CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- A seis años de haberse instalado con una inversión superior a los 100 millones de pesos, sólo trece de las 43 torres de pánico de videovigilancia funcionan; la mayoría sólo son utilizadas como internet público.
El seis de diciembre del 2012 la pasada administración gubernamental invirtió millones de pesos para que la población pudiera alertar sobre situaciones de riesgo, emergencias médicas, incendios y tuviera acceso a internet libre; las torres contaban con cámaras de vigilancia.
Actualmente son pocas las que funcionan, algunas han sido vandalizadas con graffiti o les arrancaron los botones que servían para comunicarse con el C4 o activar cuando se registraran situaciones de pánico.
Actualmente la zona centro cuenta con la mayoría de las torres de emergencia; principalmente en la calle Hidalgo existen tres; en la calle Seis, en la Ocho, en el 12, en el 16 y también en la avenida 17; sin embargo, la mayoría son utilizadas sólo para colgarse de internet.
Para constatar si funcionaban o no, la que se ubica en la calle 16 con Fidel Velázquez no le funcionan los botones para pedir auxilio, incluso ni el internet estaba encendido, por lo que no tenía ninguna señal de wifi.
Una situación similar tiene la que se ubica en las afueras de la secundaria Técnica Número uno, la cual sí cuenta con wifi, pero no internet, sobre la misma existe una cámara de videovigilancia, pero según versión de los vecinos, no funciona, ya que han pedido ayuda y el C4 no los atiende.
“Una noche me poncharon con una navaja las llantas de mi auto y a mi vecino le chocaron otro día, cuando fuimos a pedir ayuda para ver el video a C4 nunca nos respondieron y nos dijeron que luego”, dijo uno de los afectados.
Lo mismo ocurre con la torre de pánico que se localiza en el estacionamiento de la unidad deportiva Adolfo Ruiz Cortines, la cual los trabajadores del INDE describen como poco útil ya que sólo la utilizan los jóvenes para “chatear”.
A pesar de ello cuenta con cámaras de vigilancia y los botones responden a las llamadas de emergencia, al igual que la que se localiza en el 17 Carrera, la que en ocasiones es activada por estudiantes o vagabundos.
En el informe de la cuenta pública, de la Auditoría Superior de la Federación, se exhibe que el organismo realizó observaciones sobre los contratos para la compra de cámaras de videovigilancia en el año que se adquirieron las torres de pánico.