MÉXICO. Una escuela de Georgia implementó una nueva política que permite golpear a sus estudiantes como castigo, señaló TIME.
La Escuela de Innovación y Clásicos de Georgia (GSIC, por sus siglas en inglés) retomó la estrategia y envió a casa un formulario de consentimiento para que los padres aprueben el permiso para el uso de castigo corporal en sus hijos, si así lo requiera el personal académico.
El Superintendente Jody Boulineau, dijo en entrevista con WRDW: “Hubo un tiempo en que el castigo corporal era una norma en la escuela y uno no tenía los problemas que usted tiene”.
GSIC, fundada desde 2015 en el área metropolitana de Augusta, no exige que sus alumnos reciban la nueva política de castigo. Boulineau explicó que “los padres pueden darnos su consentimiento para que lo usemos como medida disciplinaria o pueden negarlo”.
El argumento del superintendente generó plémica entre los padres de familia, cuyas reacciones incluyen indignación y en otros casos, aprobación: “He escuchado ‘genial, ya es hora, estamos tan contentos de que esto vuelva a suceder, nunca deberían haberlo sacado de las escuelas’. Hasta llegar a ‘Dios mío, no puedo creerte están haciendo eso ‘”, dijo Boulineau.
Pero todo se hace formalmente y por escrito. Asimismo, los detalles de la política se presentan en un documento oficial que se envía a los padres.
Según el documento, para los estudiantes cuyos padres dan su consentimiento, la tabla se “administrará mediante una política de ‘tres golpes’”.
“El estudiante será llevado a una oficina a puertas cerradas. Colocará sus manos sobre sus rodillas o muebles y se le golpeará en las nalgas con una pala”, explica puntualmente la forma.
El documento indica que el castigo debe ocurrir en la “presencia de un testigo adulto” y “no se deben dar más de tres golpes”.
Requiere también que se contacte a los padres del alumno y que se use un tipo específico de paleta: hecha de madera de “24 pulgadas de largo, 6 de ancho y 3/4 pulgadas de grosor”.
La exclusión del castigo corporal requiere que los padres acuerden una política de suspensión de cinco días, en lugar de la tabla.
Boulineau reveló que al menos un tercio de los formularios que ha recibido hasta ahora, han dado su consentimiento a la política de la tabla.
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