El miércoles, dos campesinos fueron quemados vivos en Puebla por una turba que festinaba mientras sus cuerpos ardían y ellos lanzaban alaridos de muerte, todo, al tiempo que las macabras escenas se trasmitían en vivo por las redes sociales, el pueblo que ‘no se equivoca’ había hecho ‘justicia’ contra quienes eran acusados de robachicos.
Así es mis queridos boes, la historia se repitió en Hidalgo, el mismo móvil, las mismas escenas, un hombre y una mujer fueron golpeados y quemados vivos, ella fue rescatada aún con vida pero murió en el hospital.
En el caso de arriba ha quedado claro que no había el menor indicio de que se dedicaran a robar niños; es más no siquiera tenían antecedentes penales. Ayer las crónicas daban cuenta de que sus familias vieron morir a sus familiares en vivo, por las redes sociales.
No son las primeras veces que ocurre, ya en el Estado de México y en Guerrero se habían presentado casos similares en los que el pueblo cree que puede tomarse la justicia por su propia mano y termina convirtiéndose en asesino impune, porque no hay una cárcel para todo un pueblo.
Hoy por todo el país circulan post en Facebook y mensajes en grupos de Whatsapp en los que se alerta sobre una supuesta banda de robachicos que operaría en varias entidades y aunque las procuradurías han advertido que se trata de una noticia falsa, las advertencias, mentadas de madre y llamados a linchar a la Banda que no existe se multiplican en las redes.
Mientras pasa la sicosis de los mensajes falsos, ojalá que el pueblo no se vuelva a equivocar y no siga matándose entre sí, atendiendo el llamado de quienes perturbados por no sé qué droga ordenen el linchamiento de incidentes.
Lamentable ver a un pueblo o a pueblos completos convertidos en una turba irreflexiva de asesinos, manipulados por mentes criminales que se erigen en juez y verdugo, peor que en los más antiguos tiempos.
Triste ver al pueblo matando al pueblo, arremetiendo contra sí para saciar la que dicen es una sed de justicia mal encausada.
Preocupante es además, que es a ese mismo pueblo, a esas mismas turbas, a esos asesinos voluntariosos a los que el gobierno federal entrante les va a preguntar sobre aeronáutica.
Será ese pueblo, el que dice Andrés Manuel López Obrador que no se equivoca, los que van a decidir con su experta opinión si el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México debe construirse donde ahora casi se terminan los cimientos o se cancela y se hacen dos pistas más en el de Santa Lucía.
Algunos mientras leen ya estarán pensando ¿y que tiene que ver una cosa con otra?, nada tal vez y todo también tal vez, porque en ambos casos se trata de decisiones serias, porque creo que si bien no todo este país es de pueblos ‘irracionales’ como los que lincharon y asesinaron el miércoles, es evidente que en el territorio nacional hay varios méxicos y no todos tienen el mismo grado de raciocinio.
El Presidente electo ha insistido en que el pueblo es sabio y que no se equivoca, pero yo no lo escuche el miércoles ni ayer, llamar a ese pueblo a dejar la barbarie a un lado, a dejar de hacer ‘justicia’ por su propia mano o lo que es lo mismo convertirse en asesino de sí mismo.
Valdría la pena, que AMLO hiciera ya un llamado a todo ese pueblo al que él llama sabio e infalible a respetar la vida de los demás, a esperar a que llegue al Palacio Nacional y entonces reclamar justicia.
Que triste ver que México es pintado como un pueblo de cavernícolas ante el mundo, porque las aterradoras escenas le dieron la vuelta al orbe. Todavía recuerdo aquella frase de campaña: solo el pueblo puede salvar al pueblo.
Lo de ayer y antier es desde mi punto de vista, el resultado de empoderar a un pueblo carente de educación, de reparto por las instituciones y altamente influenciable.
Lástima que lo que viene es peor, porque los pasos que se lograron dar con una reforma educativa, si quieren coja, si quieren deficiente, se va a retroceder, porque la advertencia es que otra vez el sindicato se apoderará de la educación de todo el país.
Un pueblo sin preparación es carne de cañón para que se mantenga o crezca el México salvaje, ese al que las autoridades de hoy y por lo que veo las que vienen no se atreven a ver… México, hoy me das más pena que nunca.
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