Es el folclórico nombre con el que la actual autoridad municipal, bautizó al pueblo de Llera, que como podrán observar, no se equivocó, pues aparte de las cristalinas como frescas aguas del río Guayalejo, cuenta además con pequeñas embarcaciones, que cumplen con la función de transportar y divertir a los miles de turistas que buscan llegar a Llera, para pasar un feliz y agradable fin de semana, en el amplio y excelente balneario natural, conocido como La Presa y, que se ubica, a escasos tres o cuatro kilómetros de la cabecera municipal, donde además podrán encontrar espacios para practicar varios deportes, entre estos, el voleibol, el fútbol, la natación y los fabulosos clavados,
aprovechando la gran cantidad de árboles que se encuentran a orillas del río, pero además, donde fácilmente las familias dan vida a sus propias pistas de baile.
Además, como una cortesía de la propia autoridad municipal y a través del Departamento de Turismo, se instalaron baños, sanitarios y vestidores sin descuidar la vigilancia policial y los excelentes servicios que presta la Cruz Roja y Protección Civil, auxiliados por los cuerpos de seguridad, que a nivel municipal y estatal proporcionan las dos órdenes de gobierno.
Así también, mucho empuje turístico se le ha estado dando a otro de los muy visitados atractivos, como es la región conocida como El Valle de Guadalupe y, que se ubica hacia la parte oeste de la cabecera municipal, donde por cierto, don José de Escandón y Helguera, estableció su primer campamento, antes de fundar la Villa de Llera, para de ahí seguir dando vida a los nuevos pueblos que con el tiempo, llegaron a conformar lo que hoy se conoce como el estado de Tamaulipas, sin olvidarnos de la ex Estación de Ferrocarril, llamada “Zaragoza”, que llegó a prestar un excelente servicio comercial y ganadero, pues a través de sus vagones se llegaron a transportar más de un millón de
reses hacia México, San Luis Potosí, norte de Veracruz, la frontera norte, incluyendo Laredo, Monterrey, Reynosa y Matamoros.
Pero también es bueno saber, que del poblado El Encino y, con rumbo a la Sierra Madre Oriental, podrán encontrar el Nacimiento del río Sabinas, cuya poza es de aproximadamente veinte metros de profundidad y, aunque no lo crean, pero se puede muy bien ver el fondo de la misma, así como una gran variedad de peces, sin pasar por alto una amplia y larga cueva por donde le llega un chorro de agua, dando vida así, al ya mencionado río Sabinas cuyas aguas después de un largo recorrido se suman a las aguas del río
Guayalejo para finalmente, después de atravesar Xicoténcatl, Mante, González, Altamira, Tampico y Madero, unirse al río Pánuco, para desembocar en el Golfo de México.
En fin, créanme, que conocer en Llera el Nacimiento del río Sabinas, es un grandioso espectáculo que no se deben perder de admirar nuestros lectores, máxime cuando se cuenta con excelente camino de terracería, limpio, amplio y rodeado de frondosa vegetación, no sin pasar por alto la invitación a sus visitantes, para que no olviden tener a la mano un frasco de repelente, pues como son espacios con una gran arboleda, abundan el jején y el zancudo, por lo tanto, ahí les dejamos la invitación para que en la primera oportunidad que tengan, no dejen de visitar y conocer el pintoresco Nacimiento del río Sabinas. Llera los invita.
La entrada, como accesos al mencionado paseo, es gratis, así como el puente colgante y el puente vado, que le dan un especial atractivo al mencionado lugar.
HASTA MAÑANA Y ¡BUENA SUERTE!