Tras la participación de México en este Mundial, no tengo duda de una cosa: nos hace falta mucho. Y no hablo de dinero en el fútbol, porque ese, hasta sobra, hablo del real interés por parte de los federativos, por hacer crecer el fútbol mexicano en general, pero, el dinero está de por medio y, ese para ellos, no se toca.
Volteo a ver los equipos que pasaron a las fases finales y me llama mucho la atención, Bélgica y, no tanto porque sea una sorpresa, para ser sinceros, era de los favoritos y no defraudó, llegó hasta la semifinales, pero creo que cumplió.
Lo que llama la atención, es que hace dos ediciones de mundiales, nadie los tenía en el mapa, pero tras un arduo trabajo de más de 15 años, lograron sacar una generación que para ellos, es ‘dorada’ y que podría mejorar aún mucho más.
Tras años de fracasos en el fútbol, la federación, lejos de seguir igual, buscó algo muy ambicioso y comenzó con este proyecto que hasta hoy, es de los más exitosos del fútbol moderno.
¿Cómo puede un país de apenas 12 millones de habitantes, ser mejor que México, que tiene 120 millones?; la respuesta es sencilla, el interés que puso la gente de fútbol en aquel país, en los niños, fue mucha, que los han llevado en un proceso y esos niños, ahora son un tal Edén Hazard, Kevin De Bruyne, Romelu Lukaku, entre otros.
Esta generación dorada no es como dicen, por obra del espíritu santo, es de mucho trabajo. El programa que implementaron fue el del Foot-Elite, donde el truco de todo esto, además del trabajo, fue la paciencia.
Allá, la Federación fue la que metió mano en los equipos juveniles y hacían pruebas a lo largo de seis u ocho regiones, donde invitaban a todos los interesados y por medio de diferentes pruebas, quedaban los mejores, sí, los mejores, no el que tenía más dinero o el que se apellidaba igual que un ex jugador.
Los jugadores tienen un club, como en cualquier otro lado, pero todos tienen trabajos similares, pues son apoyados por los encargados de fuerzas básicas, un total de 30 entrenadores de la Federación, además, son llamados para entrenamientos cada cierto tiempo y así ser evaluados.
Se les ve sus ‘defectos’ y sus fuertes y se trabaja individualmente con ellos, sobre todo con los que son etiquetados como los más ‘buenos’.
Además, cuentan con el apoyo de una empresa observadora llamada Double Pass, quien analiza todo respecto a los más de mil partidos de juveniles que observan en cierto tiempo,
analizan formaciones y si es necesario, implementan una para que sea la base de los trabajos de los equipos.
En fin, a lo que voy, esto no fue casualidad, lleva trabajo y mucha inversión, de dinero y tiempo; sin dudarlo, hay mucho talento como para tener a un Edén Hazard, pero falta mucho, pero mucho trabajo.
Pero algo que tengo claro, es que, mientras a los federativos les importe más las giras de las selecciones mayores a Estados Unidos, pues todo seguirá igual. Si quieren llegar al quinto partido o más allá, trabajen, hagan proyectos serios con las nuevas generaciones, con los niños que comienzan, tal vez ahí haya un Hazard o hasta un Messi. Hasta la próxima.