México.- Contratar a la empresa costarricense Turf Managers Special para que se hiciera cargo de colocar el nuevo césped híbrido en el Estadio Azteca podría ser la verdadera causa del caos que hoy sufre la cancha del emblemático inmueble.
Ronald Castillo, director de proyectos en Agrícola Roca, consorcio tico que colocó la grama del estadio Nacional de San José y muchos más en Centroamérica, denuncia que su compatriota Enio Cubillo, quien estuvo al frente del grupo que puso el nuevo campo en el Coloso de Santa Úrsula, no tiene la preparación adecuada para hacerlo.
“Conozco muy bien al señor que instaló el campo. Él es arquitecto, no ingeniero agrónomo, no es especialista en céspedes”, asegura Castillo, entrevistado vía telefónica.
“Él nos contactó hace un año o dos para hacer los proyectos de Liga Deportiva Alajuelense”.
“Este señor le dijo a la gente del Pachuca que había construido esa primera cancha híbrida en Costa Rica, cuando no es cierto. Tengo información de que lo corrieron del Pachuca, ya no se encarga de sus canchas.
En Costa Rica, todo el mundo piensa que es el experto en césped híbrido, pero lo único que hizo fue un curso en línea —que le recomendé— de la Universidad de Georgia. No sé si lo terminó, pero no tiene experiencia. Pensaba que podía hacer de todo sólo viendo”.
Incluso, comparte que la empresa de Cubillo “tiene como dos años de existencia”.
Lo que pudo marcar la diferencia, porque en el proceso de colocación de este campo híbrido “hay varias cosas [que no se hicieron correctamente].
No se tenía la maquinaria idónea. Para cortar esos rollos gigantes de césped, usted tiene que utilizar una cosechadora de alta tecnología y en las fotografías se puede observar que empleó una máquina cortadora de concreto”.
“Después, la instalación del césped no se hizo con una máquina de alta calidad”, agrega. “No sé si este tipo aprendió de nivelación láser. Lo que hizo fue meterse a la boca del león…”.
Atrevimiento que puede ser costoso, ya que en Europa, un cambio de césped híbrido puede costar poco más de 220 mil dólares.
Con información de El Imparcial