ALTAMIRA, Tamaulipas.- Vecinos de once comunidades ejidales de Altamira han logrado que el índice de robos sea mucho menor que en otras partes de la región, ya que pocos se atreven a ingresar a las tierras o propiedades que defienden bajo la “ley del monte”.
“Es la ley de la montaña o del monte, como también le dicen: aquí en estas poblaciones cada uno se defiende como puede y con lo que tiene. La mayoría está armado”, señaló Dimas Salazar Rodríguez, síndico segundo del ayuntamiento de Altamira y encargado del área rural.
Reveló que desde la crisis de inseguridad no hay una fuerza de Seguridad Pública a cargo de la vigilancia, por lo que los pobladores de 11 comunidades rurales de la zona norte de Altamira, emplean tácticas de auto-protección y disuasión de delitos en sus tierras.
En el pasado, reconoció que las propiedades, el ganado eran saqueados con frecuencia ante la indefensión de los moradores.
Desde que se inició la crisis de inseguridad y el acuartelamiento y posterior desaparición de la Policía Rural, que las poblaciones quedaron desprotegidas y hasta la fecha, los patrullajes son esporádicos o nulos.
“Hay gente que está armada y en ningún momento ha pensado en venir y entregar sus armas en los programas de canje de armas del Ejército y llevarse una despensa”, comentó.
Los hombres y mujeres que habitan en estas poblaciones, explicó que realizan una serie de advertencias, cuando perciben que su vida y la de su familia se encuentra en peligro.
La última señal, dijo son disparos-secuencias al aire y después a tierra, para que él o las personas que buscan acceder, desistan de su idea.
Los compañeros del campo, explica que desconocen qué tipo de armas pueden portar o tener en sus hogares, lo que los coloca en desventaja en el caso de que se presente una situación en la que tengan qué accionarlas.
“Son hombres, son personas como cualquier otra, que tienen que buscar la forma de proteger a su familia, a sus hijos, sus bienes, sus tierras, ante la falta de garantías para que prevalezca el estado de derecho”, comentó.
En las zonas que colindan con la carretera Tampico-Mante o aquellas semi urbanizadas, comentó que se cuenta con la vigilancia por parte de los cuerpos de Seguridad Pública.
“Los hombres en sus propiedades casi regularmente tienen armas largas, con doble propósito, una es defenderse de una posible situación de riesgo o de peligro y otra es para cazar”, comentó.