Elba Esther Gordillo irrumpió ayer de forma estruendosa en la política nacional, el día en el que 25 millones de alumnos regresaron a clases, el mismo día en que Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto arrancaron formalmente la transición y lo hizo para dejar en claro que vuelve por lo que considera suyo, la educación del país.
Así es mis queridos boes, la maestra rural, multimillonaria, que gasta millones en bolsas, joyas, ropa, departamentos y obras de arte amenazó ayer en cadena nacional con tomar de nueva cuenta el destino del sistema educativo mexicano, ese que mangoneo más de 25 años, cuyos resultados han reprobado todas las calificadoras y ONGs especializadas, plagado de vicios y manejado como una verdadera banda del crimen organizado.
Venta de plazas, herencia de plazas aunque el receptor no cumpliera el perfil, venta de horas, miles de comisionados en el sindicato cobrando como si trabajaran, miles de operadores políticos haciendo trabajo para el PRI y luego el PANAL contando jugosos salarios y millones de pesos en partidas directas al sindicato producto de la extorsión al gobierno en turno marcó la gestión de Gordillo en el SNTE.
Hoy, por lo que vimos y oímos ayer, podemos asegurar que está de regreso, en calidad de dueña: “En mi caso, ejerceré mi libertad consciente de mi lealtad y mi lugar siempre ha estado y estará del lado de los maestros y maestras de México y de la defensa de la educación pública”, dijo
Y no, como lo vieron, la Elba que apareció ayer en el lujosísimo hotel Presidente Intercontinental de Polanco, no tiene nada que ver con la de las imágenes que su defensa nos vendía cuando exigían prisión domiciliaria a la que le achacaban una docena de enfermedades, porque la que vimos amenazante era una rejuvenecida, con dentadura nueva y una vitalidad asombrosa.
Increíble el cambio, porque a la Gordillo apenas en diciembre pasado la vimos salir casi ‘embalsamada’ del hospital para llevarla a su casa, envuelta como en un disfraz de zacahuil trepado a una ambulancia y claro que levanta sospechas sobre el catálogo de enfermedades que decían que tenía.
Pues bueno la de ayer se dijo perseguida política, chivo expiatorio, casi casi exigió el premio Nobel de la Paz para sí misma: “(mi proceso) es producto de la persecución política, de acoso e injusticias. Es el producto de un expediente basado en mentiras y acusaciones falsas para hacerme ver culpable de algo que no cometí. Soy inocente”.
Sentenció lo que decía en campaña su candidato aliado en la elección, Andrés Manuel López Obrador: “Recuperé mi libertad y la reforma educativa se derrumbó”.
Y así será, porque unas cuantas horas después en Palacio Nacional el Presidente electo reiteraba que la reforma será cancelada.
Inocente no reconocer que en la liberación de Gordillo no tuvo nada que ver la opinión de López Obrador quien comenzó a cogobernar el 2 de julio ante la complacencia de Enrique Peña Nieto, basta revisar las opiniones sobre ella en campaña y la incorporación de su nieto y otros operadores en el equipo de El Peje.
¿Pero a mi cabecita de algodón qué le reclaman si él entra hasta diciembre?, dirán más de uno de sus fans. La presunta aplicaría si AMLO no tuviera un mes y 18 días interviniendo e influyendo en la vida nacional, con el tema del aeropuerto, el presupuesto que viene, la negociación del TLC, la creación de la Secretaría de Seguridad Pública y demás.
Más inocente creer en lo que ayer insistía Peña Nieto cuando le preguntaban sobre la libertad de Gordillo, al asegurar que él no tuvo nada que ver, dado que fue un proceso que siguió la PGR y que ahí se toman decisiones autónomas.
Como si al arranque de su gobierno no lo hubiéramos visto presumir su detención y presentarla como la bandera de su presunta lucha contra la corrupción.
En mi opinión, la vuelta de la dueña de la SEP es una combinación de la torpeza de Peña Nieto, porque su PGR integró con ‘las patas’ el expediente que se supone debería tenerla refundida en le cárcel y la ‘solidaridad’ sospechosa de AMLO a cambio del apoyo para su campaña.
Pero me queda bien claro que ambos, AMLO y EPN comporten culpa en lo de Gordillo por su oposición al nombramiento de un fiscal general independiente en el país, que garantice que no se den casos como el de Gordillo que en términos coloquiales son una mentada de madre para el iluso pueblo que aún cree en promesas de campaña.
Peña Nieto, recordemos quiso imponer lo que la oposición llamaba: fiscal carnal, un cuate que le cuidara las espaldas en el cargo por 9 años, disfrazado de independiente.
AMLO por su parte se opone también a un fiscal independiente que sea nombrado con la participación de la sociedad civil, se aferró a que él mandara una terna, seguro de tres amigos tapaderas, y de ahí saldrá el fiscal.
Obvio eso lo único que nos garantiza es que seguiremos dando vergüenzas internacionales… por lo pronto Elba Esther está de regreso, por la puerta grande con el apoyo del presidente electo y la torpeza del que se va; nuestros hijos, el país pagarán las consecuencias.
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