* El columnista es autor de las novelas: “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”, además Premio Nacional de Periodismo 2016.
El mismo día de la elección, la república supo que AMLO era el triunfador. Así quedó escrito ante la abrumadora mayoría de votos, tanto que ni sus adversarios lo dudaron. Por su parte el INE hizo su trabajo en tiempo y forma reiterando la decisión ciudadana… Hasta aquí vamos bien.
Sin embargo, los magistrados del Tribunal Electoral de la Federación parecieran no estar convencidos de que el primero de julio se impuso la democracia. En este sentido y aun
cuando se venció el plazo, todavía esperan que en algún rincón del país resulte impugnada cualquier casilla que permita mantener paralizada la constancia que acredite a AMLO su calidad de Presidente Electo.
Y podría ser en alguna casilla perdida por el rumbo de santa Apolonia por ejemplo, entonces habrá de investigarse “hasta las últimas consecuencias”, agotarse los elementos en pro y contra para que el tribunal en cuestión emita el fallo correspondiente. ¿Cuánto tiempo pasaría?, no lo sabemos con todo y que debiera ser información pública.
La presidenta de dicho tribunal, Janine Otálora, ha dicho que “muy probablemente” tal documento sea entregado antes del seis de septiembre (hasta ha de creer), aunque independientemente de alguna impugnación, se deberán cumplir diversos trámites, como revisar el cómputo realizado por el INE, elaborar el respectivo dictamen que declare la validez de la elección.
También analizar los requisitos de elegibilidad del candidato triunfador y finalmente expedir y entregar la constancia de Presidente Electo. En este aspecto uno se pregunta, ¿y por qué jijos no avanzan en esta tarea institucional?.
LO “VIRTUAL” NO EXISTE
Por esta aberración burocrática López Obrador apenas es llamado “presidente electo virtual” y no simplemente “electo”, como debiera ser, considerando que los 30 millones de votos obtenidos fueron reales y no producto de la fantasía. Ya sabéis que lo virtual es de existencia aparente y aunque se enojen los dialécticos puros, es y no es al mismo tiempo.
De manera que legalmente AMLO es un ciudadano común que usurpa funciones que no le corresponden. Insisto, es “virtual” y por lo tanto no existe. Digamos que es parte del surrealismo a que nos tiene acostumbrados la política tradicional.
Extraña que nadie apure al Tribunal de la Federación a emitir la señalada constancia de “presidente electo”. Ni siquiera el equipo de AMLO más ocupado en “reconstruir” al país ignorando la parte final y más importante del proceso electoral.
No creemos que alargar el tiempo se trate de una trampa contra MORENA. No sería posible ante la contundencia de lo vivido el primero de julio, aunque el columnista mal pensado que es, supone no faltará quien espere que algo grave suceda a AMLO que evite su llegada a Palacio Nacional. Digo, porque no hay explicación lógica a la tardanza con que actúa el multicitado tribunal.
Hay lentitud en las autoridades pero demasiada prisa en el equipo de AMLO, ¿por qué no hay correspondencia entonces?.
Y vaya si hay prisa. Ya no es secreto que entre las decisiones más importantes del próximo gobierno está descentralizar la administración pública donde excepto las secretarías de Hacienda, Gobernación, Marina y Defensa Nacional y alguna otra, permanecerán en la CDMX, el resto serán distribuidas en estados donde sirvan como detonante de desarrollo
regional.
En el aspecto administrativo lo anterior significa una auténtica revolución y lo es, aunque también tiene un propósito político que tampoco podemos ignorar, pero bueno como dijo aquel, “todo es parte de un todo”. (Dícese que a Tamaulipas tocará la dirección de Aduanas).
¿Y qué tal la desaparición de los delegados federales que por lo general pasan a convertirse en apéndices de los gobiernos locales?.
De lo que no existe duda es que las novedades anunciadas por “el presidente electo virtual” tienen sentido benéfico para la república. Y viene “lo más mejor”, con las iniciativas relacionadas con las mentadas “reformas estructurales” y malignos decretos, como la privatización del agua que presumen escandalosos negocios entre funcionarios y empresas trasnacionales.
“El corte viene parejo”, diría el ranchero, y eso de la tardanza de la entrega de la constancia de mayoría a AMLO tal vez tenga que ver con las sospechas de que el sistema todavía está dispuesto a jugarse el pellejo. ¿Será?.
SUCEDE QUE
La aparición de José Ramón Gómez Leal en primera fila de la próxima administración federal agrega sabor al futuro del estado. Se abre el abanico y se concretan posibilidades…Ahí te hablan Américo.
Y hasta la próxima.