Arriba la Empresa Productiva del Estado, Petróleos Mexicanos (PEMEX), al momento oportuno en el cualquier decisión que se tome desde la próxima Presidencia de la República podrá significar su quiebre o su repunte para una nueva era. Es que ahora más que nunca es clave liberar a la petrolera mexicana, para que sobreviva al contexto internacional pero sobretodo para que sea competitiva en actual libre mercado del país propiciado por la reforma energética.
Aunque mucho se dijo en durante la contienda electoral, no existen evidencias para tumbar la reforma energética por parte del presidente electo Andrés Manuel López, de hecho se han centrado sus esfuerzos sobre la recuperación de la petrolera nacional y el restablecimiento de la producción a través de PEMEX puntualizado en las actuales refinerías existentes, así como la construcción de una nueva –conforme a documentos del proyecto ejecutivo que me proporcionó un empresario de Texas interesado en la industria-; destacando que no se han tocado temas, como las exploraciones en aguas profundas, cambios radicales en las ‘farmouts’, o cerrar el mercado de las gasolinas.
En ese sentido, la importación de gasolinas sigue avanzando. Esta misma semana gracias a la información proporcionada por el Gobierno de Tabasco, arribó al puerto de Dos Bocas, Paraíso, del primer buque con 16 mil toneladas de gasolina magna para abastecer una terminal de almacenamiento con capital privado en esas instalaciones. De igual forma, me comenta un empresario que ya están adecuando el Puerto de Houston para empezar las importaciones a gran escala por Altamira, Tamaulipas; sin olvidarnos que ya se introducen por el puente ferroviario de Matamoros y Nuevo Laredo.
Todo parece indicar, según me comentan distintos directivos de la petrolera nacional, que los cambios que están empezando a observar que se realizarán bajo el mandato de Andrés Manuel López Obrador van en el sentido de reorganizar a la Empresa Productiva del Estado desde su personal, hasta la operatividad de algunas divisiones que son de menor escala a una reconfiguración de una refinería, por ejemplo.
Por otra parte, trasciende que se le entregó al presidente electo de México un estudio para llevar a PEMEX a cotizar en las bolsas de valores a través de una subsidiaria, lo que incentivará la inversión privada hacia la petrolera y generará certidumbre por qué habrá prácticas transparentes de cara a los mercados bursátiles.
En todo ello, el consumidor final pareciera ya estar más cómodo con el libre mercado que cada día es más común en México, gracias a la presencia de diversas marcas de gasolinas y de estaciones de servicio, quitándole presión a una pronta recuperación de la confianza a la insignia comercial de PEMEX.
Así que lo mejor que puede hacer el próximo gobierno es liberar a PEMEX de sus anquilosadas formas, pesadas estructuras laborales por un sindicalismo añejado, introducir prácticas transparentes, y aligerar su carga impositiva con la única intención de recaudar impuestos que están matando a la ‘gallina de los huevos de oro’ como dijera el presidente Enrique Peña Nieto. ¿Usted qué opina?
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