacia y eficiencia, estamos pensando en reestructurar y hacer un enlace más directo con la ciudadanía”, añadió
“Van a ser perfiles del más alto nivel, de mucho trabajo de campo, de mucho trabajo de tierra, de mucha cercanía a la sociedad y, además, con todos los méritos de haber marchado con el movimiento desde el principio”.
Si leyeron los últimos dos renglones, entenderán que serán políticos los que suplicarán a técnicos, a especialistas en las delegaciones, lo que siempre es peligroso y nos lleva a las suspicacias.
¿Quién podría ser ese coordinador general de gobierno en Tamaulipas?, ¿qué político se la jugó con el movimiento de López Obrador desde el principio?, ¿quién de los que se la jugó desde un principio, tiene el tamaño suficiente de personalidad, capacidad, liderazgo, como para ser el gobernador paralelo que pretende AMLO?
Que se la haya jugado desde un principio, podríamos decir que el ex priísta, ex perredista Héctor Martín Garza, ‘El Guasón’, habrá quienes nombren a Enrique Yáñez, pero luego de que se supiera de los famosos coordinadores, ya hay quienes manejan también al recién llegado, también del PRI y baltazarista renegado, Felipe Garza Narváez.
Sea quien fuere, si la intención es poner ahí a un político en lugar de un especialista, lo único que se va a lograr es, insisto, crear conflicto.
Porque hay temas que tienen que tratarse entre técnicos, entre pares y tal vez cuando un ciudadano vaya a hacer un trámite, los de la grilla ni le van a entender.
Pero además y por default, a quien nombren como coordinador, siendo político como se pretende, júrenlo que adoptará de inmediato la investidura de cuasi gobernador y, será entonces, mucho más difícil que dé resultados, porque le va a ganar la grilla.
Porque, vuelvo a insistir, aún no se modifica la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, mucho menos nombra a los coordinadores y ya todo mundo entiende, que los elegidos serán los ‘delfines’ de AMLO para las gubernaturas.
Sería bueno que en esos análisis muy básicos, apuntaran que si el gobierno que viene no cumple con las expectativas que creó en la campaña, como han adelantado, lejos de tener un delfín a la gubernatura en cada Estado, el Peje presidente tendrá un depositario de reclamos y hasta mentadas.
A quien ponga, por ejemplo, habrá que reclamarle en cortito, que la gasolina no bajará, ni la luz, ni el gas, que siempre sí habrá guaruras para el Presidente, que la reforma energética se queda y no como lo prometió el tabasqueño, que habrá ‘fiscal a modo’, más las promesas que cambian de compromisos a siempre no, se vayan acumulando.
Sumémosle eso, al enojo de miles de burócratas federales que serán echados a la calle, que para adelgazar las nóminas, agreguemos el desencanto de los muchos líderes priístas que se arrimaron a Morena por un hueso, creyendo que mínimo, una delegación obtendrían, pero ya no habrá.
En fin eso, me disculpan, pero no pinta bien, menos si se escogen personajes grises, como ocurrió con algunos candidatos morenistas que incluso ganaron, pero que no movieron un dedo para obtener la victoria, sino que se treparon a la ola pejista… de esos tipitos al próximo presidente, no le van a servir de nada.
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