Tras los resultados que se obtuvieron en la pasada elección, la mayoría de los partidos deben pensar en las acciones que realizarán para reestructurar sus dirigencias, pensando en las diputaciones locales.
El caso más patético se vivió en el PRI, donde el principal villano es su presidente SERGIO GUAJARDO MALDONADO, donde no lo quieren absolutamente nadie. Todos apuestan por su salida y esperan una renuncia.
Sin embargo, nada de eso parece que va suceder, SERGIO tratará de quedarse todo lo que pueda antes de entregar la dirigencia. Piensa en lo que todavía puede exprimirla unos cuantos meses.
GUAJARDO trabajó con mucho ahínco en su objetivo, se esforzó al máximo y alcanzó los máximos resultados, al quedarse solamente con unas cuantas alcaldías, perdió todas las diputaciones y las senadurías. Sin olvidar que su candidato a la presidencia fue borrado, JOSÉ ANTONIO MEADE KUBRIEÑA, nunca sintió que pisó tierra firme.
Desde el momento que los priistas permitieron que GUAJARDO fuera su presidente, perdieron.
Sin lugar a dudas, su suerte hubiera sido mejor con cualquier otro líder, pero permitieron la compra de votos, la cooptación de sus consejeros y aceptaron la manipulación. Perdieron mucho más que la elección.
Sin embargo, SERGIO GUAJARDO, propuso a su hermana MARISELA GUAJARDO para ser reelegida como regidora en ciudad Victoria.
En la repartición de las plurinominales, hasta la propia MARISELA podría quedar fuera, al momento de que las autoridades repartan regidurías entre los partidos que obtuvieron más del dos por cierto de la elección.
En ese sentido se le paso la mano, la derrota podría costarle hasta el salario de su hermana. El entreguismo de CHECO afectó a MARISELA, quien cuenta con una carrera exitosa en las filas de un partido al que nunca perteneció, ni lleva en su corazón. Sólo lo utilizó.
El PRI fue para CHECO y, otros de su misma calaña, lo usaron como una herramienta para ascender a una seguridad financiera y de bienestar familiar, a costa de la militancia que soñó con una transformación que nunca llega.
Al respecto, una priista como ARA GARCÍA RICO, expone:
“Desde el 94 participo en procesos electorales, comencé en CDMX y, posteriormente, por mis cargos de dirigencia en todo el país. Saben cuántas personas con inteligencia, ímpetu, liderazgo, aspiraciones he visto quedarse en la “generación perdida”, donde sólo vimos reelegirse a los de la cúpula, a sus familiares y amigos?”
En Tamaulipas, ese proceso lo vivimos, si no vean, revisen y analicen los nombres de quienes finalmente, sí serán regidores y diputados plurinominales.
Pero, en el PRI no es el único partido que necesita reestructurarse, en el PAN deben hacer modificaciones, pues si bien es cierto que ganaron alcaldías y recuperaron espacios, viene una elección vital para el manejo político de la entidad y es la disputa de las diputaciones locales.
La lucha por la mayoría es muy importante para los partidos, pues les permite sacar adelante los proyectos políticos.
Sin embargo y con todo que ganó Morena la elección nacional y, en Tamaulipas, dejó huella en alcaldías, senadores y diputaciones, pero que en la próxima prueba deberán hacer un mejor trabajo para reconquistar el éxito electoral.
Lo mismo sucede en el Partido Verde Ecologista de México, donde también deben hacer un profundo análisis de los movimientos que deberán realizar, si buscan recuperar la confianza ciudadana.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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