El presupuesto asignado al Movimiento Regeneración Nacional para 2018 fue de 649 millones de pesos. Para el año entrante, gracias a su éxito en las elecciones del 1 de julio, Morena tendrá en su bolsa más de mil 560 millones, un salto de 140 por ciento.
La campaña paga. Y paga bien incluso si el principal candidato de las elecciones fue lento en cumplir con lo que exige la ley: reportar en tiempo real los gastos de campaña.
Para el 14 de junio, el equipo de Andrés Manuel López Obrador había reportado al INE gastos por 45 millones de pesos, o aproximadamente diez por ciento del tope fijado este año para las candidaturas presidenciales. Sin embargo, en las siguientes dos semanas el detalle de los egresos de AMLO ya ascendía a 100 millones de pesos. Con ese monto cerró el plazo que fija la ley a los partidos. Pero ayer, de forma extemporánea, Morena presentó una nueva cifra para el tabasqueño: 156 millones de pesos.
De cualquier manera, ese monto es sustancialmente más bajo que el reportado por Ricardo Anaya (350 millones) y poco más de la mitad del que reconoció José Antonio Meade (302 millones). Leer a Leonardo Núñez en Nexos https://anticorrupcion.nexos.com.mx/?p=380
Eso es austeridad y no pedazos: el candidato que más eventos tuvo, el del cierre espectacular en el Azteca, resulta que hizo la campaña más barata. O al menos eso es lo que reporta ante el Instituto Nacional Electoral. Ni Obama lo habría hecho tan bien.
Pero dejemos que lleguen los reportes de la fiscalización del INE, en cosa de un mes, para saber bien a bien cuánto gastaron los candidatos presidenciales.
Claro que, desde el punto de vista de los ciudadanos, esa espera debe hacerse con un dejo de resignación, porque en el escenario de que a un partido le encuentren gastos sin reportar, y consecuentemente le multen, ese organismo político siempre podrá echar mano del financiamiento público para hacer frente a esas eventuales multas. Y si de un año a otro tu presupuesto crecerá 140 por ciento, pues como que mucho agobio no tendrás.
Y con esa misma lógica (medio cínica) es que debemos apreciar lo ocurrido ayer en el INE, donde se votó diez a uno por multar a Morena con 197 millones de pesos por haber incurrido en serias irregularidades en el manejo de un fideicomiso que, según anunció en su momento el propio López Obrador, sería para apoyar a damnificados de los terremotos de septiembre de 2017.
Una investigación del INE dio cuenta ayer de las maniobras mediante las cuales a ese fideicomiso de Morena entraron 78.8 millones de pesos. De ese monto, 44.4 millones fueron “atípicos depósitos en efectivo”, según describió este miércoles el consejero Ciro Murayama. Además hubo aportaciones de entes prohibidos (empresas). El fideicomiso es manejado por un comité técnico en el que figuran, entre otros, los nombres de Jesusa Rodríguez (suplente de Olga Sánchez Cordero en el Senado), la escritora Laura Esquivel y Julio Scherer Ibarra, nominado a consejero jurídico de Presidencia con López Obrador.
De ese fideicomiso, “al 31 de mayo de 2018 habían salido 64.5 millones de pesos a través de cheques de caja que, al ser cambiados a efectivo, impidieron seguir el rastro del dinero. Aquí nos enfrentamos -dijo Murayama- a algo similar al caso Pemexgate, cuando se cobró dinero en efectivo: no sabemos en qué se usó ni por quién. Y por ello no es posible determinar gasto de campaña”. Lo que sí se pudo establecer es que 80 por ciento de quienes cobraron esos cheques, “tiene relación directa con Morena” (ídem). ¿A dónde fue a parar ese dinero? ¿En qué se usó? ¿En campañas de Morena? ¿Se lo robaron cuadros de Morena?
A todo esto Morena ha contestado, inicialmente, diciendo que no transparentará el fideicomiso. Esto es el Morenagate. Por suerte Morena tendrá dinero para pagar la multa. Y asunto arreglado. Porque, no sé ustedes, pero si trabajaran en la Fepade, en el SAT o en la CNBV, organismos a los que el INE dio vista, y les tocara investigar el millonario fideicomiso del partido de tu próximo jefe, pues como que no hay muchos incentivos para entrarle con ganas.
¿O me equivoco?.