* El columnista es autor de las novelas: “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”, además Premio Nacional de Periodismo 2016
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Una de las últimas “hazañas” del régimen tricolor ha ido la compra de misiles a los EU. Usted preguntará, igual que el escribidor: “¿Y para qué jijos?”.
Es de suponer que no se utilizarán para combatir al delito común cuando para ello existe otro tipo de armas convencionales, más que suficientes y adecuadas, si es que en verdad se pretende combatir la inseguridad, si no, psss no.
El asunto es que ya de salida, el gobierno de EPN adquiere material bélico por algo más de 800 millones de pesos, (que no son muchos cuando cualquiera se los puede gastar en una parranda de fin de semana), pero que bien podrían ser aplicados en tareas de beneficio colectivo y no para jugar a la guerritas.
(En eso de las parrandas, publicaciones de la época documentaron reportajes sobre el líder petrolero Salvador “chava” Barragán Camacho, quien durante sus visitas a “Las Vegas” cada vez, llegó a gastarse hasta un millón de dólares).
Tiempos en que López Portillo llamaba a “administrar la abundancia”.
Regresando a la compra de EPN, no es la primera vez que sabemos de tales operaciones, sin embargo en esta ocasión es de alto significado considerando las circunstancias que privan en el país pero sobre todo, en los albores de una histórica transición política.
Este tema bien se lo guardan “analistas” y medios a los que no conviene echar a perder el pago “de marcha” que seguramente les aguarda para antes de finalizar el sexenio, pero de que es dañino para la república, eso-que-ni-que.
En este sentido ni como dudar que el primer indignado ha de ser AMLO.
¿A qué obedece tal compra?.
Podrían ser varias las razones: una de estas, para cumplir parte de los compromisos con los fabricantes de armas, promotores como sabéis, de la violencia internacional quienes por igual negocian con las partes en pugna porque lo que importa es mantener e impulsar el negocio bélico.
Compromisos derivados de la relación (tortuosa a veces, pero relación al fin), con gobiernos que transitan por una economía de permanente guerra, como los gringos.
Se ve y se siente entonces, que el presidente Peña tiene prisa para no quedar mal. Y menos cuando estamos a unas dos semanas de que se renueven las cámaras que integran el poder legislativo, cuya mayoría está fuera de discusión.
Y donde el titular del Ejecutivo tendrá que navegar a contra corriente durante noventa días, “con sus noches”, como decía mi santa abue que el Creador ha de tener a su diestra, como asesora de casos difíciles.
LA CARTA DE AUGUSTO SANTIAGO
César Augusto Santiago ha enviado una misiva a Samuel Palma César, presidente de la comisión que diagnostica sobre lo sucedido al PRI durante el reciente proceso electoral.
Santiago hace 16 preguntas entre las que destacan:
¿Quién fue el autor de la idea y promotor del activismo de Enrique Ochoa para permitir la postulación de un candidato externo, postergando a quienes dentro del partido buscaban la oportunidad?.
¿Cómo seleccionaron a Meade para que fuera candidato externo?.
¿Por qué la estructura del partido no reaccionó cuando el candidato calificó los logros de los gobierno revolucionarios como “una vieja película”?.
¿Cuánto gastó la secretaría de Acción Electoral y cuáles fueron sus resultados?.
¿Qué aportaciones concretas tuvieron el sector Popular, CNC y CTM?
¿Quién decidió y por qué aceptó el PRI que el vocero de la campaña fuera Javier Lozano, “un personaje agresivo, grosero, traidor, cuya única identificación partidaria era con el PAN?”.
¿Por qué la coordinación de la campaña fue jefaturada por alguien que jamás en su vida ha competido por un cargo de elección y carecía de la experiencia necesaria?
¿Por qué oficialmente el candidato nunca acudió al PRI en demanda elemental de la memoria electoral del partido?
¿Por qué durante la campaña, nunca sesionó el Consejo Político o la Comisión Política permanente para corregir el rumbo o alertar cuando era evidente el pobre desempeño del candidato y de su campaña?.
¿Cuál fue el método para seleccionar las posiciones de las listas plurinominales para el Senado y la Cámara de Diputados y cómo decidieron para que en algunas de ellas figurasen mujeres y hombres que apenas unos meses antes, no sabían de la existencia del PRI?.
César Augusto Santiago es destacado militante del PRI, cuatro veces diputado federal, incluso, secretario general y presidente del CEN tricolor y su carta es un escándalo, y no sólo hacia el interior de su partido.
SUCEDE QUE
¿Obligará la CONAGO, (Conferencia Nacional de Gobernadores), a que AMLO desista respecto de los delegados que pretende enviar a los estados?…buena pregunta…buena pregunta.
Y hasta la próxima.